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“Adiós a nuestro amigo, adiós José”, comienza diciendo el mensaje que el Centro de Comercio, Industria y Servicios de Concordia le dedicó a su coordinador institucional, José Pérsigo, quien lamentablemente falleció es jueves, a los 62 años. Sus restos fueron sepultados en la mañana de este viernes. Lo recordaron como “‘loco lindo’, de esos imprescindibles en esta vida”, “un alma noble, un niño que nunca dejó de jugar. Una buena persona que deja una huella imborrable en los corazones de todos quienes tuvimos la suerte de conocerlo”.
El mensaje completo
Adiós a nuestro amigo, adiós José

El Centro de Comercio, Industria y Servicios de Concordia, ya no será el mismo. Seguirá su derrotero como desde hace mas de 100 años, pero no será igual luego del paso de José por sus últimos 20 años.

Ayer nos dejó físicamente José Pérsigo, Cuchino, Joanper o Zeca Itá según a cual de sus múltiples personalidades uno quiera referirse: la institucional, la de su familia y amigos, el poeta o el ferviente ambientalista defensor del río. Su río.

José era esencialmente un soñador: cualquier idea alocada, para él, era perfectamente realizable. Nada era imposible si el objetivo era noble.

Un idealista con la convicción de que en sus manos y su accionar, podía aportar lo necesario para que tengamos una ciudad, un país, un mundo mejor. Sólo era cuestión de subirse al barco, y navegar hacia adelante, nada podía salir mal.

Su vida pasaba por las instituciones, en esta última etapa el Centro de Comercio y el Foro por la Conservación del Río Uruguay. Todo pasaba por allí, por sus libros y la familia.

Ferviente defensor de la causa por la integración con Salto, aunque quizás sintiese que era un amor no correspondido. Nunca renunció a soñar con el Mundial 2030 y un estadio entre ambas ciudades.

José fue primero dirigente del CCISC, y luego empleado de la institución. Entre ambas etapas sumó 20 años. Su función en principio era ser referente de los vuelos de LAER en el CCISC y Coordinador Institucional, aunque su rol, sinceramente, siempre distó de ser un simple empleado ya que íntimamente nunca dejó de ser dirigente. Y es la dirigencia institucional lo que lo apasionaba y por lo cual jamás aceptó cargos políticos de ningún tipo.

Fue el apoyo y quien acompañó y enseñó a los más jóvenes el camino de la dirigencia y quien nos transmitió su amor INCONDICIONAL por el CCISC. El “relevo” que siempre estaba donde se lo necesitara para suplir cualquier necesidad o quien hacía de punta de lanza ante cualquier nueva batalla por librar.

Fue ferroviario, gerente de fábrica, diseñador gráfico, prolífico y apasionado escritor, amante del rally, relator deportivo, defensor de las causas nobles, hijo amoroso, padre dedicado, amigo de sus amigos y de todos quienes quisieran serlo, luchador incansable contra las injusticias y su gran enemigo: la concentración económica.

Un ser entrañable, con sus juegos de palabras, frases con dobles mensajes y títulos grandilocuentes para cada iniciativa. Todo lo que él dijera, debía ser analizado para tener certeza de que estaba hablando en serio o era una de sus clásicas humoradas.

Siempre con una sonrisa a pesar de sus dolencias, físicas o de su interior.

Un “loco lindo”, de esos imprescindibles en esta vida.

Un alma noble, un niño que nunca dejó de jugar. Una buena persona que deja una huella imborrable en los corazones de todos quienes tuvimos la suerte de conocerlo.

Adiós José, te vamos a extrañar mucho
Fuente: CCISC

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