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Vagar por YouTube me trae gratas sorpresas y de pronto me lleva al vestíbulo del viejo cine Centenario y a los afiches de los estrenos próximos, que dada mi corta edad no podría ver. Recuerdo así el de "Lustrabotas", una de las primeras películas de Vittorio De Sica que llegó a nosotros. El film era de 1946, mi recuerdo será de 1948, pues el estreno en general se demoraba y lejos estaba de ser simultáneo como lo es desde hace poco.

En el vestíbulo del cine se escuchaba que era muy triste y eso disipó un tanto las ganas de verla y he aquí que 70 años más tarde la tengo con imagen impecable en la PC. Filmada en la inmediata posguerra, sigue la vida de dos chicos que en las calles de Roma se las arreglaban como podían para vivir, y lustrar botas era una de sus actividades. Tiene un fin trágico, que no me gustó, pero la película logró que la academia de Hollywood abriera un capítulo para films extranjeros y para "Lustrabotas"; dio el primer Oscar de los cuatro que recibió De Sica en su vida.

Fue una de las películas fundacionales de lo que se llamó neorrealismo y que ciertamente cambió el cine de la época y probablemente de todas las que le siguieron. Contaban en general historias sencillas, con un fondo de problemas sociales bien manifiestos, eran casi documentales, filmadas en calles llenas de cicatrices de la guerra y en suburbios desolados, con muchos niños como protagonistas y que dejaban al final un mensaje de hermandad entre los hombres.

Los títulos claves de De Sica para este movimiento fueron "Ladrones de bicicletas"; "Milagro en Milán" y "Humberto D" (la preferida de Ingmar Bergman). Si “Ladrones de bicicletas” rebosa de humanidad, que no creo gocen sus herederos motochorros entre nosotros, "Humberto D" debe hacer estremecer a muchos de nuestros jubilados, pues es un espejo de sus problemas actuales, si se animan a verla.

En sus películas neorrealistas no trabajaba con actores profesionales, sin embargo logró de gente común memorables actuaciones. La fotografía siempre de un riguroso blanco y negro. En una película de 1956, "El techo", una joven pareja desesperada por conseguirlo, ocupa la porción de un baldío para levantar una precaria habitación, con la ayuda de los compañeros de trabajo. Ya el nombre del lugar nos quitaría ganas de edificar ya que es "La cañada de Santa Inés".

El problema de los jóvenes después de la guerra es el espejo de lo que nos ocurrió después de Malvinas, pésimos gobiernos y de yapa la peste. ¿Tendremos algún cineasta que refleje el problema de nuestros "ocupas" con la mirada justa con que los refleja De Sica? Hace más de 20 años tuvimos "Okupas", donde un grupo de jóvenes toman una casa abandonada. De entonces a ahora el problema creció desmesuradamente. Traten de ver esta película, es muy buena y actual.

Con los años De Sica se apartó del neorrealismo, dirigió grandes producciones como "Dos mujeres" sobre la novela de Alberto Moravia "La campesina" y "El jardín de los Finzi-Contini" basada en la novela de Giorgio Bassani. Ciertamente no fueron películas escapistas: la segunda guerra mundial y la aniquilación de los judíos de Ferrara eran sus temas; así como dirigió algunas celebradas comedias con Sofía Loren y Mastroiani.

De Sica fue un enorme actor y como tal participó en 150 películas y su labor fue en muchas de ellas excelente, como en "Lástima que sea una canalla" con una principiante Sofia Loren y en la muy celebrada "Madame de Bovary", dirigida por Max Ophuls. Dejó algunas frases para recordar "Por supuesto que las mujeres serán puntuales, si las obligamos a que lleguen tarde" y "La indignación moral es en la mayoría de los casos 2% moral, 48% indignación y 50% envidia", o "La Biblia nos enseña amar a nuestros enemigos como a nuestros amigos, probablemente porque son los mismos".

Tenía muy claro que "El arte debe ser severo. No puede ser comercial, no puede ser para el productor, ni aún para el público. Debe ser para sí mismo".

Vittorio de Sica nació en las cercanías de Nápoles en 1901, murió en París en 1974, por un cáncer de pulmón. Una de sus esposas era parte de la familia Mercader, de Barcelona, cuyo hermano o primo Ramón asesinó a Trotsky en México y una tía, agente rusa, mató a no menos de 20 políticos trotskistas. Tenía en ellos un tema para una buena película, prefirió la discreción, cosa tan rara hoy día. Dos directores contemporáneos suyos contribuyeron a afirmar la estética neorrealista en el cine: Visconti con "La tierra tiembla" y Rossellini con "Paisá" y "Roma, ciudad abierta". Simultáneamente la literatura encaró los mismos temas con Pavese, Fenoglio, Alvaro y algún otro que malamente olvidé. Y no dejen de ver "El techo".

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Fuente: El Entre Ríos

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