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La última presentación de la Señora Vicepresidenta en Tribunales por la causa del dólar futuro, fue cuanto menos, llamativa. Más que declarar razones, con gran enojo y cierta violencia verbal, se dedicó a injuriar. "Hubo corrupción en el Gobierno y no la hay en la Justicia?".Si somos todos corruptos todo es igual, la corrupción de los otros, salva la mía. Olvidemos que muchos de los Jueces de la Suprema Corte fueron nombrados por quién los acusa, y que bien se protegió con la sentencia que le obsequió el juez Oyerbide, quien no pudiendo justificar sus ingresos, ni lerdo ni perezoso hizo vista gorda a las irregularidades de otros. Los sucesos actuales parecen seguir los conocidos versos de Discépolo, tristes y certeramente proféticos."Que falta de respeto, qué atropello a la razón....``. Así decía y así vivimos. Y si va a continua?.Alguno de los jueces podría haber recurrido a la respuesta que refirió De Quincey del agredido a la ofensora:"Esto , señora, es una digresión, espero su argumento" .

Ayer mismo leímos que en España, un poco en broma y no poco en serio, proponen que Repsol erija un monumento a la Señora de Kicrhner y a su entonces ministro de Economía, por la compra de las acciones de YPF, para que la Argentina posea la mayoría de las acciones de esa empresa. Pagamos por ella u$a 5.000 millones, y el valor de la misma en el mercado es de u$a 1.500 millones, con u$a 6.200 millones de deuda y juicios pendientes por monto impreciso. Esa son las cosas que hay que aclarar, sin enojos, demostrando un accionar razonable.

En realidad del montón de causas que enfrenta la Señora Vicepresidenta con la Justicia. la del dólar futuro parece la más fácil de defender. Hay otras que el ciudadano común no entiende bien, pero aún el más primitivo de ellos no deja de asombrarse al ver la fortuna acumulada por una pareja de Presidentes en pocos años, cuyos sueldos siguen el escalafón público y que tampoco parece justificar su labor profesional. Sin enojos, la ciudadanía estaría feliz con la aclaración, "ah,era por eso", y todos a casa y asunto terminado. No queremos ver escenas que parecen tomadas de "Filomena Marturano". En la Corte, ante la TV, el país mirando:verdad, sencillez y elegancia. Será pedir mucho?

La gente está acorralada. Todos sabemos de algún conocido muerto en la pandemia. Lo que al principio fueron solo números, fueron tomando rostros, en mi caso el de mi vecina que se escapa rápido los jueves a jugar a la canasta. La vacuna tarda en llegar, provocó el escándalo de mostrar cómo favoritismos políticos burlaban las restricciones dictadas por su propio gobierno. Contando con ilustres hospitales se vacunó en oficinas, a escondidas, cuando el personal que asistía a los enfermos no contaba con dicha protección. La larga fila de octogenarios en la vereda de la Rural rosarina, al sol de verano, evocó imágenes de pareja deshumanización en tiempos de guerra. La inflación es altísima, tanto que se llega a desconfiar de los índices oficiales. Hay desabastecimiento en los grandes mercados. La reciente ley de alquileres provocó una disminución de ofertas y el aumento del valor de las locaciones. Barrios enteros de la Capital han cambiado totalmente su fisonomía, como si hubiéramos atravesado una guerra. Se clausuraron comercios con años de historia, esfuerzos de generaciones cayeron en la nada. Sin duda guerra y peste son similares tragedias.

La inseguridad es ciertamente horrible. Una moto con dos jovencitos cunde la alarma como si tocan a degüello, y veces actúan en forma que se parece bastante. Pese a todos los gritos de" ni una más" hubo en realidad un redoble de la apuesta. El feminicidio aumentó en el año en cifras en que casi se los cuenta por hora. La complicidad de la víctima en un delito siempre ha sido considerada, y no se perciben señales de alerta públicas a las chicas y mujeres jóvenes, de los rasgos de personalidad del varón o en su conducta o situaciones que puede llevar al feminicidio. Muchos padres no parecen cuidar a sus hijos como lo hicieron los nuestros, la juventud es mucho más libre y procaz, el alcohol y las drogas contribuyen, al igual que las uniones irregulares y familias ensambladas en forma malsana..

Nuestro Presidente no ha sido feliz en tantas ocasiones, que casi podemos prever lo que ocurrirá después de alguna de sus manifestaciones. Así como en el pasado había hablado y escrito con dureza sobre la Señora Vicepresidenta, eso parece haber quedado en el olvido a al ser elegido como acompañante de fórmula. Despide a un ministro por las vacunas y luego califica este escándalo como un problema sin importancia, se pavoneó al inicio de pandemia comparando lo que ocurría en Chile con lo que nos pasaba, y ahora a Chile le fue mucho mejor que a nosotros y está vacunando en forma record, y regala vacunas a Ecuador y Bolivia, se lanzó contra Vicentin y reculó a los dos días. aumentó las retenciones a la exportación de cereales y los dos días las bajó, autorizó un aumento a las prepagas y ese mismo día canceló el aumento. Ungió a Gildo como la joya de su presidencia y tuvo en Formosa la mayor sacudida popular en la historia de esa provincia. Y mi memoria es corta. Estoy esperando su respuesta a Franja Morada, para debatir si es correcto o no romper una lista de espera, violando un reglamento oficial, cuyas excepciones se redactaron después de cometidas.

Cuando la actual Ministra de Salud prestaba juramento, sabía que sus padres se habían vacunado violando las normas que el Ministerio había dictado, y por lo cual expulsaron Ginés Gonzalez Garcia. Todo un paso de comedia. Los vacunados, fuera de las reglas, podrían haberse solidarizado con el pobre Ginés, y renunciado a sus puestos. Ante masivas renuncias que mejor que declarar una ley de amnistía?

Que recuerdo de estos días nefastos, de contagios, muertes anunciadas, la economía maltratando la paz hogareña, guardará nuestra niñez actual para el futuro?..Esto también modelará la Argentina del mañana. Más de la mitad de los niños argentinos son pobres y las recetas económicas para mejorar el país son más o menos las mismas desde 1970.Los viejos las conocemos bien y a esto nos llevaron. Una delicia. Y hay muchas otras cosas, pero mejor callar. No haremos que algo se corrija y la decepción amarga, mucho más de lo que enoja.

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