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Juan Ignacio Tasistro aceptó lo que le parecía un negocio redondo, aunque riesgoso: debía cruzar de Entre Ríos a Uruguay con 31 kilos de cocaína, a través del puente internacional Artigas, ubicado a la altura de las ciudades de Colón y Paysandú.

El camionero, oriundo de Concepción del Uruguay, ocultó los ladrillos de droga y se mandó, pero un control de la Aduana descubrió el cargamento y quedó detenido. A fines de 2023, en un juicio abreviado, aceptó cumplir seis años de prisión.

De acuerdo a lo publicado por el periodista José Amado, se trata de una condena por narcotráfico en una de las nuevas rutas de la cocaína en Sudamérica que tiene a la provincia como paso obligado de la droga que -en su gran mayoría- se produce en Perú y que los carteles que buscan hacer llegar al puerto de Montevideo y luego Europa.

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Tasistro apareció en la trama de este envío de droga como una más de las tantas piezas fungibles del negocio, entre el dueño y el cliente. Nacido en “La histórica”, técnico electromecánico y transportista en el último tiempo antes de caer preso, había ingresado en la operación a cambio de un monto de dinero que no pudo despreciar.

Así, se subió al camión Ford Cargo y se dirigió, primero, a Rosario. Allí cargó pallets de soja y la carta de trazabilidad de la mercadería señalaba que el destino era la capital uruguaya.

En la mañana del 6 de septiembre de 2022 arribó al cruce fronterizo. Alrededor de las 9.30, unos metros antes de lograr su objetivo de llegar a la República Oriental del Uruguay, el personal de la Aduana argentina subió al vehículo y observó en la parte de la cabina destinada al descanso del chofer, un bolso deportivo tapado con una frazada y una bolsa térmica roja.

El mismo Tasistro, resignado y sin margen para negarse al pedido de los agentes aduaneros, destapó y abrió el bolso. A simple vista quedaron expuestos los 14 envoltorios con cocaína en el bolso y otros 10 envoltorios en la bolsa térmica: todos tenían cocaína de una altísima pureza. Los 24 ladrillos de droga pesaron 31,360 kilos.

La causa se tramitó en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, donde Tasistro fue imputado, procesado por “Tentativa de contrabando agravado” y quedó con prisión preventiva. Las fotografías tomadas durante el procedimiento también demostraban que el chofer no podía hacerse el desentendido. Ni siquiera había existido un ardid como para que el acusado dijera que le pusieron la droga entre los granos de soja.

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La pericia química sobre la cocaína arrojó que podía representar un total de 7.296.650,82 dosis umbrales. El valor en el mercado local ascendería a unos 465.000 dólares. En el destino final, el mercado europeo, un 300 por ciento más.

El caso fue a juicio sin obstáculos y las partes llegaron a un acuerdo de juicio abreviado. El mismo fue presentado por la fiscal ad hoc, Gabriela Agustina Velázquez, y la defensora pública oficial Julieta Elizalde, en una audiencia ante el Tribunal Oral Federal de Paraná, integrado en forma unipersonal por Mariela Rojas.

Tasistro confesó el delito y aceptó recibir la pena de seis años de prisión. El acuerdo fue homologado por la magistrada y el chofer sigue cumpliendo la sentencia en la Unidad Penal Nº 4 de su ciudad.
Fuente: Análisis

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