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Esta semana, más de 40 mil medios de comunicación de toda América elaboraron una Declaración en la que reclaman a los gigantes digitales ser partícipes del negocio que las plataformas y redes sociales generan a partir de las noticias que produce el periodismo.

La firma fue suscrita por 18 asociaciones internacionales y nacionales, entre ellas la Asociación de Entidades Periodísticas de Argentina (ADEPA).
Defender el periodismo profesional
La Declaración de más de 40 mil medios de comunicación representados por 18 entidades nacionales e internacionales se titula "Medios de toda América llamamos a defender el valor del periodismo profesional en el ecosistema digital". El llamado advierte a los gigantes digitales la necesidad de alcanzar una retribución "justa y razonable" por la publicación de los contenidos periodísticos en las plataformas. Las entidades firmantes van desde Canadá, Estados Unidos, México, Honduras, Jamaica, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Chile y Argentina.

El documento subraya que "el sostenimiento del periodismo está en riesgo". Si bien "los medios periodísticos poseen más audiencia que nunca (...) los ingresos que financiaban el periodismo profesional son absorbidos por intermediarios que concentran más del 80% de la publicidad digital mundial", añade la Declaración.
Un reparto más equitativo
Sabedores del desplome de los ingresos por publicidad que han sufrido los medios de comunicación en los últimos años, esta Declaración conjunta busca sentar una posición que obligue a las redes sociales a distribuir parte de sus ganancias generadas a partir de la información que brindan los medios. Las asociaciones periodísticas proponen "abordajes coherentes a nivel global para hacer efectivo un derecho que tiene su base tanto en la propiedad intelectual como en las normas de defensa de la competencia".

En rigor, los medios entienden que si sus contenidos generan tráfico e interacciones en las redes sociales, tienen derecho a recibir una porción de los ingresos que ayudan a generar. Sin anunciarlo abiertamente, las entidades juegan con la imagen de retirar todo el contenido periodístico de las redes sociales y preguntarse: si no hubiera información periodística disponible, ¿qué pasaría con el tráfico y la confianza en los contenidos de los gigantes digitales? Sin embargo, por ahora la mayoría de los medios de comunicación son presa de los gigantes digitales. Si los medios no compartieran sus contenidos en redes sociales, el tráfico de sus sitios de noticias cae estrepitosamente. Y con ello también caen los exiguos ingresos por publicidad que hoy perciben.
La confianza en el contenido
La pregunta que subyace a esta puja de intereses no es otra que la discusión sobre la confianza en los contenidos digitales. El Digital News Report que emite cada año el Oxford Institute ya ha demostrado de forma sostenida en los últimos tres años que la información menos confiable para los usuarios es la que distribuyen las redes sociales. La información que proviene de los medios de comunicación, en cambio, ha ganado en confianza de los usuarios desde el inicio de la pandemia.

Y los medios de comunicación saben que si aumenta la desconfianza en los contenidos que circulan por redes sociales, el negocio también se desploma. Y por eso buscan hacer valer ese agregado de valor que aporta el periodismo al producir información verificada en un mundo de “fake news” y contenidos engañosos.
La propuesta de los medios
La Solicitada que hicieron público los medios esta semana destaca iniciativas de Google y Facebook para pagar a los medios de algunos países por sus contenidos. En ese punto, reclaman a las plataformas digitales que aceleren sus programas de pago por contenidos y apoyo a los medios. Solicitan que esos programas sean más inclusivos, que beneficien tanto a las publicaciones de mayor tamaño como a aquellas que dan cobertura a pequeñas comunidades y que necesitan mantenerse incorporadas a la vida democrática.

Si bien ese es un camino que aspiran a que se extienda a más medios, también consideran que "esos programas no constituyen aún la respuesta justa e integral que la industria requiere". Lo que buscan, además, es "promover un ecosistema digital sano y equilibrado" que evite la posición dominante de los gigantes digitales que hoy toman decisiones en soledad sin consultar a los principales productores de contenidos de interés público. Y allí remarcan que “Además del pago por contenidos y la concentración publicitaria, las asociaciones ponen especial atención al tema de los algoritmos, cuya opacidad y discrecionalidad afectan la producción y distribución de los contenidos” digitales.

La cruzada está en marcha. Y esta primera acción puede resultar un camino interesante para sanear las alicaídas economías de los medios de comunicación y, por añadidura, reconstruir el poder de un actor central en la custodia de la democracia y el equilibrio de poderes.

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