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Rotman, impulsor del laboratorio de genéricos
Rotman, impulsor del laboratorio de genéricos
Rotman, impulsor del laboratorio de genéricos
No se trata de revocar con “una mano de cal y otra de arena” sino de mostrar por una parte que desde los gobiernos -en este caso el provincial- se pueden hacer cosas, en principio elogiables, con una inversión relativamente pequeña de recursos públicos, y con beneficios sociales que exceden largamente a la inversión. Y que, al mismo tiempo, resulta también posible desnaturalizar iniciativas, esta vez inclusive más costosas, que dan cuenta en apariencia de esas mismas características.

La primera de las iniciativas a que aludimos es la que se lleva a cabo dentro del oficial Programa Cobijar, y consiste en “la prefinanciación” –por un monto de dieciocho millones de pesos- por parte del gobierno provincial, de la fabricación de frazadas por cooperativas, con sede la mayoría de ellas en pequeñas localidades del interior de nuestro territorio. Frazadas que están destinadas a ser adquiridas por nuestras municipalidades, para que las mismas las distribuyan entre familias vulnerables de los respectivos municipios.

Entre tanto, de resultar exitosa la experiencia, la misma podría dar lugar a otras más ambiciosas, como es la fabricación de guardapolvos para ponerlos a la disposición de las cooperadoras escolares, y la fabricación de las vestimentas que utiliza el personal profesional de nuestros hospitales públicos; es decir, sobre todo médicos y enfermeros.

Mientras tanto, la información que acabamos de glosar, no hace referencia alguna a un tema que no deja de ser importante, cual es el destino de esa prefinanciación efectuada por el gobierno, una vez vendidas que fueran las frazadas… La contracara de esa, en principio, feliz ocurrencia, la tenemos en la forma en la que, según opiniones autorizadas, se resucitaría la idea de impulsar la puesta en funcionamiento de un “laboratorio de medicamentos genéricos” de propiedad del Estado provincial.

Antes de seguir en el análisis de la iniciativa, no está de más recordar que los medicamentos genéricos, según descripciones coincidentes, son aquellos cuya composición química es de libre utilización, ya por ser de dominio público, o por poseer la misma concentración y dosificación que un equivalente cuya patente haya caducado, o sea que se pueden elaborar sin preocuparse por una, en este caso inexistente, propiedad intelectual. Y también al respecto cabe recordar, la existencia en la materia de un proyecto de concreción avanzada con sede en la localidad de Federal, durante la segunda gobernación de Sergio Montiel, la que fuera abandonada inexplicablemente en 2003, por la administración justicialista siguiente. Circunstancia la indicada, la cual, ante la falta de explicaciones, da que pensar si no se trató de una muestra de una práctica política muy nuestra, por la que se ve deshacer por una nueva administración lo que había hecho o estaba haciendo la administración precedente; a la vez que nos muestra de las idas y vueltas tan frecuentes entre nosotros en torno a proyectos que tardan años en concretarse o nunca lo consiguen. No en balde, cabría indicar, en relación a este último aserto, que hace mucho más de un siglo que venimos hablando de la “canalización del río Bermejo”…

Es conocido, mientras tanto, que el doctor Alberto Rotman, caracterizado vecino de la ciudad de Concordia, en su doble condición de médico y político, tanto siendo legislador como desde el llano, ha buscado no solo mantener vivo ese proyecto, sino impulsar su reiniciación. De allí que tienen autoridad los reparos que al mismo y al doctor Luis Beber le merecen las modificaciones con las que se busca resucitar ese proyecto. Es cuando señalan que en el nuevo proyecto, el ente estatal a crease tendría por objeto no solo producir medicamentos genéricos, “sino también la de organizar y gerenciar sistemas públicos y privados de insumos de farmacias”. Además de lo cual, dentro de su objeto, estaría la de “diagramar, organizar y gerenciar seguros de salud, de obras sociales y de presentismo, accidentología y salud laboral”. Y que, como si esto fuera poco, su objeto se extendería a la explotación de laboratorios, distribuidoras mayoristas, droguerías y establecimientos de venta al público de especialidades medicinales”. En suma, se estaría creando un monstruo. Con el agravante que existen experiencias –las que consideramos que no se dan en la actual administración provincial, algo que es bueno y justo recalcar- de que estos monstruos, sirven al menos en gran medida para “crear cargos, muchos cargos, permanentemente cargos”, y para hacer “caja”.
Fuente: El Entre Ríos

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