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Guastavino, al lado de Pichetto
Guastavino, al lado de Pichetto
Guastavino, al lado de Pichetto
Es motivo de escándalo la verdadera corte de la que se rodea la mayoría de los senadores

Así como en nuestra provincia los legisladores locales se pusieron inquietos, luego de las denuncias de dos de los asesores de un diputado provincial domiciliado en Maciá, porque éste les exigía la entrega de parte de sus haberes para destinarlos al “gasto de la política”, una situación parecida se está comenzando a vivir en el Senado de la Nación, quedando por ver cuando “la olla” se destapará en la Cámara de Diputados.

Esto último ocurrió como consecuencia de haber tomado estado público la detención de cinco de los asesores contratados por el senador nacional Guastavino, por habérselos encontrado presuntamente incursos en un delito de fraude al estado. Frente a lo cual habría- según fuentes periodísticas- afirmado en un primer momento que “el total de los que trabajan conmigo no pasan de diez”; para, al comenzar “a escarbarse la cosa”, terminar diciendo: “está bien, son más, pero yo no soy el único”.

Y debemos a la paciente agudeza de la periodista Mónica Farabello de nuestro colega, el diario “El Día” de Gualeguaychú, un exhaustivo informe sobre “cuánto nos cuestan” cada uno de los senadores nacionales; a los que si bien se los puede medir con la misma vara, dan cuenta de montos disímiles en cuanto al total del costo que cada uno de ellos representa para todo nosotros.

En el informe aludido, para colocar las cosas en su contexto, se señala que el Senado de la Nación está compuesto por 72 legisladores; tres representantes por cada una de las distintas provincias y la Ciudad Autónoma de Buenas Aires.

Todo esto hasta el momento del informe ya que después del mismo las dietas y accesorios de los legisladores fueron aumentados.

Los Senadores, sumando su dieta básica y canjeando sus pasajes, llegan a los 183 mil pesos mensuales; aunque si se le agrega el cobro por el desarraigo, el monto total percibido llegaría a los 206 mil pesos mensuales. Nada que pueda escandalizar a los jueces.

Pero lo que sí es motivo de escándalo es la “verdadera corte” de la que se rodean la mayoría de los senadores. Tal el caso del senador Guastavino. Del que vamos a efectuar una especial referencia, no por existir una cuestión personal con él, sino porque no solo es icónico en la materia, sino por cuanto es el “que nos queda más cerca”. Máxime si se tiene en cuenta que la mayoría de los demás, no le van precisamente en zaga.

Es así como se señala que, según datos publicados en la página oficial senado.gov.ar, el senador suma un total de 26 empleados: 13 de ellos en planta permanente (entre los que se encuentra su hijo Ireneo Guastavino) y 13 más de manera temporal.

Antes de seguir adelante, resulta oportuno señalar que quienes tienen la oportunidad de formar parte de una de las “cortes” del Senado cuentan con una escala salarial que va desde la categoría A1 hasta la A14. Esto se traduce en sueldos que van desde los 11.771 pesos hasta los 72 mil pesos, sólo de básico; es decir, sin contar títulos o módulos que aumentan la suma final.

Respecto a las categorías de los contratados de Guastavino, se encuentran 6 en la A1, cobrando 72 mil pesos mensuales cada uno; 5 contratos en categoría A2, con salario de 61 mil pesos; 5 en categoría A3, cobrando 51.690 pesos mensuales; 4 contratos A 4 con un sueldo de 45.122 pesos.

Además, cuenta con 3 asesores en categoría A5 con un salario de 39.322 pesos, y dos empleados más en A6 y A9 cobrando 32 mil pesos y 21.665 pesos respectivamente.

Los salarios de los 26 asesores del legislador Guastavino le cuestan al Estado una suma total mensual de 1.369.234 pesos, por lo que al año la suma ascendería a casi 16 millones y medio de pesos; uno de los equipos más costosos del Senado de la Nación.

Otro a su altura, es el sanjuanino Roberto Basualdo que cuenta con 32 contratados; o el senador nacional “de izquierda” Fernando Pino Solanas que iguala a Guastavino con 26 contratados entre los que se encuentran su sobrina Marina Julia Cané Solanas con un sueldo de 32 mil pesos; su sobrino Damián Solanas con un salario de 45 mil pesos y hasta su hijastro.

En el otro extremo se ubica Esteban Bullrich (Cambiemos) con una sola asistente en planta permanente en categoría 5 y ninguno en planta transitoria; y la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner con dos asesores de contrato transitorio en categoría A1 y ninguno en planta permanente.
De allí que constituiría un acto de sanación, sobre el que venimos hasta ahora, afortunadamente con suerte creciente, logrando que se desnude la totalidad de los gastos gubernamentales, sin hacer distinción entre los tres poderes y a todos los niveles de nuestro estado federal, que conforman una suerte de pirámide en cuya base están las municipalidades.

Es que se trata de conocer todos los gastos, inclusive los que se generan en escondidos recovecos, sin olvidar los que afrontan con cajas y cajitas. Y a este respecto viene al caso señalar que como lo ha develado la Sigen a través del contenido de una auditoría en la administración nacional actual -mejor no pensar en lo que sucedía en los tiempos de los bolsos y el dinero contado con balanzas, y a lo que sucede con las cajas chicas de las más pobres de nuestras municipalidades- es que se dan casos que llevan a concluir que no se ha podido domeñar esa corruptela, señalándose así la existencia de cuentas vinculadas con la concurrencia de un ferretero a un domicilio particular, gastos en picadas con delicatessen, viajes en taxi sin justificar y excesivos alquileres de cocheras, de donde las “cajas chicas” siguen dando sorpresas.

Aunque no es de extrañarse, ya que nadie ignora que la carne es débil, y que la tentación –cuando no la angurria- es grande, dado lo cual se hace necesario tener permanentemente alta la guardia, y vigilante la mirada.

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