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Informamos con total amplitud en nuestra pasada edición impresa, en una nota periodística que daba cuenta de una conferencia de prensa, en la que expusieron tanto el intendente colonense como un exsenador nacional y un actual concejal concordiense. Al primero creemos que todos en Colón lo conocemos bien. Respecto al concejal concordiense, nada hasta el momento se pudo saber de él por la indicada conferencia, y en lo que respecta al exsenador, nadie puede desconocerlo, ya que cuenta con una larga, intensa y provechosa actuación tanto como legislador y funcionario público, a la vez que exhibe una consecuente militancia en diversas variantes de un único justicialismo, en la que se lo ve seguir una tradición familiar, que lo llevó a su padre a ser el primer gobernador peronista que tuvo Entre Ríos, cargo que ejerció con reconocida dignidad. La conferencia de prensa, por lo que deja traslucir la crónica periodística -a la que creemos fiel, como son todas las de este medio-, tenía por objeto ocuparse de un amplio espectro de temas, todos ellos focalizados en la Comisión Técnica Mixta (CTM) de Salto Grande, con una sesgada derivación a la persona de su actual presidente, a quien se comenzó y terminó mostrando como “el malo de la película”.

Es así como hubo insinuaciones acerca de un posible reclamo -que no se precisó si en un momento se iba a judicializar, pero ello no debería descartarse, ya que los visitantes habrían hablado del tema con los abogados de la municipalidad- del intendente porque al gobernador Bordet no se le dio la intervención que se sostuvo legalmente le correspondía en la designación de los directivos de esa CTM, a los que por esa circunstancia calificó de “intrusos” -cuando lo correcto habría sido tratarlos en su caso de “usurpadores”- y se denunció que el gobierno nacional “se está quedando con la plata de la provincia” de esa empresa eléctrica, cargo grave en el que no se entró en detalle, ni se hizo referencia alguna a los cursos de acción a seguir frente a lo que se señalaba como indebida apropiación.

De cualquier manera, el meollo de lo allí puesto en conocimiento del periodismo estuvo vinculado con el pésimo manejo de las aguas de la represa durante la última creciente, que produjo la creciente del río aguas abajo, con las graves consecuencias de todo tipo conocidas, que se explicaban en parte por la despreocupación de la CTM por el daño que ese manejo provocaba, consecuencia todo ello de priorizar en su accionar la generación de energía como forma de facturar más y más.

Por nuestro lado, tenemos la tristísima impresión de que nos encontramos ante no otra cosa que un ingenioso montaje -“mise en scène”, dicen los franceses- preparado por la administración local y del que habría que pedir disculpas a los participantes ajenos a la misma por haberlos hecho parte del mismo, dado sus propósitos claramente de hacer una notoria muestra de publicidad política.

Es que frente a lo dicho y escuchado, se hace necesario tener en cuenta que las actuales autoridades de la CTM frente a aserciones como en la oportunidad se escucharon, efectuaron declaraciones públicas dando cuenta que frente a la última creciente se habían aplicado los mismos protocolos utilizados en el caso de crecientes anteriores, algo que no fue desmentido por quienes ocuparon el mismo cargo en esa comisión con anterioridad.

A lo que le agregan las expresiones de reconocimiento que la actuación de la CTM ante esa emergencia efectuaron funcionarios de la Municipalidad de Salto. De lo que cabría colegir, que se asistió en la ocasión a una artera maniobra de la comisión que logró con éxito diseccionaran las aguas del río crecido primero para Concordia y después para Colón y sus playas. Acción en la que se debería ver -de hablarse en serio- algo más que el propósito de generar más energía al correr más agua, y consiguientemente de facturar.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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