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Estos no fueron buenos días para el Gobernador Bordet. Particularmente el domingo. Primero, el Frente de Todos dilapidó en la provincia la ventaja?de diez puntos que había obtenido en las PASO el pasado agosto para perder apretadamente frente a Juntos por el Cambio en la primera y a la postre única vuelta. El escrutinio definitivo será el que decida si efectivamente el peronismo resigna una banca en el Senado a manos de Cambiemos como todo parece indicar. Como cierre, la novedad -y esta es menos relevante que la primera-? fue que Cristina Kirchner dejó a Bordet, entre otros gobernadores, abajo del palco de la celebración, estrado que se vio copado por la gente de la Cámpora y Kicillof. Abajo Bordet, Uñac, Perotti y otros, arriba Máximo y todos sus amigos, acompañados por un incómodo Massa.

Si se confirmaran los resultados del domingo, Juntos por el Cambio pasaría a tener cinco diputados -dos fueron elegidos en esta elección-, y dos senadores nacionales, Alfredo De Angeli y la radical Stella Maris Olalla. La delegación legislativa del Frente de Todos se vería reducida así a cuatro diputados y un senador nacional, lo que claramente le quita peso a la influencia política que Bordet podía aspirar a mantener en el Congreso Nacional.

Como se puede apreciar, no muchas razones para festejar más allá del triunfo de Alberto Fernández, lo que garantiza la vuelta del peronismo al timón máximo de la república pero no le significa a Bordet mayor influencia o mayor capacidad de negociación con el gobierno nacional. El gobernador ya disfrutaba de una muy buena relación tanto con Frigerio como con Macri, y como les sucedió a la mayoría de las provincias, durante su primer mandato se vio altamente beneficiado por una mayor coparticipación. También recogió los beneficios de poder emitir deuda en el exterior, algo que le había estado vedado a Urribarri por ejemplo, lo que le permitió ordenar toda una deuda hasta entonces poco menos que inmanejable, extendiendo plazos por varios años.

"Al contrario de lo que pueda pensarse, y en el contexto de lo que sucedió, el nuevo gobierno de Alberto no le garantiza a Bordet mayor influencia ni le aumenta su capacidad de negociación frente al gobierno nacional"

Que Gustavo Bordet haya ganado su reelección cómodamente, que después durante las Paso hayan entregado números menos felices para el peronismo, y que la elección general ahora los muestre perdidoso es una muestra de cuál es hoy el posicionamiento político del entrerriano promedio. Es un votante pensante, moderado y como decía la Concejal por Paraná y candidata a senadora Stefania Cora, de raíz bien conservadora. Esa definición explica precisamente la reelección contundente de Bordet, visto por todo el pueblo de la provincia como la mejor expresión de moderación y sentido común? entre nuestros políticos provinciales, y también las dificultades del peronismo para hacer pie aquí y ahora en la elección nacional.

Sugestivamente, en todas las provincias de la Región Centro, donde las problemáticas locales guardan cierta similitud, de Mendoza a Entre Ríos pasando por San Luis, Córdoba, y Santa Fe se impuso la fórmula de Cambiemos. Fenómeno parecido se dio también en la provincia de Buenos Aires excluyendo al conurbano bonaerense. Es que es en el gran Buenos Aires donde el peronismo hizo su gran diferencia, ya que allí sacó más de un millón y medio de votos de ventaja, cuando la diferencia a nivel nacional había sido de aproximadamente dos millones.

"Como en el resto de la Región Centro, en Entre Ríos el votante decidió no traicionar su esencia, de raíz moderadamente conservadora"

En solo dos meses, el votante decidió reconfigurar el mapa político argentino de una manera totalmente diferente, asegurándose un equilibrio de fuerzas por cuatro años y poniéndonos lejos de la posibilidad de un gobierno hegemónico como aquel que amaneció en el 2011. Y en ese rebalanceo de fuerzas, lo sucedido en Entre Ríos obliga al gobernador a continuar por un camino en el que ya venía, aun con el cambio de color político a nivel nacional. Para el intendente de Concordia, Enrique Cresto, el resultado habló de cierta falta de compromiso, o displicencia, por parte del peronismo. Podrá haber algo de cierto en todo esto; de hecho, Macri se encargó de empujar su candidatura visitando varias veces la provincia en las últimas semanas mientras de Alberto vimos poco y nada, pero la interpretación más correcta habla tal vez de una decisión de no traicionar la esencia. Eso fue lo que hizo precisamente el votante entrerriano, no traicionarla.

De cara al futuro, aunque el recuento definitivo diga otra cosa, el mensaje seguirá siendo el mismo y es que el gobernador Bordet deberá entender, como todo sugiere que lo hace, que el suyo debe ser un mandato muy prudente y más prolijo. También deberá estar consciente de que los recursos que puedan venir del estado nacional serán muy medidos -considerando el proceso actual de estanflación-?y estarán íntimamente relacionados, por lo menos en una primera etapa, a un importante proceso de emisión monetaria. Para hacerle las cosas más fáciles, el votante entrerriano parece entender mejor la gravedad de la situación que el de otras provincias y tal vez esté menos dispuesto a pedir automáticamente decisiones mágicas. Aunque parezca mentira, lo que sucedió el pasado domingo promete facilitarle la gestión a Bordet, no entorpecérsela. Y eso tal vez sea más relevante que haberse quedado abajo del palco mientras Kicillof, Cristina, Y Alberto se quedaban con toda la gloria del momento.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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