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En un primer momento me causó gracia, pero me recuperé rápidamente, y de una forma vergonzosamente culposa, de haber reaccionado inicialmente de ese modo.

Todo ocurrió cuando me enteré de una reunión en Catamarca de los funcionarios nacionales y provinciales que integran el Consejo Federal de Educación. Fue cuando me dije que ellos hacen turismo en grande, recordando las modestísimas idas y venidas de los dirigentes sindicales de Agmer, cuya última reunión se llevó a cabo en San Salvador.

Una extraña coincidencia, ya que pareciera de esa manera, que esa ciudad ha terminado por convertirse en la “capital del llanto”, si se tiene en cuenta que si bien lo es del arroz, los productores de ese grano están hechos polvo ante su angustiante situación. Algo parecido les sucede a todos los maestros, padres y alumnos que son parte de un proceso de destrucción de la educación, ante el cual da la impresión que desde el gobierno no saben para qué lado agarrar, ni tampoco -y eso por supuesto- padres ni maestros, mientras los chicos deberían estar despavoridos…

Pero la verdad es que saber que los capitostes de la educación argentina mientras miran la cumbre de Ambato a lo lejos y se preparan para subir por la Cuesta del Portezuelo, toman la decisión de fijar el 6 de marzo de 2019 para dar inicio a las clases del próximo año.

Así de un plumazo, sin ponerse a pensar ni darle vergüenza hacerlo justo ahora, en medio del bolonqui que se vive en la mayor parte de las provincias. Y cuando comienzan en forma paralela a circular rumores inquietantes que se terminará por anticipar el fin de las clases; o para decirlo de manera más académica del ciclo lectivo, el que a decir verdad de lectivo tiene muy poco, porque está lleno de arranques y de parates, y de esa manera no se puede ni enseñar ni aprender en serio.

Todo ello con el añadido que los turistas de Catamarca, dan la impresión que viven dentro de una burbuja. Es que han resuelto además que sean 186 los los días en que “haya clases” -“hayarola”- sospechamos, no sabiendo si ellos se lo creen, o es que están sugiriendo un número para jugarle “a la cabeza” a la quiniela.

De lo que sí estoy seguro es de la verdad de una afirmación que escuché por ahí, y según la cual “por sexto año consecutivo, Argentina estará entre los países con recorridos escolares más reducidos y no se cumplirá con lo previsto por la Ley Federal de Educación”.

Ley de Educación. Educación. Educadores. ¿De qué cuernos me están hablando? Si ojeando a mi alrededor me doy cuenta que son palabras que dicen poco y nada, y de seguir como hasta ahora, llegará el día que tendrán hasta gusto a nada.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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