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Se nos ocurre que Perón se inspiró en ese refrán repetido en forma incompleta, cuando docentemente nos decía que “mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”. Y vaya si tenía razón, ya que esa era la forma de lograr como él también lo decía, que “las cosas fueran a su medida y armoniosamente”.

Más de uno, aún en nuestros días, de esos que siempre lo malquieren, no solo escuchaban ese decir con cara seria que no alcanzaba para disimular su embroncado escepticismo, sino que hasta llegaban a afirmar no solo sueltos de cuerpo, sino también de boca que él es presidente, “como siempre, al decir esas cosas, se estaba riendo de nosotros”.

Que cada cual saque sus conclusiones. Por nuestra parte, lo que nos interesa señalar es que esa frase de Perón no solo son ciertas y válidas, sino que mientras eso así sucede, hemos visto como nosotros hemos modificado, ampliado y corregido la versión del referido refrán. Y lo hemos hecho de una manera que se distancia de aquel dicho de ingenio tramposo que se leía en algún cartel de las carnicerías de antes -que no exhibían en cambio almanaques adornados con mujeres de ropa escasa como sucedía en las gomerías- la advertencia de que “hoy no se fía, mañana sí”.

Es que en nuestro caso, y al menos en lo que a la gestión de la obra pública respecta, no está nada desencaminado quien afirme que “del dicho al hecho hay mucho trecho”. El que se podría complementar añadiendo que el trecho se hace todavía mayor en el lapso que va desde su comienzo hasta su “mal hecha” finalización, mientras que se acorta desde allí hasta que lo mal hecho se convierta en “desecho”. En resumen esa versión corregida y ampliada del refrán original vendría a resultar en cambio “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Pero mayor es todavía el que va desde que lo hecho se comienza a ver y toma forma en un mal hecho. Después de lo cual las cosas se aceleran, hasta que “lo mal hecho quede desecho”.

Una formulación que podría acortarse e inclusive convertirse en dos refranes separados si se dice que “del dicho al hecho hay mucho trecho. Y poco de lo mal hecho al desecho”.

Y si hemos empleado casi cuatrocientas palabras en esa introducción -exactamente 386- es por el malestar que nos ha provocado -visible por otra parte en la intendente de San José- el tomar conocimiento que la reconstrucción “a nuevo” -porque en el estado actual debería tenerse por imposible un mero recapado- de la ruta 26 en el sector que va desde el Arroyo del Doctor hasta el acceso a la ruta 14, ha sufrido una nueva postergación, como consecuencia de haberse declarado desierta la convocatoria por la que se licitaba la obra.

Lo que viene a decir que hemos de ver pasar el tiempo en reclamos y reclamos, todos ellos desatendidos, para pasar luego a otro entre anuncios, reanuncios y requetéanuncios -o sea en anuncios infinitamente repetidos y que por lo visto hasta el momento han concluido en un fiasco- con el agravante en este último caso que se ha puesto en juego la seriedad de un número no menor de funcionarios.

Lo que nos lleva a preguntarnos, cuántas idas y venidas nos tocará ver, cuántas serán las visitas de funcionarios que se recibirán, cuánta la publicidad de gestiones que otros funcionarios al respecto efectuarán, cuántas las reuniones y las fotografías que a ello dará lugar, hasta el momento que se logre un vía “cierta, segura y segura”, aunque no sea, en este caso, para abortar.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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