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Una amenaza para la paz y la seguridad internacional

Un presunto ataque en Duma, el último bastión en manos de los rebeldes en la región de Ghouta Oriental de Siria, despertó nuevamente las alarmas del mundo sobre la situación en este país. 48 muertos se cobró el hecho. Pero esta guerra es larga data, y sigue y sigue, aunque a veces se la olvide.

El 15 de marzo la guerra de Siria cumplió un nefasto aniversario de 7 años, con un saldo de más de 511.000 muertos, entre ellos al menos 24.000 niños; seis millones de desplazados dentro de Siria y 5,6 como refugiados en los países vecinos y en Europa. A su vez, su población se encuentra hambrienta, empobrecida y cansada por el interminable conflicto.

En 2011, muchos sirios se contagiaron del espíritu de la llamada primavera árabe y salieron a sus calles a protestar contra el régimen de Bashar al Asad por el arresto y tortura por parte de las fuerzas de seguridad de un grupo de adolescentes que habían pintado mensajes revolucionares en un muro escolar de la ciudad sureña de Deraa.

Las manifestaciones se dieron dentro de un contexto particular en el que diferentes naciones vecinas se levantaron contra sus gobiernos exigiendo más democracia y derechos. El 15 de marzo fue el inicio con protestas en Damasco y Aleppo que se extendieron durante semanas por todo el país.

Estos hechos fueron reprimidos por el gobierno sirio y la oposición fue armándose para “resistir”. Hoy, se compone de diferentes grupos, algunos más moderados y otros más radicales (como el Estado Islámico) que también se enfrentan entre ellos.

La contienda ha traído a potencias mundiales a involucrarse como Estados Unidos y Rusia. Y hoy este involucramiento parecería haber escalado aún más con el anuncio del presidente de USA, Donald Trump, del envío de misiles a Siria en represalia por el ataque químico: “Rusia promete derribar todos y cada uno de los misiles contra Siria. Prepárate, Rusia, porque lo que vendrán serán [misiles]bonitos, nuevos e inteligentes. ¡No deberíais ser socios de un animal que mata con gas a su gente y lo disfruta!”.

Es así que la situación de una nación, devastada por años de una cruenta guerra sin fin, puede incluso ser peor, en el caso de que se desatara dentro de su territorio un enfrentamiento entre pesos pesados militares extranjeros.

Así lo advirtió el enviado especial de la ONU en Siria, Staffan de Mistura en la sesión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del lunes: “Lo voy a decir por primera vez, estamos ante una amenaza para la paz y la seguridad internacional”.

Mientras tanto, los sirios se mueren o huyen de su país. O se escapan para ser devueltos o vivir segregados en lugares que nos los quieren recibir.

Siria llora. Sus ciudadanos mueren, y en especial sus niños. Siete años después hay que volver a recordar que, mientras muchos dormimos tranquilos, en esa nación hace siete años que la paz los abandonó.
Fuente: El Entre Ríos

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