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Desde su sede central en calle Estrada 1571, el Centro de Empleados de Comercio ofrece 27 servicios a sus 411 afiliados, buscando defender sus intereses y atender sus necesidades, a través de las sucesivas conformaciones sindicales.

“Nuestra función es administrar los fondos que tienen los empleados de comercio, que es el aporte sindical del 3%, de la mejor manera posible. Además de eso tenemos nuestra mutual, que es Amusol, más nuestra obra social Osecac que está también administrada por la parte sindical. La verdad es que no nos podemos quejar, porque estamos trabajando bastante bien”, comienza diciendo el secretario general, Aníbal Casse, recientemente reelecto.

La cantidad de afiliados y los aportes de los obreros “tenemos que reconocer que dentro de todo se mantienen. Pero todavía tenemos mucho trabajo en negro en Villa Elisa y, sobre todo y cada vez más, el fraude de poner a los empleados como monotributistas, perjudicando al empleado mismo y a los propios colegas, porque eso es competencia desleal. Mientras podamos y nos presten atención el Ministerio de Trabajo y la Afip (Administración Federal de Ingresos Públicos), seguiremos haciendo denuncias y gestionando inspecciones”.

Entre los servicios que brindan y son más aprovechados por sus afiliados, menciona “la colonia de vacaciones, la entrega de útiles y guardapolvos a principio de año, los festejos por el Día del Niño y del Empleado de Comercio, óptica, ambulancia, farmacia, los dos salones del camping exclusivos para empleados de comercio y el de nuestra sede central que es abierto a todo el mundo, pero con distintos precios. Además, tenemos talleres de cocina, yoga, karate, kinesiología, psicólogo, psicopedagogo, ayudante terapéutico y terapia ocupacional”. Agregando que “son 27 servicios de los cuales todos son importantes, porque si no son para los solteros son para los casados y sus hijos. Aparte, nuestra mutual se ha abierto a la sociedad tanto en farmacia como en odontología, salón de eventos y colonia de vacaciones. Lo que sí, se nos está haciendo cuesta arriba cada vez más, en cuanto a los gastos fijos que conlleva nuestra infraestructura, con este tipo de políticas económicas que generalmente no ayuda al empleado de comercio, ni siquiera a la gente de las clases más bajas”.

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La pérdida de puestos de trabajo a nivel local, una situación preocupante. “Hemos perdido muchos empleados de comercio en estos tiempos, que hasta en Villa Elisa se ha notado: 14 personas, una cifra que no parecería muy importante, pero que en realidad para nosotros representa el 3,2% del padrón. Es mucho”, considera Aníbal Casse.

Los sueldos “cada vez son más insuficientes, porque los empleados de comercio están siendo cada vez menos. En dos años y medio, de tener el salario más importante de Latinoamérica pasamos a tener un sueldo promedio inferior a Brasil y Chile, por ejemplo. En 2015 nosotros cobrábamos 1050 dólares el salario mínimo vital y móvil y Brasil cobraba 330; hoy cobramos 268 dólares y Brasil 320, o sea que pasamos a tener un sueldo menor como parte del deterioro de la economía argentina para los obreros, pequeños productores y comerciantes chicos. Y este año, entre la devaluación y la inflación, se ha perdido muchísimo poder adquisitivo. Además, los obreros que tienen un salario medianamente bueno están pagando cada vez más ganancias, aunque este gobierno había prometido que no iba a ser así”.

En cuanto al impacto del avance de comercios de origen extranjero, ya sean supermercados chinos o tiendas bolivianas, “cuando se instaló años atrás el primer súper asiático en Villa Elisa se había empezado a debatir el tema, pero después se fue diluyendo y terminamos nosotros solos luchando contra la no apertura de esos comercios, porque lamentablemente no tenemos un Centro Económico que realmente funcione y apoye a los comerciantes. Esta gente no solamente no deja la plata en Villa Elisa, sino que tampoco tiene empleados en blanco, salvando un súper chino que tiene una sola persona registrada; los demás son todos grupos familiares que cambian de razón social cada tres o cuatro meses. Esto pasa también por la poca solidaridad que hay entre los comerciantes y las ventajas que le dan desde la municipalidad para que abran los locales con la excusa de generar fuentes de trabajo, que con el paso del tiempo ha quedado claramente demostrado que no es cierto”.

Actualmente, algunas complicaciones alcanzan a la farmacia social, ubicada junto a la sede administrativa del centro. “Ahora está bastante complicada la provisión de medicamentos por las políticas económicas de este gobierno, que llegó a debernos siete meses de Pami (Programa de Atención Médica Integral). Lo que han subido los remedios es una locura, entonces nos vemos muy complicados para mantener el stock que teníamos anteriormente, como también le pasa a muchas farmacias privadas, lo que está complicando sobre todo a los jubilados”, indica el secretario general.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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