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Este domingo, se publicó un artículo colectivo redactado por periodistas integrantes de Matria, La Primera Piedra, Agencia Paco Urondo, Revista NAN y Marcha, dando cuenta de una serie de denuncias por supuestos abusos sexuales y violencias, contra el periodista paranaense Lucas Carrasco. En la publicación, que lleva las firmas de Lucía Cholakian, Alejandra Zani, María Brun Lubatti, Ailín Bullentini y Laura Salomé Canteros, aseguran que durante el año 2016, nueve jóvenes comenzaron a organizarse para relatar -ante el poder judicial o la opinión pública- las agresiones del ex panelista de 678. Lo acusan de ejercer violencias sexual, física, psicológica y simbólica. Cuatro de ellas conforman una denuncia colectiva por "abuso sexual con acceso carnal", que fue elevada a la Cámara del Crimen. El caso está a cargo del Juez Nacional de Primera Instancia en lo Criminal de Instrucción Nº 5, Manuel de Campos, quien derivó la investigación en la Fiscalía Nº 26.

Lucía F es una estudiante de Psicología en la UBA, de 21 años, que disfruta de las comedias musicales, la poesía y los dibujos animados. A los 18, conoció a Lucas Carrasco, en ese entonces de 35 años. Supo de él por sus amistades. "Me habló por Facebook, me invitó a salir y desde ese instante comenzó mi calvario". A mediados de 2013 accedió a verlo. "Yo estaba en el secundario y fui a su casa. Me trató de desvestir, me dio un beso, pero yo le dije que no quería. Me asusté". Contó que el periodista tiene videos que filmó durante su relación, sin su consentimiento, y que era difícil pedirle que los borrara ya que se violentaba cada vez que decidía enfrentarlo y no mostrarse sumisa frente a sus pedidos.

Lucía le puso nombre a las violencias cuando se juntó con otras, convirtiendo su historia personal en lucha política y bandera de todas. Sucedió a mediados de 2016 cuando, durante el festival que organizaron las víctimas de los abusos en el rock, en Plaza de Mayo, Joaquín Carrasco (hermano de Lucas) quiso leer un poema. "Me dio una crisis", recuerda Lucía. Hasta ese momento no se había reconocido como sobreviviente, "nunca había hablado de la situación ni la había enmarcado como abuso".

Antes de formalizar su denuncia, Lucía se animó a hacerlo público. "En el segundo festival de 'Basta de abusadores y violadores en el rock' lo conté y después lo posteé en mi muro", recordó. "Me empezaron a llegar mensajes de chicas que habían sufrido lo mismo". Empezó a entender la magnitud de lo que había pasado y decidió contar lo sucedido a través de su perfil en redes sociales: "Él se codeaba entre los militantes, era un periodista rebelde, escritor, romántico, culto y sus novias eran chicas de otro mundo totalmente distinto al mío. Un mundo al que yo no podía acceder", escribió Lucía F.

"Nosotras fuimos organizadas a denunciar"


Lucía F. y Sofía O., otra de las denunciantes, acudieron a la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) dependiente de la Corte Suprema para realizar su primer testimonio, en junio de 2016. Allí no fueron escuchadas y sufrieron violencia institucional, aseguraron. "Las víctimas de Cristian Aldana me ayudaron", cuenta Lucía. El siguiente paso fue denunciar ante la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), dependiente del Ministerio Público Fiscal y que interviene también en la imputación de abuso sexual y corrupción de menores contra el músico.

"Yo no quería denunciar sola", cuenta Lucía en retrospectiva. "Hablé con las chicas que me habían contactado, y así me junté con Sofía. Nosotras fuimos organizadas a denunciar", recuerda con orgullosa sonrisa. Y hoy son nueve las mujeres relatan sus historias ante el poder judicial o de forma anónima en las redes sociales.

"Hubo abusos todo el tiempo y dos situaciones de violación explícitas", explica Lucía. "La primera fue cuando le dije que había perdido mi virginidad con otro chico y me dijo 'yo te voy a enseñar'. Le pedí que parara y no paró. La segunda fue durante una pelea. Él apagó la luz, me agarró y me penetró sin consentimiento". Desde junio de 2013 a diciembre de 2014, y en el círculo de manipulación y violencias, Carrasco también la obligó a comprar cocaína para su consumo personal, dice el artículo. "Él te hacía sentir que no eras nadie. Me hizo sentir que no tenía nada bueno".

Sofía V. tiene 23 años, y si bien no realizó la denuncia ante el poder judicial porque tiene miedo de ser revictimizada en el proceso, brindó su relato luego de ponerse en contacto con el resto de las denunciantes a partir de las palabras de Lucía F. en redes sociales. Recordó que la primera vez que vio a Lucas Carrasco -de una serie de cinco encuentros- fue en enero de 2014 y fue en su casa. "En el primer encuentro no hizo nada que yo no quisiera, pero a medida que esos encuentros avanzaban, él se iba poniendo cada vez más violento".

"Hizo varias cosas sin mi consentimiento. Mientras teníamos relaciones, me pegaba. Una vez me puso la correa del perro y me hizo pasear por su departamento". Al igual que las otras sobrevivientes, Sofía cuenta que la última vez que lo vio, él tomó cocaína y la obligó a tomar diciendo que si no lo hacía la iba a echar de su casa. Eran las 3 am y esa noche Carrasco la obligó a practicarle sexo oral hasta vomitar, indicó.

El acercamiento de Lucas Carrasco hacia Sofìa O. fue en 2013. "A la noche del 20 de febrero, cuando llegué a casa, tenía un inbox y una solicitud de amistad". Ella era militante cuando la contactó aprovechando su fama por aquellos días en esos círculos sociales y políticos. "Todo fue consentido hasta el momento en que él me puso boca abajo y me dejó inmóvil". Ese fue el único encuentro que tuvo con el periodista. "Yo lloraba, le pedí por favor que parara, le pregunté, temblando y desnuda, cuánto más iba a seguir, y me contestó `hasta que te acostumbres`". Además de la violencia sexual y física, Carrasco habría agredido psicológicamente a Sofía: "Dijo que todas las militantes éramos putas e histéricas". Una vez más, la presunta privación ilegítima de libertad se repitió en el accionar de Carrasco cuando impidió a Sofía irse de su departamento alegando que no sabía quién le abriría la puerta, dice la publicación.

Gisela B. tuvo un encuentro con Lucas Carrasco a principios de 2015. "Lo conocí por Twitter. Lo empecé a seguir porque lo vi en la tele. Me empezó a seguir, me mandó mensajes y un día me invitó a su casa. Eran las 2 am. Ese día no fui, pero me insistió durante un tiempo, y me encontré con él". El periodista le preguntó qué estudiaba, cuánto ganaba, e insinuó el ofrecimiento de un trabajo en la radio que supuestamente estaba montando en Buenos Aires y Paraná. Al igual que con las otras denunciantes, mientras mantenían relaciones se se habrían repetido violencias e imposiciones.

Candelaria B., otra de las denunciantes, repite que Lucas Carrasco tuvo la misma forma de abordaje con ella: a través de una red social. Cuando la contactó por primera vez, en 2013, ella tenía 17 años y él 35. "Ah, si te encaro voy en cana", le dijo en uno de los chats por donde luego la invitaría a su casa. "Vení, te pago el taxi, no le cuentes a tus viejos", le decía, mientras la acosaba con interrogantes íntimos sobre su vida sexual, preguntándole si había estado con chicas o si le gustaría hacerlo. Ante la negativa de Candelaria para arreglar un encuentro, él le escribió: "Me tuve que sacar la calentura con una piba un año más grande que vos, militante del edificio, me la chupó bien".

En agosto de 2016 Candelaria sumó su denuncia a las que ya habían radicado Lucía F. y Sofía O. en la UFEM. El organismo se encargó de realizar una investigación preliminar de los hechos relatados en base a los testimonios de las jóvenes, a los que, con los días, se sumó otro más y los cuatro integraron una denuncia colectiva contra el comunicador por "Abuso sexual con acceso carnal" que la propia unidad especializada en violencia de género elevó a la Cámara del Crimen.

El camino de la Justicia


Por sorteo, el caso quedó en manos del Juez Nacional de Primera Instancia en lo Criminal de Instrucción Nº 5, Manuel de Campos, quien derivó la investigación en la Fiscalía N° 26. La feria judicial de verano llegó sin que al expediente se le sumara ni una medida de prueba. Por entonces, los abogados Matías Busso y Natalia Dalesandro estrenaban funciones a cargo de la querella de Sofía O. El expediente recién empezaría a moverse en las próximas semanas, con los llamados a algunos testigos para que brindaran su testimonio. Carrasco aún no fue citado a indagatoria.

Las denunciantes abrieron una casilla de mail para recibir denuncias y testimonios: yodenuncioalucascarrasco@gmail.com.
Fuente: Diario Uno

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