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Escuché que renunció. Después de haber caído casi en paracaídas en el Banco Central. Y con el patrón ausente en New York, como le dicen los yanquis. Y cuando tenían que dar un ejemplo de estabilidad. Agrego serio, porque esa es una de las cosas que no se puede tomar a la chacota.

Tanto hablar de equipos, y uno ve a los que no se sabe por qué razón se los bautiza como CEOs, actuando como chiquilines. Esas cosas no se las hacían a Cristina. Y si fuera ella vaya a saber dónde lo habría mandado de una patada bien pegada y en el lugar apropiado a Luisito, porque es así como en su casa paterna lo conocían a Luis Caputo, un “ex” que se ha hecho notar a su familia.

La verdad que no entiendo nada. Tanto hablar de paz y amor y jugar con los globos amarillos, para después convertirse, al menos uno de ellos, en un ejemplo de chico malcriado. Me hizo acordar al chiste cruel de aquel que insistía en reclamar un flan, mientras se le quemaba el rancho. Porque tampoco no es cosa de exagerar. Ya que aquí no se quema ningún rancho, porque los amigos de Caputo, incluyéndolo a él, cuando llegaron ya se encontraron con el rancho quemado.

Pero de cualquier forma, ¿qué le costaba a Luisito esperar dos o tres días, hasta que volviera el presidente? ¿Dónde se ha visto algo así? ¡Cosa de no creer, Dios mío!

Cuando estaba rezongando de ese modo, llegó mi tío. Me miró y empezó a murmurar Caputo… Caputo… Para agregar en seguida que “una vez oyó hablar de un Capato, uno que vivía en Victoria”, para en seguida mirarme fijo, con esa mirada suya que penetra hasta el alma, mientras me decía, “¿qué sabes de los Caputo?”.

Y allí fue el momento de ponerle la tapa, porque no me agarró desprevenido, ya que antes los busqué por internet, a ver si encontraba algún antecedente de un Caputo atropellado más que atropellador, aunque de Luis me dicen que es ambas cosas.

Fue así como me encontré que el suyo es un apellido de origen desconocido y también que en España tienen ese apellido 144 personas.

Que se sabe de un José Antonio Caputo que “desde Santa Dominica Talao emigró a Salcedo a fines del siglo X” y una lista de Caputo notorios, aunque no siempre notables, compuesta de Bruce Faulkner Caputo, político estadounidense; Chuck Caputo, político estadounidense; Dante Caputo, político argentino; Denis Caputo, futbolista argentino; Franceso Caputo, futbolista italiano; Giorgio Caputo, actor italiano; Keith Caputo, cantante estadounidense; Lisa Nowak, astronauta estadounidense nacida como Lisa Caputo; Livio Caputo, periodista y político italiano; Nicolás Caputo, empresario argentino (ese es un amigo del alma de Mauricio Macri); Philip Caputo, escritor y periodista estadounidense; Sergio Caputo, cantante italiano, hasta llegar a… Luis Caputo, economista argentino.

Lo que me permitió concluir que internet como Clarín también miente, ya que ese apellido no suena a origen desconocido sino a “tano puro”, por más que algunos hayan viajado al norte y otros al sur del continente, y que se los vea ocupándose de cosas bien distintas. Pero que en ninguna parte se da una pista para averiguar si son atropellados o atropelladores. Es por eso que me dije que lo mejor es averiguar lo que piensa Macri, “en su fuero íntimo”, como se dice, de los Caputo y en especial de Luisito.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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