Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
El ingeniero Viollaz, salvajemente asesinado
El ingeniero Viollaz, salvajemente asesinado
El ingeniero Viollaz, salvajemente asesinado
Lejos están en todas partes, los tiempos aquellos en que se podía dejar sin llave y aún abierta la puerta de la casa en la que vivía cada cual. Ni hablar de la ropa lavada y tendida y que se dejaba en el terreno del fondo, tomando sol. O de los impudentes que en un número no despreciable dejaban su automóvil, al frente de su casa con las puertas sin trabar, y aun –el colmo de los colmos- con la llave de encendido, colocada en su correspondiente lugar.

Las cosas han cambiado mucho desde entonces, y en Villa Elisa, para dar un ejemplo, existen vecinos, entre inquietos y alarmados, ante lo que consideran indicaciones de crecimiento de inseguridad en esa localidad. Esas indicaciones son, en principio, ambiguas.

Desde nuestras columnas -desde febrero hasta este momento- nos hemos ocupado de cinco hechos delictivos allí sucedidos y que han trascendido. Dos, que pueden ser considerados como simples “raterías”, ya que en ellos es mayor el impacto emocional que la dimensión del perjuicio; con el añadido que rápidamente resultaron esclarecidos. A los que se suman tres casos de gravedad incuestionable, ya que todos ellos se tradujeron en “entraderas” a mano armada. Y que, en la última de las cuales, la conmoción se volvió mayor, dado que como consecuencia de ella se produjo la muerte de un viejo y apreciado habitante de la ciudad, en circunstancias poco claras, en atención a que no habría certeza sobre la causa de su fallecimiento. A lo que se suma que estos tres casos esperan ser esclarecidos.

De donde, la pregunta que rueda, es entonces si se trata de hechos aislados; o si, por lo menos en el caso de los tres últimos, se asiste a la presencia de una amenaza latente que sigue persistiendo, dado que existen quienes “en la Villa” estarían convencidos de que, en todos ellos, se observaría la presencia de un patrón común.

No estamos en condiciones de tomar partido en favor de una u otra de las posiciones expuestas, pero no se puede dejar de señalar que ese en apariencia número de casos reducido – tres, desde febrero hasta ahora- sí puede considerarse como algo normal, y que no provoca sino un interés pasajero, cargado en realidad de indiferencia, en ciudades con una población mayor y de otras características; pero en el caso de Villa Elisa es explicable que provoquen una inquietud, que por ahora al menos, sería indeseable que se convirtiera en un estado de alarma en la sociedad, algo que no quita que los vecinos deben mostrarse cuidadosos, no solo con sus actos y sus cosas, sino atentos a lo que acontece a su alrededor.

Mientras se espera un rápido esclarecimiento de las tres situaciones referidas, las que no pueden quedar impunes, y que se llegue a identificar y juzgar a los autores contribuiría a apaciguar toda inquietud. Sin que ello, por supuesto signifique, el poder “bajar la guardia”, dado que indudablemente es otro el mundo en el que nos toca vivir.
Fuente: El Entre Ríos

Enviá tu comentario