Cuando se cumplió el primer año de encierro de Nahir Galarza, en la Cámara de Casación de Concordia se realizó la audiencia solicitada por la defensa de la condenada, con la intención de rebatir la prisión perpetua impuesta en primera instancia.
Fue el abogado José Ostolaza quien presentó el recurso casatorio y fue él quien en esa audiencia trató de revertir el contundente fallo del Tribunal de Juicios de Gualeguaychú, argumentando que los magistrados no tuvieron en cuenta su alegato y las supuestas pruebas de que la joven novia de Fernando Pastorizzo era víctima de violencia de género.
El Ministerio Público Fiscal, representado por Lisandro Beherán, el mismo fiscal que estuvo en el juicio en Gualeguaychú, defendió lo hecho oportunamente y enumeró cada una de las pruebas que la Fiscalía recabó a lo largo de la investigación, que sirvieron para obtener la pena máxima solicitada.
Otro que también estuvo en la audiencia fue el querellante Rubén Virué. El abogado larroquense representó a Silvia Mantegazza, la madre de Fernando Pastorizzo, y en su alocución volvió a insistir en la modalidad del crimen. Virué siempre sostuvo que hubo alevosía y que el Tribunal de Juicios de Gualeguaychú lo desestimó en la sentencia. Sebastián Arrechea y Juan Carlos Peragallo, abogados del padre de la víctima, también apoyaron esta acusación y pidieron que se mantuviera la prisión perpetua.
Los vocales de la Cámara de Casación de Concordia, Silvina Gallo, Darío Perroud y Aníbal Lafourcade, escucharon los alegatos durante más de dos horas y media, y tras ello informaron que la sentencia se iba a conocer en el mediodía del 14 de agosto. Todo hace presumir que por más que se haya llegado a esta instancia, que admite el derecho de todo condenado a que su sentencia sea revisada, no hay nada que pudiera beneficiar a Nahir Galarza en reducir sus años en la cárcel.
