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Aquella foto: Aníbal Fernández y Lucas Carrasco.
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Lucas Carrasco permaneció detenido por unas 5 horas, sin explicaciones oficiales hasta el momento, este lunes por la noche, en Paraná. Pasó de ser un bloguero k, que como tal fue asiduo panelista del ultrakircherista programa 678, a regresar a su provincia natal y convertirse en un escritor serial de artículos contrarios a la gestión de Sergio Urribarri.

El periodista entrerriano aparece citado en el libro “Periodistas en el Barro”, del escritor y periodista Edi Zunino (octubre de 2013, Editorial Sudamericana). En el capítulo 8 “Caso Blogueros K”, hay un informe detallado sobre los que califica como “Guerrillas 2.0”.

A modo de presentación, dice de Carrasco: “periodista. Entrerriano. Desde su blog República unida de la soja, verdadera revelación durante el conflicto del gobierno con el campo, llegó a ser panelista de los programas de Diego Gvirtz y en la FM de Radio Nacional. Abandonó esos espacios con escándalos”.

Califica al actual director del sitio “Noticias Entre Ríos”, que paradójicamente es un portal donde la totalidad de su contenido es con artículos de opinión, como “el más independiente (o ingobernable) de todos. Adjudica esos conflictos en su propio blog a sus “dos personalidades”, a ciertos “problemas de conducta” y a una relación problemática con el alcohol. En Twitter es @carrascolucas. Tiene talento”.

Polémica I

A continuación, elentrerios.com transcribe lo detallado en páginas 278 a 281. “El Día de la Primavera de 2010, era martes. Lucas Carrasco estaba mirando el programa Le doy mi palabra, conducido por el periodista Alfredo Leuco, en Canal 26, cuando vio aparecer en cámaras a su joven colega Juan Cruz Sanz. Al verlo, Carrasco recordó que, diez noches atrás, se lo había encontrado en una peña filokirchnerista junto a una inquietante veinteañera, Agustina, por la que discutieron sin llegar a mayores. Solo en su departamento y frente a la pantalla, Carrasco editorializó en su blog:

Hay algo más bajo que ser Alfredo Leuco, y es trabajar para Alfredo Leuco. Me hace reír, obvio. Hasta que supe, y es es imperdonable, que Agustina, que está en el rincón, hablando con un gil. Sí, que trabaja con Leuco. Ese, un gil.

Voy a juntar gente, irme a la puerta de Canal 26, hacerle un escrache. Si me la enamorás a Agustina, ay, Dios. Voy a matar a todos. No va a quedar ninguno vivo. Este post servirá de prueba. Voy a entrar con una metralleta al programa. Voy a matar a todos. Agustina, por Dios, sos la mina más linda del mundo, no podés, ok, te entiendo que no me das bola, por eso, porque sos la más linda del mundo, en esa te banco, ahora bien, convengamos: con ese gil no. No y no” (…)

Lo que para Carrasco era un grito amoroso intempestivo, desesperado, noctámbulo, bohemio, etílico, para Leuco fue la prueba final de un odio profundo, irracional, ideológico. En su habitual columna de la tarde siguiente por radio Continental, en el programa de Fernando Bravo, dijo alarmado:

Lucas Carrasco, integrante del aparato comunicacional kirchnerista, me amenazó de muerte y prometió ir con una metralleta al Canal 26 a matarnos a todos. Hago responsable por mi integridad, la de mi familia y la de mis colaboradores al jefe de gabinete, Aníbal Fernández, que lo apañó y se fotografió con él en un congreso de blogueros.

(…) Aníbal Fernández tardó lo que un tuit es desligarse del asunto, adjudicándolo a la “irrespetuosidad” de Carrasco. Apuró a Leuco para que hiciera la correspondiente denuncia judicial y aclaró que, si se había fotografiado con el supuesto agresor en aquella tanguería de Parque Patricios, había sido un hecho circunstancial como tantos en la vida política.

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Tres días después, en República unida de la soja, Carrasco, ironizando sobre lo difícil que le resultaba ser kirchnerista, hizo referencias a su “malestar psíquico”, sus “problemas de conducta” y los costos de ser “un loquito”.

(…) La polémica mediática Leuco-Carrasco-Fernández quedaría reducida a la mínima expresión por la angiosplastia de urgencia que debieron practicarle a Néstor Kirchner y directamente a la nada cuando, seis semanas después, el ex presidente falleció en El Calafate”.

Polémica II

Más adelante, desde la página 284, el actual editor de Revista Noticias vuelve a mencionar al entrerriano. Dice: “en la emisión del viernes 22 de junio de 2012, se pudrió todo en la mesa de 678. Entre los invitados estaba Lucas Carrasco. Se hablaba de la destitución parlamentaria del hasta entonces presidente paraguayo, Fernando Lugo, cuando una larga parrafada de Carrasco sobre la incongruencia de echarla la culpa de todo, hasta del golpe institucional paraguayo, al CEO del Grupo Clarín, Héctor Magnetto, mereció un congelante comentario de Danta Palma, un licenciado en Filosofía de la UBA parecido al galancito televisivo Nicolás Cabré y con dedicación full time al programa insignia de Diego Gvirtz:

-Yo vine sobrio…

¡Qué lío! Los camarógrafos no sabían cómo esquivar los amagues del bloguero para irse del estudio, ni los movimientos de sus copanelistas para frenarlo. O seguirlo. Lucas editorializó en su blog lo sucedido esta misma noche:

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Soy calentón, me sentí humillado. Creo que Dante Palma fue injusto conmigo. Con el invitado llevado a hablar del tema, más cuando…éramos amigos. Lo hablaré con él. Si es que él quiere. Tengo aprecio por 678 y en especial por Carlos Barragán y por Diego Gvirtz, al que le debo mucho. Gvirtz es el empresario, y quienes me lean sabrán que no soy alcahuete de las patronales.

Trabajo para el Grupo Szpolski en radio América, y discuto con él. Y escribo para Crónica y discuto con ellos. Probablemente, la prensa de derecha quiera hacerme alto, flaco, con mucho pelo y buenos modales: escribo rápido para que lo sepan, no cuenten conmigo. Las discusiones políticas son siempre fuertes. Se trata de pasiones. No cuenten conmigo tampoco, los que pretendan ridiculizar a Dante.

Me dolió que me diga “borracho” al aire, me pareció un golpe bajo. ¿Tengo que aclarar que sí, que tomo pastillas recetadas para no beber y que me joden la modulación? Es triste. No me gusta contar estas cosas. Ni justificarme. Pero ya está.

El protagonismo bloguero

En 2013 fue entrevistado por Pablo “Payito” Blanco para el mismo libro, “Periodistas en el barro”. Aquí un fragmento de aquel diálogo con el entrerriano:

¿Por qué el conflicto con el campo les dio tanto aire?
Por tres cosas. Uno: los medios se cierran, bajan la persiana. No se puede hacer una defensa del gobierno nacional o las que se hacían eran pelotudas, como las de Alberto Fernández. Y estaban quienes creían que lo del campo duraba cinco minutos, como mi amigo Ernesto Tenembaum. Al no durar cinco minutos, unos fueron quedando de un lado y otros, del otro. Ahí explotaron los blogs.

¿La segunda cuestión cuál fue?
Google empieza a pelearse con grandes diarios del mundo, aunque no con Clarín, que en esa etapa era amigable tecnológicamente con los blogs. De hecho, algunos estaban en la plataforma que tenía Clarín. Excepto los blogs más politizados, que no eran kirchneristas, los blogs eran como son ahora Twitter, una etapa de transición. Gooble, en su pelea con los diarios, modifica el algoritmo de las búsquedas e incluye los blogs, los enlaces, el blogroll y toda una serie de cuestiones técnicas que Beatriz Sarlo, por ejemplo, no comprende. La cuestión técnica-ingenieril hizo que las visitas saltaran 300 por ciento en todos los blogs.

¿La tercera?
A Kirchner, en 2009, lo derrota el peronismo real. Y al clausurarse el peronismo, el pendejerío que escuchaba por ahí, con quince o dieciocho años, que se decían tantas calamidades de los Kirchner, obviamente se hicieron kirchneristas. Pero no tenían referentes. Esa generación, que ya estaba criada en el mundo digital, entonces encontró ahí ciertos referentes.

(…) ¿Desde el gobierno percibieron esos tres fenómenos que marcás?
Exacto. Y en particular Máximo Kirchner, que tiene nuestra edad y recién largaba con La Cámpora. Por una cuestión generacional, Máximo leía todo esto. Generacional y geográficamente. El tipo vive en Santa Cruz. No había muerto el padre, entonces, y no venía tanto acá. El tipo de trabajo que hace Máximo, de estar en una inmobiliaria, lo puso horas frente a la computadora. En ese tipo de trabajo, leés los diarios y también leés eso, leés todo. Que Máximo haya leído muchos blogs tiene que ver. El principal sostén del gobierno en los medios y en Facebook, en ese momento, pasa a ser 678, donde hay varios amigos míos. Gvirtz tiene una lógica televisiva que los opositores convencionales no comprendieron del todo. Los Kirchner eran igual de analógicos, pero eso el asunto fue Máximo.

¿Ahí empiezan los intentos de encuadrarlos políticamente?
Había encuentros, reuniones…Gabriel Mariotto operaba para que eso se organizara en algo. Salió el Movimiento Bloguero Peronista, donde estaban los blogs que iban a pedir contratos del Estado. Eran los menos leídos. Y el funcionario analógico que ni había escuchado eso, compraba. Hay una cosa muy simple que a muchos les cuesta aceptar: el peronismo incorpora esas cosas nuevas con más rapidez que nadie.

(…) Lucas Carrasco, quien de antikirchnerista no tiene un pelo, asegura que la pretendida institucionalización política del movimiento bloguero fue de lo peor que se le pudo haber hecho. Algo así como aburguesar la anarquía. Lo nuevo envejece cuando se hace oficial. No hay horizontalidad posible cuando manda el verticalismo. “La mayoría de los blogueros dejaron de escribir, les compraron el silencio”, dice.
Fuente: elentrerios.com - Libro "Periodistas en el barro"

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