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En España ya viven la cuarta ola de Covid-19, marcada por un predominio absoluto de la variante británica, cepa que ha sido encontrada también en América Latina, y más puntualmente en la zona del Departamento Colón, en Entre Ríos. Según el último informe del Centro de Coordinación de Alertas del Ministerio de Sanidad español, la variante británica, la B117, ya se encarga de entre el 64,3% y el 98,8% de los nuevos casos de Covid.

Según el reporte publicado por el diario La Vanguardia, de Barcelona, esta cepa “es más capaz de contagiar, tiene mayor carga viral y es más grave y letal. Esa podría ser una de las razones por las que la cuarta ola ha empezado por el final, llenando las ucis de pacientes graves, sin esperar a que las aperturas de la Semana Santa dieran sus frutos en urgencias”.

“La impresión, sin datos aún en que apoyarnos, es que los pacientes empeoran más rápidamente”, señala Pere Domingo, responsable de Covid en el hospital de Sant Pau. “Pacientes que a primera hora están bien, al mediodía necesitan que les intubemos y bajan a la uci”. El agravamiento es siempre igual: las necesidades de oxígeno crecen sin que el enfermo lo perciba. “Pero cuando acaban en la uci, el tiempo de hospitalización empieza a contarse por semanas, no por días”, aclara el experto. De ahí que en cada ola el problema comience sobre unas ucis más llenas. No ha dado tiempo a que se vaciaran.

En las estadísticas catalanas, por ejemplo, la curva de incremento cada vez más vertical está en estos enfermos críticos, pero aún no en los otros. Si al comenzar la Semana Santa había 404 pacientes en intensivos, a los 7 días ya eran 431, pero siete días después han sumado 515. La cifra de positivos confirmados, en cambio, fue algo superior hace dos semanas que la semana pasada. Según Salut, esas cifras en torno a la Semana Santa no son fiables, porque la población aguanta más sin ir al médico y así las estadísticas de nuevos casos bajan de forma artificial. Pero lo de las ucis es un dato seguro: todos ellos son personas en estado crítico por Ccovid.

“Y la impresión, repito, la impresión, es que los pacientes nos llegan más graves, empeoran más rápidamente y el virus les hace más daño”, concluye Pere Domingo. “Pero estamos observando la punta del iceberg. Esta semana veremos crecer la infección en la comunidad”.

La misma impresión tienen Ricard Ferrer, responsable de intensivos de Vall d‘Hebron. Sus pacientes se agravan más rápidamente. Incluso los que parecen que no van a empeorar, cambian en horas. “No podemos hacer predicciones de ningún tipo pero lo lógico es que los efectos de la Semana Santa aparezcan en los próximos días. Lo que ocurra y cómo evolucione dependerá de muchos factores, desde las restricciones al ritmo de vacunación.

En el Clínic, con dos tercios de sus intensivos dedicados a Covid, como ocurre en los principales centros, tienen también la impresión de que llegan más graves y que el agravamiento se acelera (en 5 o 6 días en lugar de 8 o 9). “Pero no podemos aún corroborarlo con cifras”, advierte el jefe de sección de intensivos, Pedro Castro. “Nosotros nunca hemos estado de bajada, la presión de la Covid en la uci es constante desde hace mucho”, explica Castro. Ocurre porque los cinco grandes hospitales, como el Clínic, atienden todos los casos graves de su grupo de influencia. No hay descanso, ni descenso.

Esta enorme presión, con las ucis ocupadas en más del 60% por enfermos Covid y con un ritmo de crecimiento notable, hará que buena parte de los hospitales empiecen esta misma semana a desprogramar cirugías y exploraciones que se puedan posponer.

A la espera de que al final de esta semana los primeros análisis de datos que recogen los principales centros se conviertan en datos más seguros, lo esperable es que la consecuencia de la apertura parcial de la Semana Santa tenga su impacto en los hospitales en los próximos días. Como se trata de la variante británica muy mayoritariamente, es presumible que sea una subida notable, aunque todo es posible. También su gravedad.

Otra particularidad de la variante británica es que hay más casos de familias completas infectadas. “Tenemos algunos hermanos en la uci, o varios miembros de la familia entre uci y planta”, explica Ferrer. “Vemos cada vez más brotes familiares en lo que si antes enfermaban dos, ahora caen todos”, explica Pere Domingo. “Y también observamos una mayor presencia de afectados latinoamericanos, muy por encima de lo esperable por su proporción en la población”, señala Castro.

Pero son impresiones, insisten. Todo está por apoyar con datos.
Fuente: La Vanguardia de Barcelona

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