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(Período 01-01-1891 hasta 31-12-1892)

POR LORENA MUÑOZ
lorenakatar@yahoo.com.ar

Don Juan Segiser tuvo una larga trayectoria en la vida municipal antes de convertirse en presidente de la misma. Con seguridad formaba parte de aquellos “vecinos inteligentes” según las categorías utilizadas en nuestro municipio en esa época.

En marzo de 1877, bajo la intendencia de Miguel Berga, la corporación decidió nombrarlo en el cargo de delineador municipal, teniendo en cuenta sus aptitudes y conocimientos en la materia.

Al año siguiente, en febrero de 1878, al haber presentado la renuncia al cargo de secretario Don Herminio de Quirós, la corporación lo nombró secretario interino. Este puesto sería desempeñado por Segiser en varias oportunidades: en el año 1882; en 1883, en reemplazo de Policarpo de Elía (hijo) hasta febrero de 1884 y nuevamente en junio de 1885.

El 10 de noviembre de 1881 Don Juan Segiser formó parte de una comisión examinadora que tenía como fin ayudar a la comisión escolar en la evaluación de los conocimientos adquiridos por los alumnos de las escuelas del municipio.

El 28 de febrero de 1885 formó parte de la nómina de 5 personas que eligió el HCD para conformar el Consejo Escolar Departamental. En mayo del siguiente año, siendo el Delineador Municipal se ocupó de estudiar el ensanche del cementerio y establecer las bases para sacar la obra a licitación.

Segiser contaba con 44 años cuando comenzó su período como presidente municipal, casi al mismo tiempo que asumía un nuevo gobernador en la provincia, Don Sabá Hernandez.

Las elecciones llevadas a cabo en diciembre de 1890 proclamaron a Don Juan Segiser Presidente Municipal, y el 26 de ese mismo mes se le tomaba juramento. Sucedió al cargo a Francisco Fernández Warlet, asumiendo la jefatura del Departamento Ejecutivo el 1 de enero de 1891. Estaría en ese cargo exactamente dos años. En este período atendió las más diversas problemáticas que enfrentó el municipio, llevando su labor con esmero y tenacidad.

Las tareas que impulsó y las dificultades a resolver se centraron en torno a la invasión de langostas; la rectificación en el uso de los recursos financieros para educación; la secesión de San José y el desvío de los recursos tributarios de los principales propietarios del municipio hacia otras ciudades.

Antes que termine el mes de enero, la terrible invasión de las langostas marcó la dirección del trabajo del presidente municipal. Las plagas de la langosta enfrentaban a la sociedad de entonces con la amenaza del hambre y la certera falta de alimentos. Segiser se abocó a resolver esta gran problemática de modo integral. Escribió al entonces Director del Departamento Nacional de Agricultura, Don Julio Victorica, solicitándole que el gobierno nacional promulgue una ley que obligue a la persecución de la langosta en todo el territorio de la República. Se expresaba en estos términos: “la urgente necesidad de perseguir y aniquilar a tan terribles y voraces insectos. En pocas horas el fruto del trabajo y del sacrificio quedan aniquilados. [..]Es necesario que sea el Exmo. Gobierno Nacional quien promulgue esa ley”.

Al mismo tiempo, Segiser envió una circular a los presidentes municipales del resto de la provincia de Entre Ríos, invitándoles a sumarse al trabajo mancomunado ante la plaga. La mayoría de los municipios se sumaron a la iniciativa colonense. Incluso adhirió el Intendente del Rosario de Santa Fé, acompañando la ley del Poder Legislativo de esa provincia sobre langostas.

Es conveniente aclarar al respecto que, las primeras provincias que legislaron acerca de la langosta fueron, en este orden: Santa Fé, Entre Ríos y Buenos Aires. El Congreso Nacional, finalmente, aprobó la ley del 26 de agosto de 1891 por la cual se establecía, que el Poder Ejecutivo de acuerdo a los gobiernos de provincia, tomará las medidas conducentes a combatir y extirpar la langosta en cualquier punto del país, declarando obligatoria la participación del colono.

En el otro orden de cosas, y en referencia a los recursos destinados a educación en el departamento, Segiser propone recuperar contribuciones legítimas del departamento que se desvían. Escribe notificando de la situación a quienes le compete la problemática, una de esas notas se dirige al presidente del Consejo Escolar del distrito, explicando en los siguientes términos: “Para los bien entendidos intereses de la educación en este distrito considero importantísimo asunto poner un clavo ante quien corresponde al punto siguiente. Varios de los mayores propietarios del departamento Colón abonan la contribución directa en las receptorías de Paraná y del Uruguay. Esto se puede muy bien calificar de defraudación a los derechos departamentales. Reviste grande importancia si se tiene en cuenta de que la quinta parte de lo que recauda la receptoría local por contribución directa está afectada especialmente y exclusivamente a la educación. Creyendo haber cumplido con mi deber al hacer la observación me es grato saludar al Presidente. Juan Segiser, Presidente Municipal.”

Siguiendo con la distribución de recursos inherentes a la educación, propone al mismo tiempo, que se tenga en cuenta las verdaderas posibilidades económicas de los que habitan cada cuartel, así menciona que:” El 1º cuartel se compone de un vecindario perfectamente acaudalado que sin sacrificio puede costear una escuela, mientras que las condiciones del 2º cuartel son muy diferentes.”

Con respecto a los problemas con la jurisdicción municipal de Colón sobre San José, se invitó a una sesión extraordinaria el 18 de septiembre de 1891 para tratar una nota enviada por el Sr. Ministro de Gobierno Don Salvador Maciá, referente al pedido de separación de las colonias San José, Nueva y 1° de Mayo. Los vecinos de esas colonias piden se les declare fuera del ejido de Colón y que se eleve a la categoría de “villa” con municipio propio a la población de La Plaza (San José). Pronto, a las intenciones separatistas de San José se opondrían los antiseparatistas de Colón, la cuestión finalmente quedaba dirimida en el año 1894, cuando La Plaza se erigió en Villa, con el nombre de “Villa San José”. Se creó un municipio que abarcaba las Colonias San José, Nueva y 1º de Mayo.

Durante la intendencia de Segiser encontramos diversos aspectos y situaciones de la vida cotidiana que ilustran una época, por ejemplo, en este período quedó habilitado el Nuevo Cementerio; se reglamentó mediante decreto la prohibición de lavar ropa a orillas del río, en la zona comprendida entre la desembocadura del arroyo del Medio (hoy Artalaz) y el muelle del puerto, habilitándose un espacio adecuado para el trabajo de las lavanderas, en un intento de preservar la pureza de las aguas en esta margen del Río Uruguay; respecto a la iluminación del pueblo, el alumbrado público consistía en 170 faroles a kerosenne, que se prendían desde el oscurecer hasta las doce de la noche, en las noches en que no había claro de luna.

En cuanto a la producción agrícola, Segiser, contestando un pedido de informe, escribe al gobernador Sabá Hernandez: “que la producción de trigo en el departamento ha sido de 10.000 toneladas, que los 10 millones de kilos al precio medio de 10$ los 100kg., hacen 1 millón de pesos moneda nacional”. Una cifra interesante, si se tiene en cuenta que a partir de esta década y en medio de la crisis de la Baring Brothers, Argentina descubrió en la producción de trigo (que se venía desarrollando sobre todo en las colonias del Litoral) el medio de pago de la deuda externa acumulada.

En el área de salud, siguieron los casos de muerte por difteria y se llevaron a cavo las medidas pertinentes para evitar más contagios. Finalmente, en el orden económico de recaudación, se vuelven a preciar los reclamos a Don Juan O´Connor de la Sociedad Argentina de Carnes Conservadas, por lo que adeuda a la municipalidad por derechos de marchamo. Y se hace lo propio con la Testamentaria del Cap. Gral J.J.de Urquiza por impuestos impagos de compostura de calles y arreglo de caminos. A propósito de este reclamo, quedan evidenciados en los registros las tierras de la sucesión del General Urquiza en el municipio de Colón en ese momento, el inventario es el siguiente: 157 manzanas, 155 solares esquineros, 487 manzanas y una manzana esquina Plaza Colón.

Intensa fue la labor que desempeñó Don Juan Segiser en este período y duros momentos los que sin duda debió atravesar, su mirada atenta y crítica le permitió accionar una política justa y adecuada a las necesidades de su pueblo y al devenir de esos tiempos.

El último documento firmado por él, como intendente, está fechado el 31 de diciembre de 1892. Dos días más tarde, asumía el mismo cargo el Dr. Alfredo Arines.

Don Juan Segiser, de origen suizo, era geómetra de profesión y estaba domiciliado en el cuartel Iglesia, uno de los dos cuarteles en que se dividía la ciudad. Falleció en Colón, en su domicilio, el 4 de mayo de 1904 a los 56 años, a consecuencia de un síncope cardíaco, según el certificado médico del Dr. Miguel Esteva Berga. Era hijo de Enrique Segiser, de origen suizo, y de Ana Bellochio, de nacionalidad italiana, ambos fallecidos. Los restos del presidente Municipal descansan en el cementerio de nuestra ciudad.

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