Cargaron sobre sus hombros la fascinante misión de generar inclusión social a través del deporte, dándole la oportunidad a los más chicos de que conozcan otras realidades y de que canalicen sus energías en prácticas deportivas saludables, que les permitan un mejor desarrollo personal.
Quienes están comprometidos con esta labor, ven en el fútbol no sólo un deporte en sí, sino también la posibilidad de contagiar valores, despertar sentimiento de compañerismo y transmitir disciplina a los niños del lugar. Todo ello, nutrido de una merienda compartida al finalizar cada práctica.
Este proyecto, que nació del deseo de un grupo de vecinos de palear las necesidades que se registran allí, tiene en vista incorporar un equipo femenino. Además de abrir el abanico de actividades, ofreciendo apoyo escolar y un taller de murga.
Lo del domingo fue apenas una muestra más de la gran dedicación de un grupo de concordienses, que contiene y abraza a niños y adolescentes de estos barrios postergados de la ciudad.