La víctima, Benjamín Lachowicz, nadaba en aguas poco profundas -unos 70 centímetros- cuando sintió de forma repentina un fuerte mordisco en una de sus manos. Su padre, Marcelo Lachowicz, fue testigo del momento en que el niño forcejeaba con la mano afectada y lloraba. Según relató, pudo comprobar que un pez dorado de tamaño considerable, al nadar cerca de la orilla, mordió al niño, aun cuando los dientes de esa especie no son afilados sino planos.
La lesión, casi en circunferencia, que pudo apreciarse cuando arribaron al diario El Telégrafo, dejó en evidencia la potencia de la mordedura.
Benjamín fue trasladado de inmediato al hospital, donde recibió tratamiento con calmantes y antibióticos y se encuentra en recuperación, recordando el susto, tras vivir un incidente insólito en la costa del Uruguay.