Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
No he podido menos que prestar oídos a la noticia que hemos dejado de ser un “país de frontera”, para convertirnos en uno que por lo visto tiene más categoría, al que se lo apellida como “emergente”. La verdad es que de entrada no entendí nada, y eso que no me considero flojo de entendederas.

La explicación de mi confusión es sencilla. Nunca dudé que como país teníamos fronteras. Y que más allá del río está rumbeando al este el Uruguay, al que antes se lo conocía, según me dicen como “república oriental”; y mirando hacia donde el sol se pone está Chile pasando la cordillera, que es otra frontera. ¿Qué era eso entonces de quedarnos sin fronteras?

Menos mal que mi tío, que las sabe todas, llegó para desasnarme. Y me dijo que eso de las fronteras es un nombre que no sabe de dónde salió, ya que en realidad lo que pasaba es que estábamos casi en el fondo de un pozo, rodeado por nuestras fronteras. Y que necesitábamos una forma de decir que diera la impresión que queremos salir del pozo y taparlo, siempre conservando las fronteras, cosa que me dio tranquilidad ya que está subiendo donde apunta la luz y era bueno echar mano a esa palabra. Porque, siguió diciendo mi tío, una cosa es ser pobre y otra que se note. Y que es por eso que se habla de emergentes, y que en eso estaríamos.

Y ahí fue donde se me hizo la luz, aunque todavía sigo dentro del pozo. Fue cuando me di cuenta que Macri, prudente él, nos quería sacar del pozo trepando despacito por miedo a que todo se desmorone. Y que nos vista no sé quién de “emergentes”, sería algo así como tener un paracaídas al revés, y tendría que hacer que la trepada se haga más rápida.

La duda que me quedó es que si con el apuro por emerger no terminaremos de nuevo en el fondo del pozo o eyectados vaya a saber dónde, y dejando muy abajo tanto el pozo como las fronteras (¡¡!!).
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

Enviá tu comentario