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Esta ha sido una vieja muletilla nuestra, con la que venimos insistiendo a lo largo de los años, en una prédica lamentablemente casi siempre ignorada. Es que, por decirlo de alguna forma, consideramos atento lo que debe ser tarea primordial, a “la municipalidad como mucama de la ciudad”. Con la salvedad, que alguna vez nos hizo conocer un lector con justa razón, que también lo es de su Ejido, casi siempre todavía más olvidado.

Con esa palabra venimos de una manera no del todo adecuada a apelar a la figura de la mucama, la que según alguna definición es “aquella mujer que se dedica de manera asalariada a realizar las tareas domésticas de una casa” y cuyas funciones en tantas ocasiones, que llegan inclusive a ser “las más de las veces” o lisa y llanamente siempre son asumidas directamente por la ama de casa, la que como es sabido no cumple ese cometido en forma asalariada. En tanto, lo que tienen de común unas y otras, es que dentro de su ámbito, tienen a su cargo “llevar tareas que por lo rutinaria –cada día hay que volver a empezar atendiendo a lo mismo, u algo similar- se vuelven hasta cierto punto tediosas”. Sin que ello signifique quitarles su valor y menos su mérito, ya que su realización no puede eludirse sin que se hagan presentes desagradables consecuencias.

Seguramente la precedente es una recomendación que son muchas las municipalidades que dejan de atender, pero al efectuarla en nuestro caso, y como consecuencia del radio principal de circulación de nuestra edición, en ese momento impresa, estaba localizada en la de la Municipalidad de Colón, y en su característica desidia al respecto.

Ahora – y es esa una buena noticia entre tantas otros que no lo son- tal cual hemos tenido oportunidad de informarlo, la actual administración, según sus propias palabras, las que la verdad que les asiste hemos podido comprobar, la misma sigue realizando diferentes trabajos de limpieza y profundización de cunetas y de alcantarillas en distintos sectores de la ciudad”. Todo ello al mismo tiempo que por su parte “una cuadrilla rural lleva a cabo el desmalezamiento y limpieza en la zona del ejido”. Y como frutilla del postre el anuncio que se está efectuando el relevamiento de la cartelería de la ciudad referida a al nombre de calles y avenidas, y su sentido de circulación, muchas de las cuales muestran un estado de “dejadez” – que incluye en ocasiones una manifiesta inclinación de los caños que sirven de columnas de soporte- que no deja de impresionar a los visitantes, aunque en el caso de los vecinos de la ciudad se esté presente lo que se ha convertido en un resignado y malsano acostumbramiento.

De lo que se trata ahora es que no ceje en el empeño. En tanto, no podemos concluir sin señalar, que si bien las autoridades municipales tienen entre sus atribuciones en encarar grandes proyectos – la mayoría de los cuales quedan desgraciadamente en meros anuncios-, en el caso de que se asista a su conclusión - ya que no hay que olvidar que en otra ciudad entrerriana las obras de remodelación de un importante hospital llevan 11 años sin concluirse- lo sensato sería que en esos casos, se prescindiera del tono casi épico que acompaña a la marcha del emprendimiento. Porque nunca se debe olvidar aquello que para toda municipalidad “está primero”, por ser lo que “está antes que nada”…
Fuente: El Entre Ríos.

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