Durante el juicio, el fiscal Lisandro Beherán rememoró en su alegato los casos por los que fue llevado a juicio, que se cometieron en el Museo La Estación y en la habitación de su domicilio de calle 25 de Mayo, donde vivía con su madre. Indicó que los actos dejaron "una huella psíquica que alteró el desarrollo sexual de las víctimas"; y que "la naturaleza y características de esos actos es la que define la corrupción de menores". Había solicitado 16 años de prisión.
Durante el juicio, el fiscal Lisandro Beherán rememoró en su alegato los casos por los que fue llevado a juicio, que se cometieron en el Museo La Estación y en la habitación de su domicilio de calle 25 de Mayo, donde vivía con su madre. Indicó que los actos dejaron "una huella psíquica que alteró el desarrollo sexual de las víctimas"; y que "la naturaleza y características de esos actos es la que define la corrupción de menores". Había solicitado 16 años de prisión.