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"Te espero el lunes" le dijo Juan Grabois a Luis Miguel Etchevehere vía twitter. Bueno....sonaba a desafío. La respuesta fue que sería por medio de la justicia, la cual ya sabemos no soluciona enconos. Todo mi pasado de películas de cowboys me hizo imaginar al dirigente rural caminado por una desierta calle del gran Buenos Aires y entrando despacio, pero firme, en el reducto de la CTEP, mucho vecindaje espiando por algún agujero, pues ya no hay visillos. Pensé que aunque fuera apaleado el ruralista habría en realidad triunfado, como hubiera ganado Gary Cooper en "La hora señalada", aún si no hubiera baleado a los pistoleros como ocurrió, pues en esa caminata final por la calle desierta,al sol del mediodía, había tal dignidad y firmeza, que quizás el mejor final hubiera sido que la película terminara ahí. Lo que precede a un desenlace es muchas veces lo más interesante, como quedó claro en el último capítulo de "Los Soprano", esa estupenda serie sobre la mafia italiana en New Jersey. Pero estoy divagando...

"Te espero el lunes", me recordó el final de "El Sur",ese cuento de Borges que puede leerse de tres o cuatro maneras, como suele ocurrir con la realidad, aunque sólo nos guste una. Allí Dahlmann, el viajero que suspendió la lectura de una narración de maravillas para contemplar la mañana dichosa, después de bajar del tren entra en una pulpería, donde un compadrito tira una daga al aire y lo invita a pelear. Desde un rincón, un viejo gaucho extático, tiró a sus pies una daga desnuda, que Dahlmann agarró pensando que quizás no sabría manejarla y no obstante salió a la llanura. "Bueno, pensé, volvió el tiempo de los cuchilleros", cuando el coraje era exclusivamente físico. Además: "que ingenuo el entrerriano", confiar en la justicia. Pues si hay algo en nuestro país que necesita terapia intensiva es la justicia, mucho más que las que las víctimas del coronavirus. Todos tenemos diarios ejemplos que en la Justicia no podemos confiar, que los ojos vendados son una tonta mentira, y que debemos mirar la reforma que se propone con total suspicacia.(Entre nosotros....algunos cuchilleros tienen también el buen coraje).

Como ejemplo valga el fallo que suma jubilaciones y pensiones a recibir por la Señora Vicepresidenta, calculada en un millón o dos de pesos mensuales, más la retroactividad con intereses, esto en los mismos días en que se quita a los jubilados la posibilidad que sus haberes sean ajustados por la inflación, sin que haya revuelta popular como ocurrió cuando en el gobierno pasado se votó un índice que era más favorable a la clase sufrida (propongo reemplazar con esta palabra la obscena "pasiva").Los edificios de tribunales van a colapsar ante el peso de las demandas. Eso sería lo adecuado ante tamaña desvergüenza y desorden. Y no digamos la farsa de la detención domiciliaria del señor Boudou, cuando es necesario preguntar a los mellizos que hacer, cosa que probablemente se hace con todos los hijos de los detenidos que pasan a internación domiciliaria. Nadie puede dudar que hay igualdad entre los ciudadanos.

Hemos llegado a una nueva era: la del malevaje. Lo de "Te espero el lunes" puede haber sido una invitación a comer, pero vaya uno a saber comer qué cosa. Si bien es probable que mucha gente que ocupa cargos de jerarquía se expresan peor que los malevos de antaño (no quiero dar ejemplos),y que son un ejemplo del fracaso de la educación superior en aquellos que dicen haberla tenido, tal vez sea bueno llegar a esta nueva era. Sabemos lo que somos. T.E. Lawrence, el coronel que luchó por los árabes, escribió "Hay una certidumbre en la degradación". Es lo que ésta degradada y supuesta república nos está mostrando. Hemos tocado fondo. Somos esta:.. por respeto no agrego la palabra adecuada. Almafuerte nos había advertido: "Pide sólo Justicia , y mejor no pidas nada".

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