El misionero, oriundo de Puerto Iguazú, afirmó que sobre el hecho "no hay mucho que contar", ya que se trató de unos pocos instantes en que casi todos iban durmiendo.
“De repente”, el golpe
"Me desperté a las 5 de la mañana, le cambié el lugar en el asiento del pasillo a mi hijo, y lo tapé bien porque hacía frío por el aire, estábamos en el primer asiento del piso de abajo, contra el sanitario”, relató. Y recordó que “lo puse en mi pierna y de repente siento que el colectivo carretea, no sé si es la palabra correcta, así que en ese tiempo lo único que se me ocurrió es tirarme arriba suyo y prenderme del asiento y me quede ahí". Luego vino el impacto y el shock. "De repente se siente el golpe y el colectivo se queda. Y solamente hay plásticos, hierros, vidrios, en medio de la oscuridad”, describió y dijo que “trato de sacar mi pierna, estaba golpeado, le hablo a mi hijo, me dijo que estaba bien, que también tenía atrapada la pierna, se la saqué, lo senté en el asiento, le doy un zurdazo al vidrio y lo rompo. Y salimos por ahí".
“Tenía la mente que eso se iba a incendiar”
En ese instante llegó un hombre para ayudarlos a salir: "Ahí aparece un muchacho que fue muy gentil, con un martillito que no sé de dónde lo sacó, abre el vidrio desde afuera, saco mi hijo, tiro una frazadita que teníamos, empecé a sacar mis cosas de un bolso, los documentos y el celular. Salgo por la ventana, me ayudan, fui y me senté”. “Ahí tenía mucho dolor, hablaba con mi hijo tratando que no se duerma. Uno está en la oscuridad, todo shockeado, tenía sangre en la cara y le pedí a un muchacho una remera", dijo Leandro.
"Nosotros fuimos lejos con mi hijo, seguramente como a 50, 70 metros, y tenía a los otros de espaldas, no vi qué hacían, cómo salían, yo tenía en la mente que eso se iba a incendiar. Así que ahí estuvimos, ese señor que nos siguió, fue muy gentil, hablaba con uno, con otro por celular”, contó y dijo que “no sé cuánto tiempo tardó la ambulancia, ya estás entregado, que sea lo que Dios quiera, mi hijo hablaba, quería dormir, yo trataba que no se durmiera."
El hombre contó que no es la primera vez que los chicos viajan. Recordó que el año pasado fueron a Santa Fe donde los invitaron al torneo en Córdoba. "Hay un director técnico de fútbol profesional y su hijo que es profesor de educación física, son los que forman a los chicos, excelentes personas, mi hijo hace tres años que se entrena con ellos", contó y agregó que "el profesor pidió a esos mismos choferes, eran de confianza".