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En calle Lamadrid, casi Gerardo Yoya de Concordia.
En calle Lamadrid, casi Gerardo Yoya de Concordia.
En calle Lamadrid, casi Gerardo Yoya de Concordia.
Están ahí por décadas, en algunos casos desde siglos pasados. Son robustos, altos, de madera rojiza y hojas verdes en buena parte del año. Pero lo mejor se lo guardan para entrado el verano: cientos de flores amarillas lo cubren todo, desde la copa hasta el suelo. Es un espectáculo único, natural, digno de una y otra fotografía.

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Sobre calle Rocamora, en Concordia, uno de los tantos ubicados en la vereda. Agrandar imagen
Sobre calle Rocamora, en Concordia, uno de los tantos ubicados en la vereda.
Se trat del Ibirá-pitá o su nombre científico Peltophorum dubium. Es un árbol nativo que se ha ganado un lugar destacado, tanto en montes silvestres como en los espacios verdes de las ciudades. Resultan notables por su gran porte: pueden emerger del techo enmarañado en territorios selváticos; o destacarse por su floración profusa, en las zonas urbanas.

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Las hojas del árbol son pequeñas y se cuentan por miles. Agrandar imagen
Las hojas del árbol son pequeñas y se cuentan por miles.
Su nombre común proviene del guaraní y significa árbol o madera roja, en alusión a su particular colorido del leño. “Su madera colorada es muy buscada así que también por eso hay que cuidarlos especialmente”, dice la guardaparque Irma Galli, en diálogo con El Entre Ríos.

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En San Carlos pueden encontrarse algunos ibirapitás, destacó Galli. Agrandar imagen
En San Carlos pueden encontrarse algunos ibirapitás, destacó Galli.

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Otra foto compartida por la guardaparque, en este caso del que está ubicado en establecimiento Agrandar imagen
Otra foto compartida por la guardaparque, en este caso del que está ubicado en establecimiento "La Angélica".
“Hay que cuidarlos mucho, es el árbol que representa a Concordia, es de un porte majestuoso. Muy lindo árbol”, añadió luego la mujer que tiene un vivero de autóctonas en su casa. Habla de la ciudad cabecera de la costa entrerriana del río Uruguay y, entonces, hay que recordar aquello que publicó Osvaldo Bodean para El Entre Ríos en enero de hace 2 años. En su crónica, destacó la imperturbable presencia de esos árboles colosales. “¡Cuánta fidelidad la de los Ibirapitá florecidos en las avenidas, plazas, paseos, parques y hasta incluso playas de nuestra querida Entre Ríos! ¡Cuánta generosidad la de ellos, insistiendo en regalarnos, con la más absoluta gratuidad, el espectáculo de su extraordinaria belleza, aunque ni gracias les digamos!”, escribió entonces.

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La avenida Gerardo Yoya tiene varios ejemplares, en Concordia. Agrandar imagen
La avenida Gerardo Yoya tiene varios ejemplares, en Concordia.
“Ese árbol, gracias a que ha sido plantado en avenidas, la costanera, se ha salvado porque lo que es natural de la costa del río Uruguay, por ejemplo acá en Concordia, prácticamente no existe”, respondió Galli en la continuidad del diálogo con El Entre Ríos. “No hay plantitas que se conserven naturalmente, por lo menos desde la época que se construyó la represa. La gran erosión se ha llevado las plantas madres así que las que están son las que se plantaron”, destacó.

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Otra más en la capital nacional del citrus: en el parque de la Hermita del Padre Pío. Agrandar imagen
Otra más en la capital nacional del citrus: en el parque de la Hermita del Padre Pío.
El ibirapitá es una maravilla, como definen desde la reserva “El Potrero”, ubicada a la altura del kilómetro 36,5 de la Ruta Nacional 136, en el Departamento Gualeguaychú. Lo califican así cuando destacan que “nos sorprende con sus ramilletes de flores amarillas, a mediados del verano”.

¿Qué más aportan desde el sur provincial al respecto? Que se trata de un árbol nativo de zonas tropicales y subtropicales, que se distribuye desde Brasil hasta el noreste argentino, llegando hasta Entre Ríos. Le gustan los climas cálidos y templados, y los suelos húmedos como las orillas de los ríos, donde ayuda a fijar la tierra y mantener los cauces.

En efecto, en otras localidades de la costa del río Uruguay también lucen majestuosos. Por caso, en Villa Elisa un lugar elegido por sus habitantes y visitantes es el Paseo del Sembrador (que se extiende desde rotonda Hoklack hacia boulevard Schroeder).

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El protagonismo del ibirapitá es total, en este tramo del año en Villa Elisa. Agrandar imagen
El protagonismo del ibirapitá es total, en este tramo del año en Villa Elisa.
“Allí, en su recorrido, el ibirá-pitá es el protagonista”, destacaron recientemente desde el área de Turismo de la comuna elisense. “Su floración se destaca en verano, dejando una alfombra amarilla”, que justamente es lo que los lugareños suelen reprocharle: sus florcitas son un dolor de brazos para barrenderos y de cabeza para los automovilistas que terminan encontrándolas hasta debajo del asiento del vehículo que estacionan para aprovechar su amplia sombra.

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Otra instantánea del árbol florecido en la localidad del Departamento Colón. Agrandar imagen
Otra instantánea del árbol florecido en la localidad del Departamento Colón.
Más información llega desde la comunidad del Departamento Colón: “es un árbol caducifolio de aspecto soberbio que responde al nombre ciéntifico de Peltophorum dubium”.

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También en la ciudad de Colón pueden verse en todo su explendor. Agrandar imagen
También en la ciudad de Colón pueden verse en todo su explendor.

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Otra fotografía desde Colón. Agrandar imagen
Otra fotografía desde Colón.

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Más imágenes desde Colón con el ibirapitá florecido en enero. Agrandar imagen
Más imágenes desde Colón con el ibirapitá florecido en enero.
Caro Diotti escribió, tiempo atrás en el sitio Conexión Animal, al respecto. “Es uno de nuestros más bellos árboles nativos. En Uruguay se lo llama árbol de Artigas y en Brasil cana-fístula. Se lo encuentra en el centro, sur y sudeste de Brasil, en el sudeste de Bolivia, en el centro y este de Paraguay, en el noroeste de Uruguay, y en el noreste de Argentina”.

Hay una peculiaridad en la República: “El árbol de Artigas” se lo termina denominando porque en la ciudad de nombre homónimo al general oriental hay un árbol que es un retoño del que, según relatos históricos, fue testigo de los últimos tiempos de vida del prócer uruguayo, en Paraguay.

Aquel árbol de tierras guaraníes se encuentra en el patio de lo que actualmente es una escuela llamada Solar de Artigas y que en vida de José Gervasio fuera una quinta de la presidencia paraguaya.

Otro dato sobre el árbol: las hojas, semillas y raíces se usan en medicina. También, se destaca por sus dimensiones. Si bien su crecimiento es mediano, enseguida desarrolla una linda copita que con los años va adquiriendo mayor diámetro. Puede llegar a medir 25 metros de altura y 15 metros de diámetro.

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Sobre avenida Presidente Illia también hay ibiripitás en Concordia. Agrandar imagen
Sobre avenida Presidente Illia también hay ibiripitás en Concordia.
Añejos, de selvas y en ciudades, a la vera del río, en parques o en amplias avenidas, extraordinaria belleza, de madera rojiza y flores amarrillas, majestuosos, una maravilla, de climas templados y cálidos, etcétera, etcétera. Eso y tanto más puede describirse del ibirapitá que protagoniza uno de los espectáculos naturales más extraordinarios del verano. Dichos los que pueden ser testigos de ese regalo.
Fuente: El Entre Ríos.

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