Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Porqué las protestas llegaron hasta el país estrella de América Latina

Desde esta misma columna nos ocupamos en semanas pasadas de Perú, Ecuador y sobre la supuesta brisa bolivariana que el número dos del gobierno venezolano, Diosdado Cabello, nos anotició a todos había llegado a nuestra región para quedarse. Ahora esa misma brisa llegó finalmente a Chile, donde - y desde la semana pasada- se viene dando una serie de protestas y manifestaciones de una virulencia y una violencia inusitadas.

Hubo ya un par de decenas de muertos y cientos de heridos. Se impuso el toque de queda y después de décadas los militares volvieron a salir a la calle. El Metro de Santiago, casi recién inaugurado, sufrió destrozos por 200 millones de dólares y llevará meses repararlo. Se saquearon supermercados y se los prendió fuego, incluso con gente adentro. Hubo edificios de oficinas, como Enel -una distribuidora de energía- que ardieron enteros. Se quemaron redacciones de diarios. Las calles se llenaron de gente, sobre todo durante el día, con cada quien protestando por lo que quería. Eso fue y lo más llamativo de la protesta, la falta de objetivos comunes y la total ausencia de un liderazgo definido.

Sin embargo, la razón principal de la protesta parece ser una desigualdad social que en Chile ha alcanzado niveles muy altos. La economía crece a paso redoblado desde hace ya muchos años, casi todos tienen acceso al crédito, hay poco desempleo, y la pobreza orilla el 10%,?a contramano de lo que aquí sucede donde se ha superado el 30%.? ?Pero hay una creciente clase media y media baja, además de las bajas, que en todos estos años han ido subiendo sus expectativas. Como sucedió en muchos otros países de la región -que durante la década pasada se beneficiaron de la gran suba de las materias primas-, en Chile los vientos también fueron favorables y eso se tradujo en progreso y crecimiento. El sueño de la movilidad social permanente llegó allí también solo para languidecer en el último tiempo, tanto con Bachelet, como cabeza de un gobierno de centro izquierda, como ahora con Piñera, de ideología conservadora.

"La causa principal de la protesta parece ser una desigualdad social que en Chile ha alcanzado niveles muy altos"

Ese darse cuenta de que progresar no es tan fácil, aun en un país que crece, sirvió para fogonear una protesta similar a las que ya se habían materializado en épocas, siempre con los movimientos estudiantiles como primeros adelantados. También aportó al momento el mal trago en los otros países del corredor andino, donde la situación macro es más estable y donde los equilibrios macroeconómicos no son los que tenemos nosotros. La excusa fue la suba del metro, pero la realidad es que las razones fueron varias otras.

En estos tiempos de redes sociales cada uno tiene su propia agenda y también sus propias mini revoluciones que atender. En un gran muro, como el de Facebook, cada uno es libre de expresar lo que quiere o siente, esté a favor o esté en contra. Algunas veces se está de acuerdo, muchas otras se disiente pero casi siempre cada uno parece concentrarse en sus propias cuestiones. Eso es precisamente lo que sucedió en Chile, aunque como se dijo antes, tal vez sea la desigualdad el único gran tema que logró unir a todos los que decidieron ganar la calle.

En Chile los sueldos son mayores que en Argentina ya que el sueldo mínimo está en la zona de los 400 dólares. También hay un empleo formal o registrado superior al que tenemos aquí. Pero hay muchas otras cosas que quedan en manos propias y de las que el estado, un estado mucho más austero y equilibrado en sus cuentas que el nuestro, no se ocupa. No existe, por ejemplo, la educación universitaria gratuita; el que quiere ir a la universidad tiene que pagarla. Las jubilaciones, las que no son privadas, son muy bajas, y la ayuda social es insignificante. Tampoco existe una cobertura médica universal, y hay muchísima gente que no dispone de la atención en salud que necesita, amén de que los medicamentos son caros si cada quien tiene que pagarlos.

"La falta de subsidios en las tarifas de los servicios públicos parece ser otra razón"

Y las tarifas. A diferencia de lo que aquí sucede las tarifas chilenas casi no tienen subsidios ya que Chile no tiene prácticamente energía y tiene que importarla toda. Por ende es cara y el consumidor tiene que abonar precios internacionales como resultado de esa escasez local. Claro que la contrapartida es un muy buen funcionamiento de los servicios públicos. Pero es entendible que todos quieran un sistema como el que tuvimos en Argentina durante el gobierno anterior y parte de este, con subsidios altos y tarifas bajas o casi gratuitas. El consumidor agradecido, aunque allí todavía no han tenido que vivir con déficits crónicos, alta inflación y explosiones económicas cada tanto como es nuestro caso. Es que los servicios gratis también se pagan aunque de otra manera.

Por estas horas el presidente Piñera -además de pedir perdón-? ha presentado un plan social que trata de aquietar las aguas. Es muy pronto para saber si será suficiente, como decía antes son muchas las opiniones e innumerables los voceros. Tanto allí como en el resto de la región?se presagian tiempos difíciles y nosotros no deberíamos ser la excepción.? Lo sucedido en Chile, antes en Perú y Ecuador es preocupante. Y nuestro próximo gobierno tendrá que arbitrar los medios para que esto no nos suceda. La situación económica es aquí mucho más frágil que en el país transandino pero la desigualdad mucho menor, a pesar de una mucho mayor pobreza. Recemos para que ese punto a favor nuestro nos alcance pero hasta dentro de algunos meses no sabremos si fue suficiente. Los Fernández y Macri miran con preocupación lo que sucede del otro lado de la cordillera. No es para menos.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

Enviá tu comentario