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Roberto Schunk, docente y exministro de Producción de la provincia durante 8 años, analizó el panorama económico que atraviesa el país.

En una entrevista que brindó Schunk en el programa Cuestión de Fondo (Canal 9, Litoral), describió por qué los sectores hegemónicos y dominantes quieren impulsar una devaluación; resaltó que el déficit del sector público es consecuencia de la falta de divisas y por eso el problema de fondo del país está vinculado con la dominancia externa y no la dominancia fiscal. En ese marco, bregó que es necesario “empezar a trabajar en cambiar este régimen de valorización financiera del capital, por un régimen de valorización productiva”.

Asimismo, el exfuncionario fue consultado sobre su situación en la Justicia por la causa conocida como “cosechadoras truchas” y subrayó su inocencia y lamentó que todo este proceso lleve siete años sin resolverse.

Respecto de Urribarri, gobernador de Entre Ríos durante su tiempo frente al Ministerio de Producción, reconoció que no siguió el mega juicio por el cual fue condenado ni tampoco leyó la sentencia; pero indicó que lo respeta por las políticas públicas que llevaron adelante cuando fueron gobierno.

A continuación, la entrevista completa:

-¿Cómo mira la realidad nacional? Especialmente desde las críticas del kirchnerismo o la Cámpora, “ese fuego amigo” hacia el gobierno.

-El problema central que tiene la Argentina, que tiene la economía, es la restricción externa. Y a eso, me parece que tenemos que ponerlo en valor y además deberíamos plantearlo con mucho más énfasis públicamente. Porque, en realidad, la causa de la inflación en la Argentina tiene que ver, precisamente, con la falta de divisas. Todos, quienes nos consideramos heterodoxos, planteamos la dominancia externa y no la dominancia fiscal que plantea la ortodoxia, la derecha o como se la quiera llamar. Porque en realidad, el déficit del sector público es una consecuencia de este grave problema que tiene la Argentina, que es la restricción externa y que es la falta de divisas.

-¿Por qué pasa esto?

-Porque nosotros tenemos una estructura productiva claramente desequilibrada. Dentro de lo que es la economía, hay dos sectores bien diferenciados en la Argentina y esto es histórico: uno que es el sector agropecuario, que produce bienes cuyos precios compiten en el mercado internacional. Claramente. Son los generadores de divisas, concretamente. Y, el otro sector, que es el sector industrial, prácticamente le vende casi exclusivamente al mercado interno. Y es un sector dependiente… dependiente de maquinarias, de tecnologías, de insumos. Es decir, no tiene condiciones para poder competir en el mercado internacional. Entonces, aparece lo que Marcelo Diamand llamaba siempre “stop and go”, es decir, “pare y arranque” de la economía argentina. Y pasa esto porque cuando la economía crece, ¿qué pasa con el sector industrial? Lo que está sucediendo claramente ahora: necesita más divisas, porque es claramente dependiente en todo esto que estaba señalando. Ahora, cuando la economía crece, el sector industrial necesita más divisas; pero resulta que el sector agropecuario, que es el que genera las divisas; cuando la gente está mejor, consume más y quedan menos saldos exportables. Y ahí viene la gran contradicción. Hay mucho más demanda de divisas que de oferta y aparece el fenómeno de la devaluación. Para que le quede claro a la gente: por cada punto de crecimiento del Producto, crecen tres puntos las importaciones. Y por cada un punto del crecimiento del Producto, 0,4 las exportaciones. ¿Qué significa? Exporta menos. Entonces, qué aparece: si hay una demanda mayor de divisas que la oferta, aparece la devaluación. Todos saben lo que es la devaluación: es la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda en relación a la divisa.

-Y que se va sintiendo cada día más.

-Claro. La devaluación genera en la Argentina inflación. Y la inflación provoca recesión y un cambio en la distribución del ingreso en la sociedad, perjudicando a los trabajadores, a los jubilados y pensionados, a todas las políticas sociales. Eso me parce clave, porque, en definitiva, a eso se le agrega la fenomenal deuda externa que tenemos en la Argentina. El gobierno anterior se endeudó en poco más de cien mil millones de dólares; pero, además, se fugaron de este país 86 mil millones de dólares. Y esto son datos objetivos del Banco Central de la República Argentina. La Argentina, en verdad, al 10 de diciembre de 2015; si bien siempre tuvo deuda, era una deuda absolutamente manejable. Y digo esto, porque siempre tengo un ejemplo, que siempre en la Facultad lo planteamos con los estudiantes: en 13 años de kirchnerismo, si uno mira la balanza de pagos, la cuenta corriente de la balanza de pagos que es el lugar donde se generan divisas genuinamente. Bueno, el saldo en trece años fue negativo en 13 mil millones. En cuatro años de (Mauricio) Macri ese saldo negativo de la cuenta corriente fue de 77 mil millones de dólares. Así, ningún país puede progresar. Ahí está el “Nudo Gordiano”, lo que tenemos que desatar alguna vez por todas; porque, en definitiva, a eso le agregamos semejante endeudamiento que es imposible que nosotros lo podamos pagar, sino es a costa del pueblo argentino. Y esto es una realidad. Y qué es lo que hoy está buscando el poder económico, apoyado por las grandes multimedias, lo que está queriendo y no ha podido lograr -por lo menos hasta hoy- es una gran devaluación. Porque, precisamente, a esa gran devaluación la necesitan porque el comportamiento, lamentablemente, de los grandes actores económicos de la Argentina, es totalmente especulativo.

-Claro. Y siempre son los que terminan ganando.

-Por supuesto, siempre terminando ganando. Ahora, qué están buscando. Los argentinos tenemos en el exterior más de 400 mil millones de dólares, activos. Es decir, tenemos más de 120 mil millones de dólares netos, positivos, de los argentinos en el exterior.

-Se cree que son más de 80 mil cuentas.

-Por eso siempre digo que somos un país subdesarrollado especial. Ahora, qué están provocando estos grandes actores económicos: una gran devaluación, para traer parte de “esa guita” que tienen afuera, comprar campos, comprar empresas a precio vil y de esa manera van aumentando el poder económico. Pero, no solamente el poder económico, sino el poder político. Porque esa es la realidad. Entonces, me parece que no identificar esto nos vamos a seguir equivocando en la Argentina.

-Está bien y eso es un aspecto. Pero, también se observan otras situaciones, por ejemplo, preocupante fue toda esta suerte de desgaste que hubo sobre el ex ministro de Economía, Martín Guzmán. Por qué tanta descalificación hacia un ministro que fue puesto por el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández.

-Intentaré ser sintético porque, en definitiva, el ministro que se fue creo que en su cabeza planteaba precisamente que el problema principal de la Argentina es la dominancia fiscal. Y esta es la gran ventaja que tenemos con la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis. La conozco, hemos trabajado y estado en reuniones con ella en algunas oportunidades. Y creo que es heterodoxa como lo planteaba al comienzo de esta charla. Y eso marca que sabe identificar cuál es el problema de fondo en la Argentina.

-Usted dice que se diferenció mucho de Guzmán.

-No quiere decir que se haya diferenciado en estos días. Lleva pocos días y tenemos que esperar que vaya desplegando ese plan económico que, indudablemente, tiene que ser diferente al que se venía desplegando. Nosotros tuvimos récord 2020-2021 de la cuenta corriente de la balanza de pagos, más de 30 mil millones de dólares genuinos generaron en este país. Ahora, 15 mil millones se fueron en pago a estos grandes actores económicos; que para devolver esos préstamos o los auto préstamos que generaron, indudablemente dejaron al Banco Central sin divisas. Porque ahí está la clave. Me parece que hay que tomar el toro por las astas y saber utilizar las escasas divisas que la Argentina tiene para seguir apoyando la industria. La industria hoy está creciendo y lo está haciendo notablemente. Hoy se conoció un dato sobre la capacidad instalada que es del 68 por ciento. En ningún año de Macri se había logrado eso: 68 por ciento de capacidad instalada. Claro, ¿cuál es el problema de la Argentina? La Argentina creció el año pasado, lo está haciendo este año; el problema es la distribución del ingreso.

-¿Qué hace el poder político frente a toda esta historia? ¿Cuál es el mensaje del poder político en toda esta historia?

-Me parece que el mensaje del poder político tiene que ser uno y es tener en claro hacia dónde uno quiere ir. Si nosotros no tenemos en claro hacia dónde queremos ir como país, como provincia, difícilmente se va a poder cambiar la situación. Indudablemente, hay que empezar a trabajar en cambiar este régimen de valorización financiera del capital, por un régimen de valorización productiva. Y esto es absolutamente pertinente.

-Usted no dice que el poder político debería tener una capacidad de autocrítica en toda esta historia.

-Como todos, todos debemos tener autocrítica; porque todos nos equivocamos. Ahora, lo importante es cuando uno se equivoca al hacer y no en el marco de esa valorización financiera del capital respondiéndole a esos grandes actores que son los que se están llevando la Argentina puesta. Por ejemplo, nosotros estamos trabajando en un grupo político de Unión Ciudadana, en una propuesta de provincia.

-¿Usted y qué otros referentes conforman ese grupo?

-Jorge Barreto y otras personas. Y estamos hablando de cómo buscar un camino para el desarrollo en función del puerto de Diamante. Ese puerto transformarlo en un puerto inteligente, en un puerto que pueda ser ofrecido a YPF Agro para constituir realmente una empresa testigo, que es lo que la Argentina necesita, precisamente, para resolver el problema central: tener una empresa testigo como es YPF Agro, para que directamente en ese canje que hace de granos por insumos, pueda apropiarse de dólares que le sirvan al país para evitar este problema que es la restricción externa.

-¿Cuánto siguió el mega juicio a Urribarri y qué le dejó?

-Creo, como lo he sostenido en otras oportunidades, hay que esperar que esto termine de definirse. Hasta aquí tengo el mayor de los respetos por Urribarri y lo digo de todo corazón, creo que ha sido una persona que ha trabajado mucho por esta provincia y… bueno… tendrá que someterse –como me sometí yo- a la Justicia y esperar.

-Aquí hubo una condena, un juicio que duró seis meses, una causa que transitó muchos años. No es lo mismo opinar sobre Urribarri a partir de una denuncia, que a partir de una investigación que llevó varios años y de un juicio que llegó a una sentencia de más de 500 páginas. ¿No le cambió el concepto como para decir Urribarri se equivocó?

-No, porque no estoy en condiciones para decir si se equivocó o no en ese aspecto. No seguí la causa, no leí la sentencia. Por eso yo quiero rescatar eso, para mí tiene un valor enorme que son las acciones que llevó adelante. Porque en esto está la Justicia y la Justicia tendrá que decidir, en definitiva, qué nos toca a cada uno. Lo que digo es que, en el trabajo político, en esa gestión política que llevó adelante, me parece que ningún entrerriano puede negar y sobre todo cuando hablamos de los distintos sectores productivos, la cadena de valor, el apoyo que tuvieron fue espectacular.

-Y a usted no lo pone en duda los desvíos de dinero ni la causa contratos…

-Pero, por eso digo: eso lo tiene que resolver la Justicia.

-La Justicia ya lo resolvió en primera instancia.

-Sí, pero todavía quedan otras instancias.

-Está claro que quedan otras instancias. Pero, la condena no fue una mera resolución de un juez. Aquí se sustanció un juicio, se conformó un Tribunal, que lo escuchó a él y a todos los imputados y hubo una condena. ¿Y el caso de ustedes? El de las cosechadoras todavía sigue dando vueltas, todavía ni se ha elevado a juicio.

-A nosotros nos sobreseyeron. El juez (Carlos) Ríos (fallecido) nos sobreseyó a todos.

-La Cámara de Casación después dijo que no.

-Sí… estoy esperando. Soy una persona decente. Jamás saqué un peso que no fuera mío del Estado y estoy esperando. ¡Llevo siete años, ya, en esto! Y la verdad es que es una situación extremadamente injusta porque lo único que hicimos nosotros fue prestar como presta el banco; prestar a una empresa con la mejor garantía que hay en el mercado a través del Instituto del Seguro que era un seguro de caución; en el cual el Estado no se perjudicó porque recuperó todo ese dinero.

-No sé si usted leyó un artículo que publicó Pablo Presas en El Miércoles Digital y en ANÁLISIS. Presas fue funcionario de Producción y allí mencionó que había “una cultura política que valoraba la excesiva e incondicional pleitesía a los superiores políticos, al punto de pregonar una cartelización defensiva sin cuestionarse la rectitud de las acciones, una especie de ´obediencia debida´ entre funcionarios de menor rango, que permanentemente obstaculizaban los pedidos de informes ordenados por la justicia y hasta en muchos casos, posiblemente “eliminando” pruebas comprometedoras como registros y expedientes públicos”. Y aporta un dato respecto de las cosechadoras truchas: “(…) luego de reunirme en mi oficina con el titular de la empresa Senor y su contador; y de percatarme de la vulgaridad y desprolijidad de una maniobra pergeñada, según mi parecer de entonces, con el propósito principal de apropiarse de dineros públicos. Mis colegas funcionarios del Ministerio de Producción que terminaron firmando dicho aval” y lo afirma en función de esa “obediencia debida”.

-Absolutamente no hay ninguna obediencia debida. Nosotros fuimos extremadamente responsables en el préstamo que dimos, porque reunía todas las condiciones: era un préstamo con la mejor garantía y no solamente eso, nosotros fuimos mucho más allá de lo que decía el propio decreto. ¿Por qué fuimos más allá? Porque nosotros en vez de pedir informes, fueron ingenieros e inclusive vinieron funcionarios del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y esto está en el expediente, donde se demuestra que ese era un proyecto muy bueno para la provincia. Estamos hablando de un proyecto apoyado no solamente por mí, sino que fue un proyecto aprobado por el intendente de aquel momento y que después fue ministro de Producción (Carlos Schepens); el secretario de la Producción; el diputado; el senador, todos estaban contestes que esa era una oportunidad enorme para el sector industrial de la provincia. Por lo tanto, nosotros fuimos mucho más allá y, bueno, estamos esperando; indudablemente después de siete años que estamos en esto.

-Usted no tiene ninguna novedad de elevación a juicio.

-No, ninguna.

-¿Y esta situación cuánto le pesa en la espalda? ¿Cuánto le duele?

-Claro que me duele. Cómo no me va a doler. Yo fui educado de otra manera por mis padres e indudablemente esto me ha dolido mucho. Los primeros días no salía a la calle, porque pensaba que todo el mundo me estaba mirando. La verdad que para mí fue muy jodido. Le voy a contar algo: cuando fui, ese primer día, a la Justicia y que me pintaron los dedos. Fue una situación que jamás pensé que tenía que vivir. Y soy una persona absolutamente decente. Jamás saqué un peso del Estado y esto lo tengo que decir frente a la comunidad. Y estoy esperando que esto se defina porque si hay algo que me gusta es, precisamente, la política; pero la política en el buen sentido y creo que fue lo que llevé adelante por casi ocho años en el gobierno de la provincia de Entre Ríos.

-¿Volverías a ser funcionario público?

-Es lo que a mí me gusta. Pero, indudablemente, tengo que ser consciente que estas cosas se tienen que poner a la luz del día. Y sí lo sería, porque la verdad la política es una de las actividades más nobles que tiene el ser humano; porque uno trabaja para los demás.

-Cuando se la hace y se la usa bien, obviamente, es como usted dice.

-Yo creo que hice bien, con todos los errores que uno puede tener, indudablemente. Pero, creo que hay cuestiones en la provincia que nuestra gestión ha dejado, como, por ejemplo, lo del frigorífico que tiene más de 350 empleados y que sigue funcionando muy bien. La fábrica de jugos en Villa del Rosario, con todo lo que eso significó y sobre todo con la crisis del gobierno anterior. Porque cuando nosotros nos fuimos, las exportaciones de naranjas y mandarinas estaban en torno al 14-15 por ciento, llegamos a tener valores de dos-tres por ciento. Los comedores de los pescadores es otro ejemplo, como las cooperativas del sector apícola… en fin… hicimos un montón de cosas. Yo entiendo la política de esa manera.

-¿Ha hablado con Urribarri?

-Sí, he hablado en algunas oportunidades. Hemos conversado acerca de la situación de la provincia, le he mandado algunos documentos que había realizado. No escondo, porque la verdad que lo respeto muchísimo y él tendrá que dar cuenta a la Justicia como la tengo que dar yo.
Fuente: Cuestión de Fondo - Análisis Digital

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