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Dicen que fue hace 14 billones de años cuando algo explotó generando el espacio, el tiempo, el complejo masa/energía. Después, a partir de partículas subatómicas, surgieron las moléculas, las substancias, y todo lo que alrededor vemos y todo lo que ya se ha perdido. Esa explosión, conocida como "big bang" creó, o partir de él surgió, el universo. Iba a escribir nuestro universo, sin justificación alguna: no lo poseo ni lo poseemos: solo estamos allí, y por muy poco tiempo.

Físicos canadienses adelantan ahora una teoría que puede producirnos cierta desazón. Nuestro universo, y aquí sí cabe el nuestro, puede ser solo la imagen en espejo de otro universo. El nuestro, formado por la materia que conocemos, y en el que el tiempo corre hacia adelante, hacia el futuro. El otro universo, al que estamos aparejado, está formado por partículas que son iguales a las nuestras, pero con carga eléctrica opuesta: es la llamada anti-materia, y él el tiempo corre hacia atrás. Si enfrentamos las palmas de nuestra mano, una palma es la imagen especular de la otra, parecen iguales, pero hay un detalle: una es derecha, la otra izquierda.

Sé que esta propuesta cumple una ley fundamental de la física, llamada CPT simetría, que no oso entender y menos explicar. Pero dicen que podría resumirse como el hecho que requiere de que cualquier proceso físico siga siendo el mismo si se revierte el tiempo. La simetría se mantiene si existe el par universo-anti universo; materia-antimateria. Uno se expande hacia adelante (el nuestro), el otro hacia atrás, con la misma velocidad. Desde el big bang, ambos no hacen sino crecer. Podemos imaginarlos como las dos ampollas de vidrios de un reloj de arena, una blanca, la otra negra, en una la arena cae y cae... en la otra sube, sube...

(El color diferente sugiere la distinta carga eléctrica).

Una de las ventajas de esta teoría reside en el hecho que puede explicar todos los fenómenos en base a las partículas sub-atómicas conocidas, sin necesidad de postular otras nuevas. Nosotros, ¿no vemos diariamente en los espejos el mundo duplicado?

Llega otra noticia desconcertante: existiría el tiempo antes del big bang.

Una buena noticia es la llegada de la sonda china a la cara de la luna, que por la peculiar rotación de nuestro planeta, estuvo siempre oculta a los hombres, que no pudieron pues "cubrirla de antiguo llanto”. Este alunizaje no tiene fines poéticos, como hubiera sido develar al fin el rostro de la mujer amada, sino bien prácticos: la posibilidad de construir un enorme parque solar que tendría luz solar las 24 horas del día, yacimientos de uranio y titanio y de helio en tal cantidad que como combustible de la fusión nuclear nos daría inagotable energía (¿barata?) por años y años. ¿Qué uso dará la humanidad a ese manantial de energía que podríamos comparar con el de la eterna juventud?

Y ahora analicemos los nombres. La sonda fue llamada Chan'e. Según contaban, hubo un tiempo en el que la tierra tenía nueve soles girando alrededor. Era tal el calor que los campos se calcinaron. Un cazador salió entonces con arco y flechas y de un flechazo fue matando los soles hasta dejar solo uno. Como premio le fue dado un elixir que lo haría inmortal. Lo guardó en su cabaña para disfrutarlo junto con su esposa Chan'e. Un intruso quiso robarlo pero Chan'e se interpuso y bebió todo el elixir y de un salto voló a la luna, haciendo de ella su morada. Y como pasa con los mortales al llegar a los astros, se convirtió en Diosa.

Y a jugar un poco con los nombres: Chan’e, la sonda llega a la luna. Aluniza es una enorme depresión que recibió el nombre escocés de Aiken (en homenaje a Robert Aiken, reputado por su estudio de los sistemas biestelares). Ariquen, en escocés, significa Adam (en hebreo: hombre) que surge de adama (Tierra). El destino de la luna parece haber sido siempre la tierra.

Pero también ahora se ha fotografiado "Última Thule", un asteroide más allá de Plutón, con forma de maní, color pardo-rojizo, no más grande que dos montes Éverest juntos, y probablemente con hielo que no está hecho de agua. Su nombre está lleno de evocaciones, pero esto queda para otra historia.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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