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El secretario Muntes debe explicarle a sus afiliados por qué es muy difícil que ganen más
Las cifras son impactantes. Casi 20 millones de argentinos, sobre una población total de poco más de 44 millones, son “estado-dependientes”. Esto quiere decir, lisa y llanamente, que necesitan del estado para poder sobrevivir.? Unos 19,2mm de personas hoy, eran 7,0 millones en el 2002, y 17,1 millones en el 2015. Los números crecieron exponencialmente en jubilaciones, de 3,6 millones en el 2002 a 6,6 en el 2015 y 6,9 en el 2019, y en los AUH, donde se pasó de cero en el 2002, a 3,7 millones en el 2015 y 4 millones en el 2018.

En la categoría empleados públicos, la explosión que se dio entre 2002 al 2015 de 2,1 millones a 3,5, se moderó de ahí en más, con el 2018 mostrando un aumento muy marginal. De hecho, los empleados públicos nacionales, que en el 2002 eran 470 mil subieron a 742 mil en 2015, para luego bajar a 732 mil a finales del 2018. En el plano provincial la evolución fue similar, pasando de 1,35 millones en el 2002 a 2,27 en el 2015 y subiendo de manera moderada a 2,36 millones en el 2018. Finalmente, en el plano municipal, la evolución fue 350 mil, 441 mil y 455 mil para 2002, 2015 y 2018 respectivamente.

En Entre Ríos, donde las fuentes utilizadas - Anses y Ministerio de Trabajo de la Nación- no hacen particular foco, puede estimarse que la cantidad de empleados públicos provinciales se mantiene más o menos estable apenas por encima de los 90 mil.? Esto sobre una población que supera los 1,3 millones.? Respecto de los empleados municipales de la provincia, si tomamos el ejemplo de Colón y extrapolamos que como allí en la provincia 4 de cada 100 personas son empleados municipales, nos encontramos con que el universo de empleados municipales en Entre Ríos bien podría estimarse en unos 50 mil agentes. En definitiva, más de un 10% de la población de Entre Ríos trabaja como empleado provincial o municipal.

Con este contexto, reparemos entonces en las últimas declaraciones del secretario de ATE en Entre Ríos, quien ha manifestado que ¨actualmente el salario mínimo en la administración pública está en $17 mil pesos. Lejísimo de lo que necesita una familia para no ser pobre, que es de $25 mil. La situación de los trabajadores del estado es de pobreza total, y esto es así en la provincia y también en los municipios que tienen salarios de entre $8 y $10 mil pesos¨ Según el secretario Oscar Muntes ¨debería haber voluntad del ejecutivo provincial de recuperar el salario de los trabajadores provinciales, particularmente los del 2018¨ Como nos sucedió a casi todos,? los salarios durante el 2018 subieron alrededor del 30%, aunque menos en muchos casos del sector privado, mientras la inflación bordeó el 48%. Un poco más de contexto para Muntes. La explosión en el número de argentinos dependientes de un cheque del estado para poder vivir vino de la mano de un aumento tremendo en la presión tributaria, la que subió de un equivalente de poco más de 20 puntos del PBI en el 2002 a poco menos de 45 en el 2018. Una cifra grosera que puso de rodillas a casi todo el sector privado, quien con sus impuestos financia el funcionamiento del estado. Impuestos que por otra parte se han vuelto casi extorsivos y que han dejado a los privados al borde de la quiebra en la gran mayoría de los casos.

Entre Ríos no es ajena a ese fenómeno y los que sí pagan impuestos han alcanzado su límite. Mientras tanto, nuestra provincia, que es una provincia pobre, hace malabares para cerrar sus números. Lo mismo le sucede a los municipios. Y tanto provincia como municipalidades dedican más de dos terceras partes de sus recursos a pagar sueldos y salarios, habiéndose convertido en meros centros de empleo, barato -es cierto- pero también altamente improductivo.

Siendo esa la realidad con la que tenemos que lidiar todos, la sugerencia que nos permitimos hacerle a Muntes desde este humilde lugar es muy simple. Si sus afiliados quieren ganar más, abóquese? junto con el gobernador, y porque no los intendentes, a la elaboración de un plan de acción que baje las dotaciones de empleados provinciales y municipales a números más acordes con las verdaderas necesidades de personal del estado y también con sus arcas. Menos empleados, más sueldos, así de simple. Ya es hora de que se le explique a la gente que el estado -ya sea nacional, provincial o municipal, no es un barril sin fondo sino un organismo quebrado, que amenaza también con quebrar al sector privado con sus pedidos confiscatorios de impuestos. Para peor, el estado no presta prácticamente servicios, salvo pocos y malos, limitándose a darle empleo a buena parte del la población económicamente activa, sobre todo aquella que no dispone de las herramientas para ser lo suficientemente productiva como para aspirar a compensaciones que la alejen de las incomoda línea de la pobreza. Señor Muntes:?Use su imaginación y póngase de una vez por todas a trabajar no solo para sus afiliados sino también para el país. Argentina lo necesita.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa).