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Blas Briceño, CEO de Finnegans.
Blas Briceño, CEO de Finnegans.
Blas Briceño, CEO de Finnegans.
Blas Briceño nació en Concordia, donde residió hasta que terminó la secundaria en el Bachillerato Humanista Moderno. “La verdad que mi vinculación con las ciencias sociales y artísticas es fuerte y me resultó difícil elegir una carrera que tuviera que ver con las Ciencias Exactas y, a su vez, me producía muchísimo interés y curiosidad”, recordó.

“Además tenía facilidad para las Ciencias Exactas así que, cuando terminé la secundaria, me vine acá a Buenos Aires a estudiar en las Facultades de Ciencias Exactas de la UBA la carrera de Ciencias de la Computación”, precisó en el comienzo del diálogo con El Entre Ríos.
Concordia: su escuela, el río y la industria
Su ciudad natal siempre está presente y así lo recuerda en esta anécdota personal: “me pasó que viviendo acá en Buenos Aires un día fui al Delta y el color marrón y los sauces y toda la impronta de la costa, la ribera que tiene tanta similitud, me trajo muchos recuerdos así que un día me compré un predio en la isla y, desde entonces, ya hace casi 20 años que 2 veces por semana paso una buena parte de mi tiempo ahí. Adoro el río y los paisajes del río”.

Y Concordia también está presente en lo profesional. A él le gusta presentarse como emprendedor de la industria del software ya que actualmente es el CEO de Finnegans, empresa dedicada desde la década del 90 a la creación y puesta en marcha de soluciones de negocios que ayudan a la eficiencia y calidad de la gestión de grandes, medianas y pequeñas empresas.

En marzo, Briceño regresó a la ciudad cabecera de la costa entrerriana del río Uruguay. Fue para inaugurar las oficinas locales de Finnegans con el objetivo de pensar a Concordia como un polo en la industria del software. Fue el paso siguiente a un trabajo conjunto con la Universidad y la Municipalidad de Concordia.

“Dijimos: tomemos 20 y que empiecen a trabajar con nosotros. Que pasen de la puerta y veamos cómo es esa experiencia y aprendamos también qué les falta para estar en niveles de productividad como la industria necesidad”, destacó luego.

Esa experiencia concordiense se convirtió en pionera para un programa nacional más ambicioso proyectado para este 2021. “Ahora viene en un ciclo nuevo porque seguimos evolucionando. Del primer piloto que fue Concordia programa, pasamos a otro y ahora estamos en otros. Probablemente, a partir de julio, haya un programa mucho más masivo con una plataforma que está desarrollando la Subsecretaría del Conocimiento con el apoyo de la Cámara de la Industria del Software, el INTI y otras organizaciones”, destacó.

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Blas Briceño es el CEO de la empresa Finnegans. Agrandar imagen
Blas Briceño es el CEO de la empresa Finnegans.
¿El objetivo? “Formar decenas de miles de chicos todos los años para que queden a un paso de la posibilidad de ingresar a la industria del software o a desarrollar sistemas o ser emprendedores”, explicó y afirmó: “hoy se necesitan cientos de miles de chicos trabajando en las empresas y nos los tenemos, los tenemos que formar, los estamos buscando”.
De la prueba piloto a un programa nacional
-Cuando inauguran las oficinas de Finnegans en Concordia, destacaron que hubo un trabajo previo. ¿Cuál fue el camino que transitaron?
-Creo que una de las cosas que me llamó la atención, cuando fui hace 2 ó 3 años a Concordia, fue justamente que no hubiera una industria de desarrollo de software cuando hay una población considerable y la industria del software puede hacer ancla en distintos territorios sin necesidad más que de talento.
Eso se juntaba con la situación específica de Concordia, de estar siempre en los ranking de mayor desempleo y mayores niveles de pobreza de Argentina, que a mí me parecía una situación sobre la que podíamos actuar como comunidad. Y yo, en particular, como responsable de una empresa y sabiendo que el desarrollo de la industria del software requiere sólo de talento, de gente que se involucra en trabajar en esto. Es una industria que no necesita inversiones de capital, de bienes de uso, sino inversiones en formación.
Frente a esa situación, y la no existencia de una industria consolidada en la ciudad, nos pusimos en esta idea de ver qué podemos hacer para que eso cambie. Y empezamos de a poquito con unos cursos de formación donde nos vinculamos con la Universidad y dimos unas charlas para los chicos. Después, hicimos una materia que la dábamos desde el equipo de Finnegans que fuimos llevando como conocimiento complementario para la Universidad. Y, a partir de hacer esas estrategias formativas, nos dimos cuenta que los chicos podrían trabajar en la industria del software y que se constataba que era esto. Había que empezar a empujar un poquito para que se moviera esta rueda. Y pasó. -Pero no quedó en formar a ese capital humano, sino también darle empleo. ¿Puede seguirse ese camino, ampliarse?
-Al año siguiente, nos planteamos: cómo podemos hacerlo más grande a esto? La verdad que, desde el día uno yo me imaginé o el sueño que compartí ahí con la gente de la Universidad y algunos colegas y compañeros de la secundaria, era decir hagamos que en 10 años en Concordia haya más gente en la industria del software que cosechando arándanos.
Y la verdad que para hacer eso tenemos que hacer que haya miles. En los primeros años pasemos de 10 ó 20 programadores en Concordia a 1000. Y parece un montón pero si vos pensás que hay 1000 familias que trabajan en una industria que hoy remunera a más del 50% que cualquiera del resto de las industrias, que tiene plena empleabilidad, condiciones geniales de devolución en el trabajo, bueno pongamosló en marcha y tiene que pasar.
Lo pusimos en marcha y eso tuvo impacto, conectividad con un programa de la Municipalidad y entonces dijimos: hagamos un programa piloto, hagamos una formación más masiva. Pensemos en 200 chicos que empiecen a estudiar y sacamos la convocatoria y, en lugar de 200, se postularon 1200. Eso fue un problema pero, a la vez, marcó que existía una población interesada en pensar en esta profesión. Así que terminamos eso y el Gobierno Nacional vio lo que hicimos, estaban en programas parecidos y les gustó la estructura, la forma que planteamos y lo llevó a nivel nacional.
A nivel nacional había un programa que se llamaba "Argentina programa" que nosotros desde la Cámara de la Industria del Software y apoyando también desde Finnegans compartimos, complementamos e integramos a las estrategias del Gobierno Nacional. La verdad que ahora viene en un ciclo nuevo porque seguimos evolucionando. Del primer piloto que fue Concordia programa, pasamos a otro y ahora estamos en otros. Probablemente, a partir de julio, haya un programa mucho más masivo con una plataforma que está desarrollando la Subsecretaría del Conocimiento con el apoyo de la Cámara, el INTI y otras organizaciones, con la idea de formar decenas de miles de chicos todos los años para que queden a un paso de la posibilidad de ingresar a la industria del software o a desarrollar sistemas o ser emprendedores.
“Ser agentes de impacto positivo”
- ¿Y la industria puede darle empleo a esos que forma?
-Veo que hay un horizonte de posibilidades para el desarrollo productivo de la zona. La verdad que esto lo pensamos desde un marco más amplio que nuestra organización porque tenemos, desde Finnegas y desde la Cámara de la Industria, la idea de ser agentes de impacto positivo y sobre todo en poblaciones vulnerables o en situaciones en que nuestra participación pueda generar un cambio decisivo.
Desde ese lugar lo hicimos y, en el caso de Finnegas, dijimos: estos chicos están en la puerta, tomemos 20 y que empiecen a trabajar con nosotros. Que pasen de la puerta y veamos cómo es esa experiencia y aprendamos también qué les falta para estar en niveles de productividad como la industria necesidad. La verdad que quedaron muy cerca, por suerte y porque la forma en que diseñamos los planes formativos tienen en cuenta las oportunidades de que ahora da el aprendizaje social, el aprendizaje haciendo que son como prácticas modernas de estructurar procesos de aprendizaje. Así que con eso, en 7 u 8 meses los chicos quedan muy cerca de estar en este oficio.
Una vez que están ahí, ya está. Quiero decir, la demanda es tan fuerte que cada vez más las empresas empujan a que hagan lo que hicimos en Finnegans y después se van desarrollando en conocimiento. Puede ser en la Universidad, puede ser en la formación in company que nosotros mismos damos y que las empresas medianas y grandes del sector damos porque necesitamos que se sigan formando por toda la vida. Ya están trabajando, tienen sueldos iniciales más importantes que cualquier actividad y tienen la posibilidad de que en 2 años ganen el doble y en 5 años cuatro veces más. Y eso no te lo da ninguna industria hoy.
Entrevista a Blas Briceño, CEO de Finnegans
“Se necesitan cientos de miles de chicos trabajando”
-La industria del software está en un período de crecimiento, según explicás. ¿Por qué es así?
-Nadie que está en la industria no se puede imaginar que la industria se siga desarrollando con estos índices locos de desarrollo anual, progresivo, interminable, desde hace muchos años y hacia muchos años más.
O sea, hoy se necesitan cientos de miles de chicos trabajando en las empresas y nos los tenemos, los tenemos que formar, los estamos buscando. Nos estamos peleando entre nosotros para que los más especialistas estén en nuestra empresa y los buscamos en otras. Hay una inflación de salarios descomunal y todo eso parte de que necesitamos mucho más recursos.
La competencia es de talento. En la medida que formemos a estos chicos y les demos procesos de producción de calidad mundial, y eso Argentina lo tiene con muchas empresas que están en la Cámara, que tienen procesos de producción de calidad mundial.
Lo que falta es el talento y el talento son los chicos. Los chicos adentro significa trabajo, altísimamente remunerado y posibilidad de crecimiento. Entonces, esa es la invitación para los entrerrianos y es el sueño que tenemos, compartimos y creo que estamos muchos más cerca. Creo que hoy debe haber más de 100 programadores en Concordia, si lo pensamos por escala ya dimos la mitad del camino.

-El contexto actual de pandemia, ¿cómo incidió en el desarrollo de la industria?
-Definitivamente para nosotros la digitalización y la virtualidad contribuyeron a acelerar todo el desarrollo del software y por eso estamos tan enloquecidos corriendo para todos lados. Es una gran oportunidad, es un cambio de época, es una aceleración del proceso que veníamos teniendo y hay un montón de trabajo por hacer porque el mundo necesita mucho más de esto, por muchísimo tiempo más.
Fuente: El Entre Ríos.

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