Huevos, harina, aceite, yerba, pintura, mayonesa  y mostaza, entre otros, son algunas de las tantas cosas con las que se suele “bañar” a los recibidos: ¿Una estupidez o el símbolo de algo?
Si bien para muchos es otro ritual estúpido, para otros, la emoción de terminar esa carrera, ese terciario, se ve manifestada en la euforia con la que los amigos y familiares del egresado le arrojan estos productos. Por su lado, a los hombres, se los suele rapar y afeitar, según el caso.
Hay universidades que tienen un lugar especial para que sea realizado este ritual. En Recoleta, dado que en pocas cuadras se concentran la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, que linda con la de Odontología, y en frente la de Ciencias Económicas; estas tienen un lugar en la Plaza Houssay (que queda enfrente), coloquialmente conocido por los alumnos como “el huevódromo”. Si no se quiere recibir una buena dosis de huevos y harina, mejor no pasar por allí  en febrero, julio ni diciembre.
En otras universidades, la vereda es el lugar elegido para llenar con felicitaciones gastronómicas al recibido.
Es una costumbre que, para sorpresa de muchos, no se da en todas partes. Es más, en Perú, la “tirada de huevos” se realiza cuando los jóvenes logran ingresar a la facultad, y no cuando se reciben. En Brasil, ocurre algo similar que en el país andino. Un estudiante brasilero explica de qué se trata este ritual en su país: “En el primer día existe una costumbre llamada “trote”. Los estudiantes de los años superiores te tiran huevos, harina, y demás, y algunos realizan bromas tontas. Cuando terminamos la facultad, también hacemos una fiesta de celebración, pero aquí, la gran fiesta es cuando logras entrar en ella, dado que es muy difícil ingresar a una pública”.
El trote, o “broma a los estudiantes”, se realiza en muchos países, y es una tradición histórica. Su origen es europeo, y data de la Edad Media. En más de una ocasión, tuvo consecuencias fatales, generando la muerte de los estudiantes novatos. De hecho, en 2010 algunos estudiantes de la universidad de Unicastelo en Ferndale se vieron obligados a beber alcohol en combustible, fumar y pedir plata.
Las críticas a estas prácticas en Brasil tienen que ver con la violencia de ellas, pero en nuestro país es más una cuestión moral: el derroche de comida. De hecho, el doctor René Favaloro, tras ver como se arrojaban alimentos a la primera camada de recibidos de su universidad, se enojó con ellos, ya que consideró que no habían aprendido nada. A su vez, la Universidad de Ciencias Económicas de la UBA prohibió esta práctica.
Lo mejor sería remplazar los alimentos por serpentina, pintura, papel picado y demás. Sin embargo, eso ya depende los que van a llenar de huevos a nuestro amigo, pariente, etc.
El egresado, simplemente, está en otro estado mental. Puede ser que haya cosas que cambiarle a esta costumbre, pero, si miramos desde el punto de vista de su significado, es una linda forma para festejar el fin de una etapa.

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