Concordia

La historia del comedor “Ojitos tristes”, uno de los asistidos por el Banco de Alimentos

La Asociación para el Desarrollo de Concordia (ASODECO) viene trabajando activamente con el Banco de Alimentos Paraná (BAP) en asistir a comedores con alimentos rescatados, que perdieron su valor comercial, pero están aptos para el consumo. Uno de los beneficiarios es el comedor “Ojitos tristes”.

En 2016, Isabel Méndez fundó “Ojitos tristes”, un comedor que funciona en el barrio “Independencia” de la ciudad de Concordia. Brinda un plato de comida y un lugar para comer a personas y niños que no pueden acceder a ella. Alrededor de 260 personas asisten a diario, en su mayoría niños, generalmente hijos de gente que trabaja en las cosechas de citrus o de arándanos.

El funcionamiento del comedor se basa en una red de varios colaboradores, entre ellos APINTA - Gremio de los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Todo surge en diciembre del 2016, cuando el INTA instó a sus empleados a hacer canastas navideñas y distribuirlas a personas que las necesitaran. La organización “Caritas” les indicó donde podían entregar las canastas y así, llegaron a “Ojitos tristes”, contó Carlos Barreto, ingeniero agrónomo miembro de INTA.

“Creo que decidimos ayudar al comedor cuando conocimos a Isabel, una persona que modificó su casa para poder poner mesas para la gente de su barrio y algunos de barrios vecinos”, destacó Carlos Barreto.

Con la ayuda de sus hijas y algunas vecinas del barrio, Isabel brinda la cena dos o tres veces por semana, depende la época del año y los recursos disponibles. Carlos reconoce “un cambio muy grande” cuando durante la pandemia mundial por COVID-19, el comedor pudo ingresar, apadrinado por APINTA Seccional Concordia, al Banco de Alimentos de Paraná (BAP).

Con el ingreso al BAP, el comedor comenzó a recibir productos lácteos, lo cual les permitió sumar una comida más y poder brindarles la merienda a los niños.

“Estoy feliz de poder ayudar a otras personas que quizás no tuvieron las posibilidades que yo tuve, vengo de una familia humilde de clase trabajadora y a mí me ayudó mucha gente para que yo pueda llegar a donde estoy hoy”, expresó Carlos.

Además de la red de colaboradores, el comedor recibe una pequeña ayuda a través de una tarjeta del Gobierno de la Provincia mediante la cual Isabel, su responsable, compra el gas necesario para el funcionamiento del comedor y algunos alimentos comestibles. Asimismo, “Ojitos tristes” recibe donaciones de diferentes comercios.

Así, desde ASODECO conformando distintas alianzas, se trabaja para el desarrollo de la Ciudad involucrando distintas instituciones y tejiendo una red de ayuda.

Fuente: Prensa ASODECO