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El próximo 5 de mayo se cumplen doscientos años de la muerte de Napoleón Bonaparte. Como ocurrió hace 6 años, cuándo el bicentenario de la batalla de Waterloo, una avalancha de libros, artículos y otros temas vinculados a la ocasión, estarán ya previstos. No así esta página, que surge sólo por la lectura de la reseña de un reciente libro de Ambrogio Coriani, que trata un tema no profundizado aparentemente, por otros biógrafos, como fue la relación entre el Papa Pío Vll y Napoleón.

Se suma así uno libro más, a los 200.000 que han sido escritos sobre el gran corso, que a no dudar llegarán en un futuro al número de los soldados caídos en su campaña a Rusia, tan sangrienta y mortífera puede ser la gloria. Después de la invasión a Italia , que le diera sus primeros y deslumbrantes triunfos, la relación de Napoleón con el Papa Pio Vll fueron muy difíciles. El Papa, Barnaba Chiaramonte, miembro de la pequeña nobleza de Cesena, al sur de Rávena, fue un monje benedictino, gran teólogo y acogedor a las ideas nuevas.En la biblioteca de sus diócesis figuraban" L' Encyclopédie" y Locke y también escribió "La virtud cristiana hace a los hombres buenos demócratas...La igualdad no es idea de los filósofos si no de Cristo...y no creo que la religión católica esté en contra de la democracia¨.

Pio Vll fue confesor de su predecesor, Pio Vl, también hostigado por los franceses, y fue elegido Papa en un cónclave efectuado en Venecia, por estar ocupados los Estados papales por Francia. Napoleón dijo de él que era un buen jacobino. Pero la tiara que usó para su consagración era de papel maché, pues las legítimas habían sido robadas por la soldadesca francesa. Y es un alivio saber que hubo hace mucho un Papa jacobino. En 1801 firma el Concordato entre el Estado Francés y el Vaticano, donde se demarcan derechos y obligaciones de cada uno de ellos .Se proclamaba la libertad religiosa, reconociendo la religión católica como predominante, pero no oficial; ,era privilegio del Papa deponer a los obispos (que eran nombrados por Napoleón); el estado pagaría los salarios del clero, pero después que sus miembros prestaran un juramento de fidelidad al gobierno;, renunciaba la Iglesia los derechos sobre las tierras ocupadas durante la Revolución. Se estableció al domingo como día de festival, se abandona el calendario republicano y se vuelve al calendario gregoriano. Este concordato no fue aceptado por una minoría de los católicos franceses que se separaron de la Iglesia de Roma , manteniéndose actualmente como "la petite Église" y conservan el rito en latín.

La tercera República, en 1906, rompería el concordato de 1801. Cuidado, "la petite Église" es también una marca de vinos, ya sabemos que hoy todo se desacraliza. Este acuerdo duró más de un siglo, tres años después de su firma, el Papa viajó a París para la coronación de Napoleón y Josefina. En ese momento, inmortalizado por David, y del que se recuerda el audaz gesto en que el consagrado Emperador, arrebata la corona al Papa y se la ciñe él mismo en su cabeza, Su Santidad se limita a una bendición al ser coronada Josefina. Pero al comenzar 1808, Napoleón está nuevamente inquieto, codicia los Estados Papales y quiere ser él quien gobierne a los obispos en Francia, una forma de asumir la jefatura de la Iglesia. El Papa se defiende con excomuniones, pero ellas no calman al Emperador, quién toma prisionero al Papa y le encierra en la ciudad de Savona, en la costa ligur, cercana a Génova, cuna de los famosos Papas Della Rovere, Sixto lV y Julio ll. En Savona el Papa fue muy maltratado y sometido a un continuo espionaje, aquí creo que hay versiones diversas, incluso se habla de un buen carcelero, pero las dos cosas no son incompatibles. En 1812 es trasladado a Francia, a Fontainebleau, donde sus condiciones no son mejores. Incluso el Papa habría sido arrastrado por el suelo, tirando de sus cabellos por el mismo Emperador, según Chateaubriand, confiable hasta cierto punto. En realidad el Emperador lo había sacudido, tomándolo de las solapas o de los botones de la casaca, una acción imperdonable.

La prisión del Papa despertó una ola de repudio a Napoleón en toda la Europa católica, hasta su liberación en 1814, así como cierta admiración al negarse a excomulgar a los enemigos de, Emperador. En realidad cabe sospechar que el Papa tuvo más influencia en el fin de Napoleón que los generales que lo cercaban, prontos a negociar. Ya libre y en Roma, Pio Vll no se muestra demasiado benévolo. Restaura la Inquisición y el Index; devuelve los judíos a su antiguo gueto, y les prohíbe salir de noche, como a nosotros ahora. Regresa la Compañía de Jesús, restaura el Coliseo, descubre bellas antigüedades excavando en Ostia, se opone fieramente a masones y carbonarios, así como crea varias diócesis en los Estados Unidos de quien dice que han hecho más por la cristiandad que muchos países europeos, al liberar las costas del mediterráneo de piratas berberiscos.

Murió a consecuencia de una fractura de cuello de fémur, con más de 80 años. No sería raro que sea declarado santo. Creo que Benedicto XVl, quien no fue jacobino, inició el proceso. Allí, a la Santidad, no llegará ciertamente Napoleón. Murió en Santa Elena el 5 de mayo 1821.Su muerte se atribuyó a un cáncer gástrico, causa de la muerte de su padre; pero recientes análisis de sus pelos demostraron que fue metódicamente envenenado con arsénico, probablemente por los ingleses que lo custodiaban. Tenía solo 51 años. Un final de Agatha Christie. Los finales raramente son merecidos, pero quien puede asegurarlo.

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