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AmiTur, en el ojo de la tormenta
AmiTur, en el ojo de la tormenta
AmiTur, en el ojo de la tormenta
Como alguna vez se aprendía en la escuela primaria, y no estamos seguros de que todavía se continúa haciendo, el juicio de residencia era un procedimiento judicial del derecho “de las Indias” –algunos afirman que lo era también del derecho de Castilla-, juicio por el cual, al llegar a su conclusión el desempeño del funcionario público, se sometían a revisión sus actuaciones y se escuchaban todos los cargos que hubiese en su contra.

No pudimos dejar de acordarnos de su existencia, al ver tantas cosas que suceden en nuestro entorno, comenzando por el nacional y de allí ir descendiendo, recuerdo que se reavivó con fuerza al enterarnos de un anuncio municipal efectuado en Colón.

Es que en lo que se conoce como la primera reforma de fondo, luego de la puesta en funciones de una “mega estructura cuasi ministerial”, nos encontramos con la decisión de la eliminación de AMITUR, una asociación mixta entre prestadores de servicios turísticos y la Municipalidad local, dado el hecho que su subsistencia no está contemplada en el Plan Estratégico en materia turística, el que ya estaría elaborado, y a poner en marcha por la actual administración.

Según los dichos de un concejal, al que desde muchos ámbitos se lo ve como la “eminencia gris” de aquella, uno de los aspectos más cuestionados de ese ente estaría en la forma de gestionar los fondos asignados. Un cargo muy grave, que es de esperar no haya sido lanzado en forma antojadiza, sino en base a pruebas fehacientes.

Ello así por cuanto, a estar a los mismos, el referido ente “tenía un presupuesto de 7 millones, pero no se gastaron de conformidad con el sector ni se pudo determinar dónde fueron esas partidas. Se está haciendo una investigación administrativa para determinarlo. Los pedidos de informes de los últimos años hacían hincapié en las rendiciones de gastos, cuyo balance era firmado únicamente por el Ejecutivo, sin el acuerdo de los privados y con dinero que no se invertía en el sector”. Clin, caja…

Por nuestra parte queremos creer que la decisión señalada y el anuncio subsiguiente, conociendo la prudencia con que hasta este momento al menos se maneja el jefe comunal, no quepa incluirlo en una estrategia similar a la que se da en el orden nacional, donde todo lleva a pensar que el núcleo del programa gubernamental gira entorno a la destrucción de todo lo que se hizo antes, sin ponerse a separar lo que se había hecho bien de lo que se hizo mal, como una forma más de borrar lo pasado y pisado.

Es por eso que lo que aquí nos preocupa, es la constatación de lo que sería una prueba más, del mal funcionamiento de los organismos de control de la actividad gubernamental a los distintos niveles. Y en el caso concreto de esta ciudad, el hecho que se supone que contaba con un primer control interno a cargo de la Contaduría Municipal y otro externo a cargo del Tribunal de Cuentas.

Y ante un funcionamiento del Concejo Deliberante con contundente mayoría oficialista, es una lástima que las bancadas opositoras de entonces en ese cuerpo, ante las anomalías señaladas, no hubieran comenzado por dar estado público a las mismas poniéndolas en conocimiento del vecindario, y eventualmente ponerlo también en conocimiento de la justicia.

De allí una pregunta: para normalizar las cosas y volverlas de esa manera menos escandalosas, algo que a nadie hace bien y menos aún a la imagen de nuestras instituciones; en la medida de lo posible, ¿habrá que volver a instaurar “el juicio de residencia”?
Fuente: El Entre Ríos

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