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En nuestra columna de la semana pasada tratamos de la resiliencia de la economía peruana frente a una crisis política interna. En la de hoy, nos ocupamos de la crisis de un país inmediatamente vecino, Ecuador, donde las dificultades económicas se trasladan a la política. Ahí, como aquí, las instituciones son mas endebles y no gozan de tan buena salud. Pero a diferencia de lo que aquí sucede, Ecuador había recorrido todo este tiempo una buena parte del arduo camino de la reconversión de su economía, con el extremo de una dolarización incluida, y la salida de la crisis permanente se anunciaba como mas cercana. Por lo menos hasta ahora.

La economía de Ecuador se ha venido recuperando de manera gradual pero continua durante los últimos años, habiendo superado con cierto éxito el proceso de dolarización que los dejó sin moneda primero pero más tarde sin inflación. Producto del último acuerdo entre el gobierno de Lenin Moreno, su presidente, y el Fondo Monetario Internacional, el gobierno ecuatoriano decidió en los últimos días terminar con el subsidio a los combustibles. Esto implicó un aumento inmediato en el precio de la nafta de aproximadamente 120%, lo que habría de traducirse en un aumento de 3% en el índice general de precios, un guarismo alto para una economía ahora acostumbrada a números más cercanos a cero.

"A diferencia de Perú, en Ecuador las dificultades económicas se trasladan a la política. Ahí, como aquí, las instituciones son endebles y no gozan de buena salud"

Si bien la gran perjudicada por la medida es la clase media, -las clases más bajas se mueven en transporte público y por lo general no tiene movilidad propia-, fueron los grupos más postergados los que alzaron su voz, con marchas al Congreso en Quito y disturbios callejeros varios que obligaron a los Poderes Ejecutivo y Legislativo a mudarse a Guayaquil, la otra gran ciudad de Ecuador. En el medio, el ex presidente Rafael Correa, hoy exiliado en Bélgica y con la vuelta prohibida por los cargos por corrupción que enfrenta, pidió un llamado anticipado a elecciones , tal vez tratando de aprovechar el momento de debilidad de Moreno, un ex aliado suyo. Ya con el correr de las horas, y con medias adicionales como el toque de queda, hubo cierta vuelta a la normalidad. A pesar de las marchas de indígenas por un lado y trabajadores por el otro, Moreno volvió a Quito en el día de ayer donde se avizoraba cierta mayor tranquilidad. Entretanto, seguía sin quedar claro que sucedería con las medidas económicas anunciadas.

En el medio de todo este revuelo, Diosdado Cabello - número dos del régimen y presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela-, cuan diablo decidió meter la cola. Ecuador es uno de los países con mayor presencia de los venezolanos que decidieron dejar su país ante la crisis política y económica que vive, y es sabido que esa solidaridad, compartida por muchos otros países de la región incluyendo al nuestro, despierta cierto recelo entre los líderes de la revolución bolivariana. ¨En estos días ha habido una brisita bolivariana en Ecuador, Perú y Argentina… una brisita¨ dijo, haciendo referencia a los procesos políticos en aquellos países y en el nuestro. Lo sucedido en Ecuador y Perú lo explicamos aquí ahora y el otro día, lo de Argentina cabe suponer eta relacionado con la posible llegada de Alberto Fernández al gobierno, quien ya en estos días ya anticipó la salida de Argentina del Grupo de Lima, alianza que reúne a la mayoría de los países de la región y que se ha expresado abiertamente en contra del régimen de Maduro, si es elegido presidente.

"Si la imagen del espejo de Ecuador es más fiel a la nuestra que la del espejo de Venezuela, deberíamos seguir con cierta atención lo que sucede en aquel"

Mientras Venezuela sigue dándonos pánico con solo de pensar que tal vez sea el espejo que devuelve la imagen de nuestro futuro, Ecuador se acerca más a aquel otro que nos devuelve una imagen más cercana a nuestro presente. Penurias económicas que se van solucionando no sin mucho dolor, e inestabilidad política frente a la resistencia de distintos grupos que no la pasan bien y a los que le cuesta entender que tal cual como están planteadas las cosas el país es inviable. Eso sí, Ecuador nos lleva una luz, sino varias, de ventaja. Aceptó su problema y decidió resolverlo de alguna forma, tratando de sumarse al camino que ya recorren la mayoría de los países de América. Nosotros seguimos todavía en un estadio anterior, convencidos que al paraíso se llega sin sacrificio y gracias a nuestro carácter de elegidos. ¿Es que no somos mejores que el resto? Parece que todavía nos queda un trecho antes de llegar a la aceptación.
Fuente: El Entre Ríos Edición Impresa

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