Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
De todas las noticias malas que nos golpean estos días, quiero destacar la reciente posición del Gobierno Argentino, negando la violación de los derechos humanos en Venezuela. El señor Presidente dijo que de eso ya no se habla, así como" muerto el perro se acabó la rabia".

Creo que el Gobierno no respetó a los miles de venezolanos que buscaron refugio entre nosotros por las tristes, cuando no, horribles condiciones que sufrían en su país. Si ahora hay menos denuncias sobre violaciones puede ser porqué los eventuales candidatos estén ya muertos o emigraron. Aquí se los recibió y se incorporaron al quehacer diario, mal informados y tal vez sin muchas otras alternativas. Pero les decimos que su patria es una democracia maravillosa. Habrán sentido que se les abrió el piso, pies y piernas en el vacío, viendo como se gestaban condiciones parecidas a las que los arrojaron de sus tierras. Casi una broma, pero atroz.

En alguno de sus ensayos Ortega afirmó que el rasgo esencial de la vida argentina es el de ser promesa. ¿Permanente?.¿Vivimos en estado de promesa?.Sabemos que esto no es posible, hay un tiempo concedido para que se desarrolle y brille, pasado el cual la promesa quedó en lanada, en la gris uniformidad, cuando no en una mueca desvergonzada. Pese a lo que se repite con harta frecuencia no somos un país joven, nos sacudimos la conquista y la colonia como si esto hubiere ocurrido en otras tierras, y no hubieran dejado rastro y el 25 de mayo nacimos perfectos, como Atenea de la cabeza del Dios. Ni el país es joven ni prometedor, ni cuando hablamos de promesas lo hacemos imaginando sólo lo bueno, las circunstancias que permitan el despliegue de las virtudes humanas.

Lo único que gran parte de la sociedad aventura para nosotros es una miserable catástrofe, que disimulamos con un campeonato de fútbol y algunos bonos mensuales. Si repasamos la historia de la pandemia surgen hechos inexplicables. Cómo un Ministro de Salud, ante los periodistas que le preguntaban sobre los primeros casos de una neumonía que había surgido en China, pudo responder qué se trataba de una "gripecita" que no llegaría a nosotros. El error médico tiene raíces profundas en no valorar correctamente los síntomas: un cuadro gripal puede ser una infección viral banal o el inicio de una verdadera gripe, muy grave u otras virosis. Mirar despectivamente un signo o síntoma es cuanto menos imprudente."Lo de nunca va llegar" en épocas de tráfico aéreo tumultuoso otro tanto. ¿Cuán tarde se comenzó a controlar Ezeiza, que recibía a pasajeros de Italia y sucesivamente de otros países europeos afectados, y en las fronteras?

La impresión es que todo se fue haciendo a la ligera y con retraso. Se enfatizó la compra de camas de terapia y ventiladores; pero éstos no son autónomos, es necesario un equipo de personal médico y paramédico que lo maneje. Leyeron ustedes algún llamado para la formación de personal diestro en el manejo de respiradores, de pocos meses de duración y salario digno?.Ahora el personal abocado a esas tareas está agotado, y el cansancio médico es una causa de error en el cuidado de un enfermo. Y la formación de estos equipos debió tener lugar en todo el país. Nos portamos como porteños vanidosos comparándonos con vecinos en cuanto al manejo de la peste, y ahora ganamos a vecinos y distantes en cuanto a número de infectados y mortalidad ajustados a la población. ¿Por que ese deseo de sobresalir, además en un panorama que puede cambiar de la mañana a la noche?

La primera cuarentena,, parece en cuanto a la economía, excesiva y desvastadora. La actual parece enfrentar cuestiones o desagrados políticos más que sanitarios, vencidos ante la realidad de la pandemia que se abatió sobre el territorio entero. La mala educación se enseñorea. Se alarma a parte de la población con modificaciones en la Justicia, que poco contribuirá a su beneficio económico o sanitario y mucho daño sí, a la confianza en la misma, sin la cual no tendremos República. Por que no tendremos un país en serio sin una Justicia "con la venda sobre los ojos", como se la representaba. Sin la venda, no habrá Promesa, que no sea el desquicio actual,empeorado.

La vacunación trajo aires de sainete, además de incompetencia y corrupción. ¿Cómo no pudo aclararse el fracaso con Pfizer, que había desarrollado aquí un testeo con 4.000 voluntarios?.Sin duda el desacuerdo no tuvo una raíz teológica, ni la empresa farmacéutica tenga preferencias políticas. Las causa por el cual un contrato que protegía la vida de miles de ciudadanos fracasó, no puede ni debe permanecer en la oscuridad, al fin al cabo es como comprar una lata de tomates para parte de la población, con un manejo difícil por el frío. Sí había sospechas de riesgo en las vacunas, como se la aplicaron a no menos de 2000 vacunados, y más tarde a los que fueron controles?. ¿Algo malo apareció en ellos?.¿Debió leerse el contrato dela futura compra antes de someter 4.000 argentinos a algo que no sería aceptable para el resto de población?

Esta ignorancia da pié a fábulas que no ayudan a la tranquilidad del asediado pueblo. Sobre el vacunatorio de oportunistas, pusilánimes y desechos éticos, mejor no explayarse, ni con las ceremonias de recepción de las vacunas, dignos de una aldea. Décadas atrás hubiéramos tenido un sainete en el Maipo, con la Negra Bozán de ministra en vilo, al pie de la escalerilla. No nos queda ni el humor, y ay, tampoco la Bozán. Ni gente que la recuerde. Aunque quizás a toda la farándula que maneja este horror, los pinta bien la frase de un personaje de William Golding: "No somos inocentes, somos algo peor que culpables. Somos ridículos". Figura en su novela "Oscuridad visible".

Enviá tu comentario