"Nos convocó a una reunión porque él había traído la idea de Europa de construir en el barrio una capilla con forma de barco invertido y con el nombre de San Francisco de Sales, que es un santo saboyano", recuerda Laura Perroud, integrante del grupo de trabajo.
El primer paso fue conseguir un espacio físico para la gran obra. "A partir de ahí empezamos a hacer gestiones y el municipio llegó a un arreglo con la curia por los impuestos que debía una persona y nos cedió el predio en comodato", dice repasando la historia.
Norma Bonnin, a su turno, cuenta que "cuando se hacían las reuniones con el padre salíamos sintiendo que al día siguiente íbamos a tener la capilla levantada, pero en realidad se hizo difícil porque fueron muchos años de trabajo y en algunos momentos pensábamos que ya no se lograba porque las cosas se estancaban".
Fueron muchas las actividades benéficas organizadas por los vecinos durante estos años para poder salir adelante. "Hicimos carreras de caballos, de perros, polladas, ventas de empanadas, rifas, tablados populares y hasta formamos un servicio gastronómico para servir en algunas fiestas", enumera Laura.
"Trajimos unas maderas arqueadas de Mendoza que nos salieron carísimas y las tuvimos guardadas hasta que pudimos tener la base hecha", sigue comentando en relación a las acciones concretas que trajo aparejadas el nuevo milenio, cuando el grupo estaba cada vez más arraigado al objetivo y la obra comenzaba a llenar un espacio importante del barrio.
Norma, seguidamente, relata que "a todas las medidas y datos relacionados a la construcción los trajo el padre y el arquitecto Hernán Cáceres fue el que plasmó la obra trabajando ad honorem hasta que se terminó todo hace poco tiempo".
Detrás de la capilla se construyó, además, un complejo de tres aulas. "Se empezó en 2010 a dar clases de catequesis para comunión y confirmación. Ahora en 1º año de comunión tenemos 48 alumnos y en 2º 32, mientras que en confirmación hay 25 en 1º", explica sobre esa parte. "También ya hacemos bautismos y casamientos que se inscriben en la oficina parroquial y están a cargo del padre Roque Ravassio", acota.
"Nosotros dependemos de la parroquia local y a su vez de la diócesis de Concordia, así que estamos en contacto con el obispo a través del padre que es un nexo por cualquier tema que haya que hablar", expresa Laura.
Sobre la fiesta patronal en honor a San Francisco de Sales, menciona que "se realiza cada 24 de enero y antes hacíamos siempre un tablado popular en esa fecha. Incluso un año vino Zamba Quipildor a hacer la misa criolla, que surgió de Susana Lambert de Cultura y fue una muy buena propuesta".
Obras pendientes y proyectos abundan siempre en las instituciones de bien público. "Falta que nos entreguen la mitad de los bancos de madera que mandamos a construir y que están un poco demorados, pero ya están pagos en su mayoría", relata Laura y Norma anuncia que "los alumnos del taller de electricidad de la Escuela de Fátima van a colocar un pararrayos sobre la capilla próximamente".
Norma, a continuación, aprovecha para detallar las últimas adquisiciones hechas para la capilla: "Compramos dos casullas para el padre (una blanca y una verde), un libro para los casamientos y tenemos pendiente averiguar por una pila bautismal que nos está haciendo falta", informa.
Actualmente, las celebraciones religiosas se realizan el primer sábado -a las 20.00, con bendición de embarazadas ante la imagen de Nuestra Señora de la Dulce Espera- y el tercer domingo -a las 10.00, con bautismos- de cada mes.
La Capilla San Francisco de Sales está construida en la esquina de las calles Gutierrez y Gastal -a dos cuadras de la Avenida Urquiza- y se encuentra abierta todos los días de 8.00 a 20.00.
