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El cura Juan Diego Escobar Gaviria insiste en su tesitura de ser inocente de las acusaciones por abuso que pesan sobre él –tres, que tramita la Justicia de Nogoyá—y que por eso no ve razón valedera para que se le prohíba pisar Lucas González, un pueblo de poco más de 4000 habitantes, a 133 kilómetros de Paraná, adonde llegó como párroco de San Lucas Evangelista en 2005, y de donde fue obligado a salir el 27 de octubre, cuando la Justicia empezó a investigarlo.

La Justicia de Nogoyá avanza con las tres denuncias contra el sacerdote: los expedientes abiertos están caratulados "Señor Defensor Oficial s/Presentación", que tiene que ver con la primera víctima, un nene de 11 años; a ese caso se agregaron otros dos: "Juan Diego Escobar Gaviria s/Abuso Sexual" y "Juan Diego Escobar Gaviria s/Promoción a la corrupción agravada de menores".

Ahora está suspendido como cura e investigado por la curia, por orden del arzobispo Juan Alberto Puiggari, y alojado en la casa de la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo, en Comandante Espora la 500, en Paraná, por disposición judicial.

La última resolución del juez Gustavo Acosta, titular del Juzgado de Garantías de Nogoyá, dictada antes de la Navidad, dispuso prohibirle acercarse a Lucas González, lugar adonde residen las tres víctimas que lo denunciaron por abusos. La medida es por 60 días. Además, le impuso la obligación de notificar a la Policía su paradero tres días a la semana, lunes, miércoles y viernes.

Pero el cura rehúsa que le impongan cualquier tipo de prohibición.

Y por intermedio de sus abogados, Milton Urrutia y Juan Pablo Temón, apeló la resolución del juez Acosta, y ese recurso llegó ahora al Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú. Allí, ya logró que el juez Arturo Exequiel Dumón le permitiera, a principios de noviembre, liberarse de la cárcel. La Justicia de Nogoyá le había dictado prisión preventiva por 20 días y lo mandó a la Unidad Penal de Victoria. Pero sólo estuvo una semana tras las rejas; fue liberado y recluido en Oro Verde. Ahora, Escobar Gaviria confía en que la Justicia de Gualeguaychú vuelva a beneficiarlo y levantarle la prohibición de viajar a Lucas González.

La estrella del cura Escobar Gaviria –con grande fama de sanador en distintos puntos de la provincia—comenzó a apagarse la última semana de octubre último, cuando dos monjas del Colegio Castro Barros San José se presentaron ante el defensor oficial Oscar Rossi y abrieron una denuncia por abuso contra un nene de 11 años. Luego, se presentaron ante los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina dos adolescentes que contaron destalles escabrosos de los abusos a los que los sometía el sacerdote.

El 20 de diciembre, el juez Acosta resolvió en el caso Escobar Gaviria: 1) tener por denunciado el domicilio de Juan Diego Escobar Gaviria en calle Espora Nº 521 de Paraná, el domicilio de la Casa Cruzada del Espíritu Santo; 2) la prohibición de acercamiento y de todo tipo de contacto con las víctimas y sus grupos familiares, por el término de sesenta días; 3) la obligación al cura de presentarse en la comisaría más cercana a su domicilio en Paraná tres veces por semana por el término de sesenta días; 4) prohibirle el ingreso a Escobar Gaviria a la ciudad de Lucas González por el término de sesenta días.

Ahora, la defensa del cura quiere poner esa resolución en crisis, y está al aguardo de la apelación que deberá resolver la Justicia de Gualeguaychú.
Fuente: Entre Ríos Ahora

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