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El viernes llegó el acuerdo parcial para frenar la escalada de la guerra arancelaria iniciada hace 15 meses entre Estados Unidos y China. Estas relaciones tienen en vilo a la economía mundial, ya que ambos países representan el primer y el tercer lugar, respectivamente, en cuanto a tamaño de PBI - un indicador que representa el valor monetario de todos los bienes y servicios producidos en un territorio y por un tiempo determinado. Con esto en mente, las variaciones en una relación tan importante no pueden no impactar en el mundo globalizado en el que vivimos.

Este acuerdo parcial comprende cuestiones relativas a la propiedad intelectual, los servicios financieros, el tipo de cambio y estipula también la compra de productos agrícolas estadounidenses por 50.000 millones de dólares. Según Trump, las exportaciones actuales de productos de este estilo no superaron nunca los 16.000 millones de dólares, así que representaría un salto cualitativo para el país del norte. Este último punto podría traducirse en efectos negativos para la Argentina, ya que es un país agroexportador y, al comprar más en otros mercados, China podría comprarnos menos a Estados como el nuestro.

Ahora bien, a la hora de pensar las relaciones entre China y Estados Unidos, cabe destacar LA gran pregunta: ¿qué país es más dependiente del otro? Según el Foro Económico Mundial, China tuvo una balanza comercial (exportaciones menos importaciones) para el año 2018 con un resultado positivo de U$S 306.762 millones. En cuanto al comercio con EE.UU., presentó un superávit de U$S 281.816 millones. Por el lado norteamericano, la balanza comercial de 2018 arrojó un déficit de U$S 554.370 millones, de los cuales la gran parte está determinada por los intercambios con el país asiático.

En ese contexto, los aranceles impuestos a las importaciones chinas han llegado a un valor superior a los 360.000 millones de dólares, y antes de que se llegara a este acuerdo del pasado viernes, Trump amenazaba con extenderlos a los 160.000 millones restantes, para cubrir el total de productos y bienes que cruzan la frontera. ¿Qué impacto tuvieron estas medidas?

De acuerdo a los datos existentes, para el período enero-junio de este año, ambos países bajaron las exportaciones, pero fue mucho más acentuado para los Estados Unidos: mientras que China exportó 177.214 millones de euros a la tierra de Trump (representando una caída interanual del 8,4%), Estados Unidos exportó alrededor de 52.366 millones de euros al país sinocéntrico (con una caída interanual de un 29,9%). En criollo: el superávit en las relaciones comerciales entre ambos países se mantuvo a favor de los chinos, quienes incluso lo aumentaron un 5%.
¿Cómo se ve afectado el resto del mundo?
Podemos observar que, tal y como afirmamos más arriba, las relaciones entre ambas potencias son súper determinantes para el mundo. Así lo confirman las previsiones de crecimiento global en términos de PBI efectuadas por el Fondo Monetario Internacional: en el mes de julio, las previsiones cayeron un 0,1% para colocarse en una expectativa del 3,2% mundial, y reza el informe que se da “como consecuencia de las tensiones comerciales entre Washington y Pekín.” Un dato de color lo brindan los tweets del presidente Trump: cada vez que tuitea sobre las relaciones con China, hace bailar a los mercados. De hecho, la JPMorgan elaboró un índice al que bautizó “Volfefe” para medir el impacto de su presencia en redes sociales a la hora de ver las variaciones en la Bolsa.
• Bolsas: ante el aumento de las tensiones, aumenta la aversión al riesgo o, lo que es lo mismo, los inversores salen de los activos de mayor riesgo (por lo general, en países emergentes=países como la Argentina);
• Renta fija: los mayores beneficiados en materia financiera son las inversiones con una renta fija. Dentro de ellas, los bonos soberanos (emitidos por los Estados) son los más confiables (y que por lo general están en los Estados desarrollados) y los que dan mayores ganancias;
• Divisas: el dólar continúa aumentando de valor, a pesar de ser el origen de todas las tensiones y de la política monetaria expansiva de la Reserva Federal de EE.UU. (malas noticias para la Argentina);
• Tipos de interés: se registra una tendencia a la baja, en relación con políticas monetarias expansivas por parte de los principales Bancos Centrales (es decir, buscar aumentar la cantidad de dinero disponible) como un seguro contra posibles riesgos. Los países más desarrollados presentan tasas históricamente bajas como, por ejemplo, Suiza con un -0,75%, Japón con un -0,10%, la Zona Euro con 0%, Corea del Sur con 1,5%, EE.UU. con 1,75% y China con 4,25%. La Argentina representa la tasa de interés más alta en el mundo, con un 69,49%.

Esas son las principales tendencias a nivel mundial, y me pareció interesante colocar allí los datos de nuestro país para poder ver el rumbo que estamos tomando.

Estados Unidos y China representan las dos superpotencias de nuestro siglo. La disputa por la hegemonía y el predominio sobre los asuntos mundiales, con una escalada en innovación tecnológica, dominio político e interdependencia económica, posicionó al país asiático a punto de tiro de Estados Unidos. Su crecimiento ha sido imparable en los últimos años. La potencia dirigida por Trump parece aceptar, con esta escalada arancelaria de los pasados 15 meses, que debe poner palos en la rueda de su rival para evitar ser sobrepasado, aún a sabiendas que esto trae consecuencias para sus propios nacionales. El truco está en conseguir que el impacto negativo sea mayor para China. ¿Lo conseguirá?
Fuente: El Entre Ríos.

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