En una comida con representantes de la comunidad judía local, los expertos compartieron sus conocimientos en la lucha contra la pandemia con representantes del gobierno de Alberto Fernández, comenzando así a sellar un compromiso entre ambas naciones. Organizado por la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), el encuentro tuvo lugar en el Alvear Icon de Puerto Madero, con todas las medidas de seguridad sanitaria del caso y la presencia de la asesora presidencial, Cecilia Nicolini.
La agenda de la delegación israelí en Argentina incluirá conferencias sobre las especialidades de cada uno de los profesionales, análisis acerca de la posibilidad de hacer la Fase III de la vacuna israelí Brilife en el país y visitas a hospitales para brindar asesoramiento.
Misiones de Urribarri, en lo comercial y sanitario
“Cuando viajé a Israel el año pasado, había dos objetivos que me habían planteado el presidente Alberto Fernández y el canciller Felipe Solá”, reveló quien fuera dos veces gobernador de la provincia de Entre Ríos, ahora en su rol de embajador.“La primera parte la hemos cumplido y hemos incrementado casi un 25% el intercambio comercial”. Y en lo científico, “ni bien llegué a Israel, tuve un primer contacto con quien ahora considero un amigo, que es Jorge Diener”, relató Urribarri. “Y llegamos a algo por lo que yo siento orgullo, que es un acuerdo con nuestro Hospital Garrahan: hicimos ese primer acuerdo, donde participó Oscar Trotta, un médico pediatra que quiero resaltar porque tiene mucho que ver con esto”.
“Y después fuimos al Hadassah y fuimos conociendo todo lo que en ese hospital se hace. También agradecemos al Instituto de Investigaciones Biológicas porque es parte de esto que estamos construyendo y Dios quiera que se pueda concretar”, agregó.
Amistad, leyenda e “increíble intercambio”
Por su parte, la embajadora de Israel en Argentina, Galit Ronen, expresó: “Es un honor enorme estar aquí. La idea de Israel es compartir todo lo que tenemos con nuestros amigos, porque nosotros vemos a la Argentina como un país amigo”.En Israel existe el Mar Muerto. Y como su nombre lo indica, no tiene vida, no tiene plantas, peces ni nada. Del otro lado, tenemos el Kineret, el Mar de Galilea, con vida, peces y todo lo demás. Yo siempre me pregunto, ¿por qué uno siempre está tan vivo y feliz y el otro completamente muerto? Y mi respuesta es que en el Kineret, el agua entra y sale. Mientras que en el Mar Muerto, el agua solo entra. Nosotros, los seres humanos, somos así. Algunos sabemos recibir y dar, y tenemos dulzura y vida. Pero aquellos que solo saben recibir, son como el Mar Muerto. Entre Argentina e Israel sabemos cómo dar y recibir. Y por eso tenemos este increíble intercambio.