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La reforma política – o electoral para hablar con más propiedad- dejará expuestos a muchos dirigentes políticos, que saben que son funcionales al sistema de poder, pero difícilmente puedan sostener una candidatura donde sean verdaderos protagonistas.

Sí la reforma es aprobada e incluso profundizada – hay que estar muy atentos al trámite legislativo, porque varios de los afectados seguramente estén ocupando bancas que difícilmente quieran desocupar- nos encontraremos con un proceso de recambio político natural, el que no garantiza en un primer momento el éxito esperado.

La primera tentación como ha sucedido donde se implementó el sistema de boleta única, es el de recurrir a los outsider, personas famosas, con un alto grado de conocimiento pero que nunca han demostrado el mínimo interés en la política, pero que aseguran la suma de votos ante una eventual pelea electoral pareja. Ser outsider no significa que no pueda funcionar, piénsese sino en todos aquellos famosos que luego terminaron siendo dirigentes a nivel nacional.

Por otro lado como venimos sosteniendo y conforme al texto remitido a la legislatura, los primeros tres lugares de la lista serán los que llevarán fotos y aparezcan en la boleta. Una primera aproximación sería “ojo” si los demás no aparecen estaríamos en un sistema peor, donde a partir del cuarto puesto podríamos colocar a cualquiera, total ni siquiera se ve en la boleta. No alcanza con poner un cartel o la difusión del listado completo, necesariamente, e incluso ante el ridículo de tener una mega boleta única, deben figurar la totalidad de los integrantes, e incluso todos y cada uno deberían tener su foto (aquí es donde el voto electrónico vuelve a ser útil por más dudas que tengamos sobre la seguridad y control del mismo).

Siguiendo en la misma línea de razonamiento, enmarcarse dentro del progresismo implica justamente considerar la equidad de género, y la reforma al contemplar este punto en lo legislativo da un paso importante, algo que ya se venía dando en los concejos deliberantes, y ahora queda claro que también se tiene que dar en la legislatura. ¿Y en la formula ejecutiva?, no sería nada descabellado y en este proceso de ir rompiendo los parámetros culturales que nos han dominado desde hace tiempo, que las fórmulas para gobernador- vice y presidente y vicepresidente municipal deban ser diseñadas desde este enfoque, lo que nos permitiría por ejemplo tener la primer mujer vicegobernadora sí tomamos como gobernador a quienes han manifestado su voluntad de serlo y pertenecen a los sectores con mayor representatividad electoral. Para pensarlo.

La reforma debe ser un proceso de democratización de la democracia, y sin dudarlo el proyecto del actual gobernador es un inicio, pero no debe ser el final. Es así que las críticas formuladas suenan más a una pelea por la propiedad intelectual que la reforma en sí, no podemos pretender patear el tablero político de un solo golpe, en política aunque nos cueste creer las reformas siempre son lentas, van madurando de a poco y en base al contexto que las rodea.

Las reglas de juego en un proceso de democratización y de calidad institucional no se pueden hacer pensando en que las reglas me convengan, sino sería muy sencillo, cada vez que el adversario esté por convertir un gol, le corro el arco, y así sucesivamente.

Sí este proceso iniciado por el actual gobernador se profundiza seguramente entraremos en una fase de retiros voluntarios, salvo que se quieran exponer a duras derrotas lo que en términos políticos sería el acta de defunción. Y sí se piensa que ahora sí las minorías partidarias tendrán un lugar pos internas, más de un dirigente estará iniciando el trámite jubilatorio.

Falta, sí falta mucho, de eso no me quepa la menor duda, quizás el debate más sensible que nos debemos los entrerrianos sea el del financiamiento político y con eso la lucha a capa y espada contra la corrupción. Es una realidad que la política partidaria electoralista es sumamente costosa, y la financiación de esta clase de gastos sin aportes externos es para un sector privilegiado que tenga un muy buen pasar económico, empresarios, comerciantes, profesionales, etc. Dejando de lado a la mayor cantidad de personas.

¿Quién financia la política?, es la pregunta del millón, es la pregunta que nos permitiría entender cómo funciona el sistema de poder, y la respuesta está en todos los dirigentes políticos, donde se debe debatir y reglamentar el aporte de los privados, el financiamiento de los partidos políticos, y así todos aquellos temas que nos obliguen a pensar realmente al poder, que generalmente no está en manos de quienes ocupan los cargos públicos, sino agazapados detrás, y que no conocen de ideologías, pero sí de generar los tentáculos necesarios para sugerir e incidir en las políticas públicas. Los blanqueos de capitales realizados en todos los gobiernos democráticos de los últimos tiempos es un fiel reflejo.

¿Estamos dispuestos a poner reglas de juego de mayor democracia a costa de nuestra performance electoral? Cuando votemos reformas que nos terminan perjudicando en los electoral partidario, pero benefician a la sociedad en su conjunto y al sistema de representación política, comenzaremos realmente a ser adultos, dejando la adolescencia política que nos viene acompañando desde antes del nacimiento del estado argentino. Chau

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