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El 11 de diciembre de 2020, dos sujetos en moto y con sus rostros cubiertos por cascos, tocaron timbre en una casa de Estancia Grande, en el departamento Concordia, simulando ser deliverys. Abrieron una “conservadora”, de la que extrajeron las armas con las que dispararon las 13 balas que terminaron con la vida del empresario tabacalero Raúl Molina.

19 días después, desde el Ministerio Público Fiscal no ha emanado información oficial que dé cuenta de avances concretos en la investigación. Como todo silencio, cuesta interpretarlo. Hay al menos dos posibilidades: se calla por estrategia o porque las pesquisas están empantanadas. Lo que El Entre Ríos pudo recabar de manera extraoficial abona más la segunda opción que la primera. “No tenemos mucho. Se pidieron muchos informes”, admitió un funcionario de tribunales, entre disgustado y esperanzado.

En principio, las pocas expectativas de dar con los “sicarios” están depositadas en lo que surja de las pericias a las líneas de celulares que se activaron en esa zona.

Como ya es habitual en este tipo de casos, también se están analizando las cámaras que hay en las inmediaciones, además de las pericias de rigor a las vainas encontradas.

“Es un caso difícil, pero capaz algo sale”, resumió el funcionario, documentando en tan pocas palabras lo mucho que les está costando ser optimistas.

El hecho de que la víctima fatal no gozara de buena fama, señalado por estafas en su empresa Tabacalera del Litoral SRL, hizo que desde la sociedad no hubiera reclamos generalizados hacia el Poder Judicial para el pronto esclarecimiento del hecho.

Como fuere, resulta poco tranquilizador para Entre Ríos que, primero en Paraná con un triple crimen, y luego en Concordia con la “ejecución” de Molina, en pocas semanas hayan aparecido indicios firmes del accionar de sicarios.

¿Puede ser tan fácil matar y no dejar rastros?

En la capital provincial, la Justicia detuvo a un sospechoso de los tres asesinatos, un exconvicto, identificado por testigos como el presunto responsable de manejar la moto que llegó hasta el lugar y de la cual descendió otra persona autora de los disparos contra las víctimas. En Concordia, aún no hay detenidos. Horas después del trágico hecho en Estancia Grande, el fiscal Martín Núñez llegó a decir “hay varios sospechosos”, frase que fue relacionada no tanto con la existencia de pistas firmes (que hoy está claro que por ahora no hay) sino con que la víctima habría tenido varios “enemigos”, tanto en Concordia como en Rosario y Buenos Aires.
Fuente: El Entre Ríos

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