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Quiero agradecer a mi amigo el doctor Roberto Vola Luhrs – Profesor y conferencista en diversas universidades de América Latina – que, además de complacerme con la lectura de mis columnas, me ha hecho llegar sus comentarios sobre la evolución del lenguaje en el ámbito de las organizaciones y en particular en el área de Recursos Humanos.

Entre otros comentarios, Roberto me comparte:

- Ya no se usa jefe, conductor o gestor sino genéricamente “LIDER”. No se usa entrevista de selección o de desempeño sino “Encuentro”. No puedo usar la palabra hombres de manera genérica sino individuos; no puedo usar masculinos o femeninos sino identidad de género. ¡¡¡Si no cambio mi discurso, discrimino!!! Así son los tiempos actuales.

Gracias Roberto

En el año 1969, cuando comencé a trabajar en una empresa autopartista, se hablaba de la Oficina de Personal, luego de la Gerencia de Relaciones Industriales, más tarde Área o Gerencia de Recursos Humanos y, en estos tiempos, en algunas organizaciones Capital Intelectual o Gestión de Personas o Gerencia de Talento Humano. Es solo un ejemplo de la evolución del lenguaje utilizado. ¿Qué cambió en su contenido? ¡¡Poco y nada!!

“EL LENGUAJE ES FUENTE DE MALOS ENTENDIDOS”
- El Principito - Antonie de Saint-Exupéry

Retornando a mi columna anterior sobre la tarea que tienen los líderes de desarrollar y potenciar a sus empleados y en la que planteábamos utilizar las fortalezas de los colaboradores, alineadas a desafíos laborales de mayor responsabilidad siempre que los resultados fuesen los esperados o superados y que la concreción de los desafíos son el verdadero camino a un desarrollo genuino.

No obstante, esta definición de la formación profesional, ya sea en instituciones de nivel terciario, universidades o escuelas de negocios contribuyen significativamente a facilitar el desarrollo profesional de las personas.

Compartir experiencias con otros profesionales, establecer nuevas relaciones de trabajo, aprender desde la mirada del otro, son elementos que contribuyen a un mejor desarrollo; sin embargo, no aseguran un real crecimiento profesional. Dicho de otro modo, los títulos y diplomas no alcanzan por si mismos para un desarrollo concreto. Lo realmente importante es resolver desafíos cada vez más exigentes y para ello no necesariamente se requiere de un título o diploma.

Hace poco un lector me preguntó cuán importante es el reconocimiento explícito en el proceso de desarrollo de individuos, si es bueno halagar cada hito que se alcance. Imagino que mi respuesta lo sorprenderá, dado que probablemente confronte con lo que habitualmente se sugiere de halagar para alentar y motivar a las personas.

Debemos ser austeros con los halagos. El halago por sí mismo no significa nada; se deben dar algunas condiciones mínimas para que sea útil. En primer lugar, no se debe abusar del mismo; en segundo lugar, debe ser dado por personas reconocidas por sus conocimientos y experiencias y sobre todo por su integridad como individuo y finalmente se debe dar por rendimientos excepcionales o superadores de lo esperado.

Recuerdo una situación de mi experiencia laboral en Alemania; mi jefe era muy exigente y parco en sus comentarios respecto del desempeño laboral. Su consigna era “Nos pagan para hacer las cosas bien”, de modo que un halago era una rareza en su conducta. Los mejores halagos que recuerdo de él fueron “No está nada mal su trabajo, siga así”

Como alguna vez leí en un muro de Praga:

“AUNQUE LA DULZURA HALAGA, LA MUCHA MIEL EMPALAGA”

Finalmente deseo remarcar que el desarrollo profesional es una responsabilidad individual, que cada uno de nosotros somos responsables de las decisiones que tomamos y de sus consecuencias en nuestro crecimiento, tanto personal como profesional.

Las organizaciones nos pueden brindar los espacios u oportunidades pero nunca dependerá nuestro crecimiento de ello sino de nosotros mismos, de nuestros esfuerzos, de nuestra perseverancia, de nuestra tolerancia a la frustración, de nuestra osadía, de nuestra voluntad.

“NO SIEMPRE PODEMOS ELEGIR LA MÚSICA QUE LA VIDA NOS TOCA, PERO PODEMOS ELEGIR CÓMO LA BAILAMOS”

Como cierre de esta columna me permito compartir una reflexión que leí en estos días y que me parece muy apropiada a los tiempos que nos tocan transitar en nuestra querida Argentina:

“GRAN PARTE DE LAS DIFICULTADES POR LAS QUE ATRAVIESA EL MUNDO SE DEBE A QUE LOS IGNORANTES ESTÁN COMPLETAMENTE SEGUROS Y LOS INTELIGENTES LLENOS DE DUDAS”
Fuente: El Entre Ríos

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