“Contamos con once sedes y en ocho funcionan comedores y merenderos, donde se dan más de 600 porciones de comida diarias”.
“Desde que comenzó la gestión en 2019, la propuesta del intendente fue que la gente que necesita ser asistida, tiene que comer lo mismo que cualquiera de nosotros en casa”.
En diálogo con Franco Bastian, la funcionaria marcó diferencias entre la situación en que encontraron los comedores al asumir y cómo se encuentran cuatro años después.
“Se corrigió la alimentación con una nutricionista y se hace el pedido semanal”, agrega. A la vez, destaca que las provisiones se adquieren “con fondos municipales”, ya que “si bien se cuenta con una tarjeta Sidecreer, es mínimo para lo que significa el costo de los ocho comedores”.
“Tenemos menúes hechos por nutricionistas. Aunque las chicas tienen la libertad de ir adaptándolos, todos los días hay carnes, frutas, lácteos y verduras. Incluye todos los nutrientes y se asiste a personas celíacas, lo que creo que nunca se hizo. El municipio hace una inversión de dinero muy importante”.
Además, menciona que en tres de las sedes “tenemos apoyo escolar” y que cinco de ellas “tienen merenderos, donde todas las tardes se da leche chocolatada y facturas a la familia entera”.
Además de describir la situación de entonces como “caótica”, dice que eran las propias cocineras quienes “con el magro sueldo que tenían, ponían dinero de su bolsillo” para solventar los comedores.
“Eran todas contratadas. Cada tres meses les renovaban el contrato, con la incertidumbre que eso produce. Desde el comienzo de la gestión se las capacitó, pasaron a planta y se las recategorizó”, señala Tuyaré sobre la situación laboral de quienes prestan servicio en los comedores.
“Se les tiene un cariño muy grande a las cocineras, se las valora muchísimo, porque hacen un trabajo excepcional”, concluye.
