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Una primera pericia psiquiátrica practicada a David Acuña, quien semanas atrás asesinara a palazos a su madre y a su abuela, arribó a la conclusión de que este joven de 19 años de edad "puede comprender la criminalidad de sus actos", precisó a El Entre Ríos el fiscal del caso, Martín Núñez.

Una vez conocido esta mañana el informe del psiquiatra de tribunales, Fiscalía avanzó con las formalidades de la imputación a Acuña y horas después la Justicia de Garantías dispuso prisión preventiva de 30 días, que el autor del doble femicidio deberá cumplir en la Unidad Penal 3 de Concordia.

"Acuña no declaró puesto que conmigo no ha podido mantener una entrevista coherente" reveló por su parte el defensor público del imputado, el Doctor José Legarreta.

El funcionario del Ministerio Público de la Defensa explicó que durante los próximos 30 días la fiscalía y la defensa seguirán produciendo prueba. "Considero que Acuña, así como se encuentra, es peligroso tanto para sí como para terceros y no puede compartir el espacio carcelario con los demás internos" ponderó Legarreta.

Trajo a colación que la cárcel tiene un "objetivo constitucional" que es la "reinserción". Pero, explicó Legarreta, tal misión no la puede cumplir con una persona que "tiene serios problemas psiquiátricos graves" como es el caso de Acuña.

La defensa solicitará nuevas y más complejas pericias que "amplíen y profundicen el espectro científico del abordaje, por ejemplo, con la participación de psicólogos" adelantó Legarreta.

Insistió en que "la cárcel no es un depósito sino que tiene determinada finalidad social y constitucional" que con Acuña será imposible que la cumpla.

El doble crimen cometido por el joven, que llenó de consternación a Concordia, costó la vida a su madre, Mabel Narváez, de 56, y a su abuela, Marta Bejarano, de 85. Aunque opuso resistencia y llegó a lastimar a un efectivo, David Acuña fue apresado la policía y desde entonces no ha sido posible indagarlo en condiciones normales. "La primera entrevista con él fue muy incoherente. Pedía que se lo deje ir a comer con su madre, que iba y volvía", relató su abogado defensor.

"Hay un testigo que asegura que Acuña consumía drogas desde muy temprana edad, desde los 12 o 13 años. También menciona que se había insertado en grupos religiosos 'paganos' que le habían ido 'comiendo la cabeza'", explicó Legarreta, que evitó hablar de "ritos umbandas" como lo señalaran versiones periodísticas. Distinta fue la mirada de "Cococha" Narváez, hijo de Marta Bejarano y hermano de Mabel Narváez, las dos mujeres brutalmente asesinadas. Al trazar un "perfil" de su sobrino David Acuña, autor del doble crimen, sostuvo que obró por encargue en el marco de un ritual y que deberían citarlo a declarar al “Pai” Marcelo, un "maestro espiritual" que tendría una relación con Acuña.

Narváez está convencido de que su sobrino sabía lo que hacía al quitarle la vida a ambas mujeres. “Que me perdone el juez, pero él no está loco. Habla pavadas, delira, pero no le compren el verso. Él era muy inteligente, por eso no le crean”, enfatizó. Contó que el joven "se drogaba desde chico" que se lo veía "cada vez más cambiado". "Lo único que decía era mamá dame plata y con la mirada las dominaba, porque le tenían terror, él las miraba y las dos bajaban la cabeza”, recordó.
Fuente: El Entre Ríos

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