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Una investigación de gran escala impulsada por Propublica pone al descubierto los vínculos entre la publicidad de Google y la financiación de la desinformación en países de habla hispana. Así lo confirma un profundo informe publicado hace pocos días por el equipo de investigadores que lidera Craig Silverman, sin duda uno de los periodistas más conocedores de las campañas de desinformación.
Ads al servicio de la desinformación
La indagación de Propublica, un medio especializado en grandes investigaciones periodísticas, confirma que el sistema de publicidad de Google está financiando el crecimiento de la desinformación en países no angloparlantes. Esto ocurre porque el sistema de publicidad programática que impulsa Google Ads permite que “la desinformación sea rentable”, sostiene la investigación.

Eso es posible gracias a que la publicidad digital automatizada de Google insertó anuncios de las principales marcas del mundo en sitios web globales que difunden afirmaciones falsas sobre temas como las vacunas, COVID-19, cambio climático y elecciones.
¿Qué gana Google?
El estudio pone al descubierto el modo en que el gigante tecnológico se beneficia de esa publicidad que aparece en sitios engañosos o usinas de información falsa. Según la investigación de ProPublica, este tipo de anuncios tienen más probabilidad de aparecer en artículos y sitios digitales que están en idiomas distintos al inglés, especialmente de habla hispana, pero también en sitios en alemán o francés. La particularidad es que estos anuncios aparecen en medios digitales creados para desinformar. Y a pesar de ello, Google recibe una tajada de esa torta publicitaria y el tráfico que se genera desde los avisos (ads) que Google ubica en estos sitios. «Google se beneficia de la publicidad que aparece junto a historias falsas sobre temas que no se abordan explícitamente en su política, incluido el crimen, la política, y teorías de conspiración como las estelas químicas», señala el duro reporte de Propublica.
Dime dónde publicitas y te diré…
Propublica relevó más de 13.000 páginas de artículos activos de miles de sitios web, en más de media docena de idiomas para determinar si actualmente estaban obteniendo ingresos publicitarios con Google.

El análisis de esas noticias y artículos confirmó que Google colocó anuncios en el 41% de aproximadamente 800 artículos en línea activos sobre COVID-19 que fueron calificados como “Falsos” por la red de verificadores de la IFCN.

La empresa que domina el escenario digital también publicó anuncios en el 20 % de los artículos sobre el cambio climático que Science Feedback calificó como falsos. Y así con otros temas donde también se detectaron avisos de Google en sitios que propagan desinformación.

El vocero de Google, Michael Aciman, dijo que “En 2021 eliminamos anuncios de más de 1.700 millones de páginas de editores y 63.000 sitios en todo el mundo. Sabemos que nuestro trabajo no ha terminado y continuaremos invirtiendo en nuestros sistemas de cumplimiento para detectar mejor las reclamaciones poco confiables y proteger a los usuarios de todo el mundo”.
Quitarles la careta
El caso revela un tema central en la lógica digital y el combate a la desinformación, dado que una de las grandes preguntas sobre la “salud” del ecosistema digital consiste en entender quién financia las campañas de desinformación. En esa línea, quien escribe esta columna fue becado hace pocos días por el International Center For Journalism y el Knight Center para participar de un programa de largo plazo para financiar investigaciones que pongan al descubierto a los financiadores de las campañas de desinformación. De este modo, junto a la investigadora Soledad Arreguez Manozzo, el equipo de Proyecto Desconfío será parte de este desafío para detectar a los financiadores de la desinformación con el ánimo para desenmascararlos y aportar más antídotos para frenar la información falsa y la desinformación en internet.

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