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No es lo mismo el mundo al revés que el reino del revés, de lo que se dio perfectamente cuenta María Elena Walsh con una perspicacia sorprendente en un cantaautor; cantaautora, perdón.

Para empezar porque el reino es una cosa mucho más chica que un mundo, por más que escuché decir a mi abuelo, que lo había escuchado decir de alguien más viejo que él, que en el reino de un tal Carlos V nunca se ponía el sol, una forma de decir que siempre había una parte con sol. Como sucede con las casas construidas a medio rumbo, esas que no miran ni al norte ni al sur, sino que lo hacen al noroeste o al sureste, o algo así, de manera que por delante o por detrás tienen sol a la mañana y a la inversa les sucede por la tarde, que es como debe ser.

¿Sabían eso de Carlos V y de su reino permanentemente diurno en algún lugar? Porque esas son cosas que ahora no se enseñan en la escuela, o al menos no me las enseñaron a mí. Por lo que me sorprendí tanto al escuchar al chiquilín hijo de un amigo afirmar que Cristóbal Colón era hijo de unos humildes cardadores de lana, aunque no supo responder a mi pregunta tramposa si era judío o genovés.

Pero ¿qué es eso del revés? Es lo mismo decir “al revés” que “del revés”... Porque “del revés” suena a cachetada o a infortunio, mientras que “al revés”, da la idea de una cosa que está “patas arriba”. Miro a mi alrededor y me pregunto: “¿estamos bien?”. Escucho que una vocecita interior me susurra convencida: “no estamos bien”. Entonces le pregunto sorprendido y hasta con un poco de temor: pero ¿“al revés” o “del revés”? El susurro es “las dos cosas a la vez”.

Fue entonces cuando salí de mi ensimismamiento cruel, como diría no María Elena sino un cantor de tangos. Y me pregunté acerca de cómo es que había llegado hasta aquí, y en seguida lo comprendí.

Todo era consecuencia de las gansadas que no había tenido más remedio que tragarme de quienes hablaban de un partido de fútbol que habían jugado Boca y Tigre, y que estos como verdaderos pumas o jaguares, sin dejar de ser tigres, el equipo que se asoma al delta había ganado.

Qué fue lo que provocó un cruce de comentarios y hasta de actitudes improcedentes y hasta que lastiman. Para ejemplo de estas últimas, el de un hincha de River que no dejaba de mostrar cara de satisfecho y sonreírse y levantar las manos, sin decir una palabra porque sabe que soy hincha de Boca por parte de madre. Y en materia de comentarios disparatados no puede menos que hacerme eco de un casi compañero por sus simpatías con el club de la rivera, quien muy enojado no se cansaba de repetir que la derrota de Boca era culpa de Sergio Massa, para quien su madre es todo aparte de Malena Galmarini, y que en tren de seguir en su trayectoria de buscapié picarón, como lo llamó Lavagna, había trenzado con su compañero Moyano ahora revenido como él cristinista, para que presione a Tapia, por ahora yerno de Hugo, y que es todavía más hábil que ellos, según dicen en todo tipo de enjuagues!!!

Me recordé que había pensado, cuándo hablaremos en serio y dejaremos de decir disparates, y se me apareció, lo juro y rejuro, la imagen de María Elena y comenzó el desvarío.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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